lunes, 18 de abril de 2016
Capítulo 8: Palabras dolorosas.
Se podía oler la emoción en el aire, los alumnos no paraban de hablar del festival que se llevara a cabo en su colegió. Se habían oído rumores del sonido de los animales que se oía si te acercabas a patio trasero, y hasta podías divisar al oso polar que habían traído. Liderados por los profesores, entre ellos Satoz, Bisky, y el mismo Leorio aunque no era profesor, llevaban a los estudiantes a la parte trasera del colegio, de los cuales se hallaba Killua que se encontraba aburrido y esperando algo. Al adentrarse al bosque se encontraron, con unas hermosas luces de colores que alumbraban la nieve y entre dos árboles sostenían un letrero azul con letras doradas que decía “Bienvenidos”, estaban tan distraídos viendo el alrededor que no notaron dos siluetas atrás de ellos.
—¡BIENVENIDOS!—Gritaron al mismo tiempo asustando a algunos estudiantes, estos voltearon y al verlos soltaron leves risillas. Eran Banana Kavaro y Spinner Clow, pero estaban distintas, estaban vestidas chistosamente de elfas, con orejas puntiagudas, mejillas rojas, y el traje verde con detalles rojos.
—¡No solo se rían, entren!
—¡Si, vamos, vamos!—Entre ambas guiaron a la multitud, al adentrarse más vieron el primer corral, risillas se volvieron carcajadas, ni siquiera Killua contuvo la risa. En el primer corral se hallaba la familia de zorro de las nieves, pero lo gracioso no era eso, sino el enorme “Elfo” que les daba de comer, Monta yuras llevaba un muy pequeño disfraz que lo hacía ver cómico más su actuación de hacerse el ofendido hacía reír a los alumnos y profesores.
—¡A su derecha encontraran el corral del diablo!—Spinner apunto hacia el costado con una sonrisa maliciosa bajo la mirada extrañada de su compañera que no recordaba esa atracción, pero al ver supo el porqué, las carcajadas se oyeron nuevamente pero sobre todo la de Killua al ver a cierto rubio también disfrazado corriendo por el corral siendo perseguido por un gallo vestido de dragón.
—¡No se rían! ¡Esto no es divertido, en serio me va a matar!—Gritaba desesperado evadiendo los picotazos del gallo.
—Spin…—La chica suspiro a la ver a la peli roja con una gran sonrisa de satisfacción, sin más se fue a ayudar a su compañero.
—Y tú no te rías Killua—Le acuso Leorio a Killua mientras este solo ponía una expresión gatuna, pero el doctor notaba la mirada del albino rastreando todo al lugar buscando algo, o más bien a alguien—¿Buscas a Gon eh? Descuida, saldrá en cualquier momento.
—Supongo…—No es que no fuera interesante el festival y todo eso, pero Killua vino prácticamente para ver a Gon, se ha sentido fatal después de las palabras del moreno ayer cuando estaba drogado por el hongo, era su culpa haberlo hecho sentir de esa manera al menos quería verlo y hablar con él, aunque no tenía idea de que decirle…
Los espectadores fueron guiados por la peli roja entre los numerosos corrales, divisando a la foca y a los reinos muy bien atendidos por Podungo Lapoy vestido de elfo y Kite muy bien disfrazado de santa. Algunos estudiantes se dispersaron quedándose a ver los animales que les gustaron, sin embargo Killua seguía, buscando a cierto chiquillo de cabellos parados y ojos miel. Sus fosas nasales captaron un dulce aroma que reconocía y encantaba, volteó a ver de qué se trataba.
—¡¿Alguien tiene frio?! ¡Venga tomarse un rico te, o quizás a comer un malvavisco recién hecho, o mejor un delicioso chocolate caliente!—Una caravana naranja estaba sirviéndole bocadillos y bebidas a los profesores y estudiantes que se acercaban. Al caminar hacia ella el albino vio que quienes lo atendían eran Stick Dinner y junto a él estaba aquella chica Anita.
—¡Oh Killua!—Dijo la chica al ver al nombrado acercarse—¿Cómo has estado? Hace rato
—Hola—Saludo desinteresado—dame un chocolate caliente.
—Lo imagine—Decía risueña mientras preparaba la bebida, se la sirvió al albino con una sonrisa coqueta—¿Y cómo has estado? Hace rato que no nos vemos.
—No hay mucho que contar—Sus palabras cortantes y desinteresadas frustraba a la chica pero fue lo siguiente que dijo lo que la puso en alerta totalmente—¿Saben dónde está Gon?
—Gon debe estar preparándole para el último acto, creo que esta por los alrededores del cobertizo—Respondió Stick mientras le servía un café a un profesor, Anita frunció el entrecejo molesta por ese metiche sin embargo estaba atenta al albino.
—Iré a buscarlo.
—¡E-Espera, te guiare a él ¿Stick podrías respáldame un momento?—Pidió ansiosa y el otro asintió con una sonrisa. Bajo de la caravana bajo mirada un tanto intrigada de Killua, a diferencia de los demás ella estaba vestida de… ¿La señora Clos tal vez? Era un traje navideño con minifalda, llevaba un cinturón negro ajustado en la cintura, la verdad que la vestimenta le recordaba un poco a esas películas eróticas que solía robar Leorio para molestarlo—¿Nos vamos?
—Tú delante—El par camino adentrándose en el bosque y alejándose de la gente. A partir de ahí el bosque estaba oscuro y solo iluminado por la luna y las estrellas.
—Killua—Llamo la chica mientras el aludido la miraba de reojo.
—¿Qué?
—Sabes cuándo te conocí quería matarte por quitarme la última caja de chocorobots de la cafetería, sin embargo fuiste muy amable cuando la compartiste conmigo—Decía en voz y sonrojada cosa que Killua noto.
—No fue nada… fue lo justo ya que ambos lo tomamos al mismo tiempo—Empezó a sentirse incomodo, sentía que algo se le olvidaba de esa chica. Sin embargo lo recordó de golpe cuando ella volteo con una sonrisa y sonrojada.
—En verdad eres muy bueno… puedo verlo.
—Enmm… gracias pero no es para tanto (Es cierto a ella también le gusto, mierda…)—Killua se rasco la cabeza nervioso por cómo iba la cosa.
—Killua, hay algo que quiero decirte aunque puede sonar algo repentino y todo…—Empezó a juguetear con su cabello de forma coqueta mientras Killua sentía que todo iba a salir mal.
—¿S-Seguro quieres decírmelo? S-Sabes las cosas repentinas no siempre terminan bien…
—Killua…—Llamo nuevamente con los ojos brillantes e ilusionada—tú me gustas…
—Ah…—Joder ¿Ahora qué? ¿Cómo la iba a rechazar? Trato de ser lo más amable posible con Gon y sin embargo lo hirió, al demonio sería directo y honesto—Anita yo…—de repente la aludida se acercó a él sin darle tiempo de reaccionar y antes de que pudiera decir algo se posiciono sobre sus labios en un beso. Killua estaba muy sorprendido para entender que sucedía pero pido escuchar unos pasos…
—Ustedes…—Killua reacciono al reconocer esa voz, como si se tratara de fuego ardiente empujo a Retz lejos de él, con terror observo a Gon, su semblante mostraba sorpresa que luego ocultaba una tristeza indescriptible para el albino.
—¡Go-Gon! N-No es lo que parece yo…—Intento excusarse pero el menor lo interrumpió.
—Está bien yo… lamento interrumpir—Acto seguido salió corriendo tan rápido como podía.
—¡Gon espera!—Trato de ir tras el menor pero la mano de Anita en su brazo lo detuvo.
—Déjalo, tiene que aceptar el hecho de que no estas interesado en él—Decía como si nada pero Killua se sacudió su mano con brusquedad y la miro ferozmente.
—No digas nada de lo que no sepas—Advirtió molesto ante la mirada de sorpresa de la otra—parece que soy pésimo en esto así que solo lo diré, tú no me gustas—Anita abrió los ojos con tristeza—nunca me gustaste y nunca me gustaras, lo siento y adios—acto seguido salió corriendo sin importarle el estado en que dejo la chica, será poco caballeroso pero ahora mismo su mente estaba ocupada en un solo nombre, Gon. Por suerte la nieve dejo bien marcada las huellas del moreno, no tardó mucho en encontrarlo, estaba debajo de un árbol terminando de ensillar a dos caballos, su mirada se hallaba opaca y triste mientras que con desgano peinaba la melena de los animales—Gon…—el aludido volteo a verlo sorprendido.
—Killua…—Llamo con voz suave, hubo un silencio ensordecedor entre ambos. El mayor observo con más detenimiento al moreno, a diferencia de los otros no estaba disfrazado de elfo o de santa, llevaba una chaqueta marrón abultada con capucha la cual tenía dos orejas, la mangas largas cubrían sus manos como guantes con el dibujo de patitas y en el pantalón largo y oscuro sobresalía una cola.
—¿Por qué de perrito?—Pregunto de repente Killua un poco ruborizado por la apariencia tan tierna frente a él, Gon parpadeó por un momento sorprendido pero después entendió.
—Se acabaron los elfos, este era el único de mi talla—Explico un tanto apenado—¿Me veo raro?
—No, te queda muy bien, como si se hubiera hecho para ti—El menor le esbozo una media sonrisa aunque después su semblante cambio a serio.
—Killua ¿Por qué me seguiste?—El aludido trago grueso pensando en lo que iba a decir.
—Yo no quiero que lo mal intérpretes, lo que viste no es lo que parece…
—¿Por qué me das explicaciones?—Nuevamente trago grueso, pregunta difícil.
—E-Es que estos días han estado raros para nosotros dos, y ahora esto…
—Gracias, pero no tienes que hacerlo—Killua vio el semblante maduro de Gon, más que el de él sin duda—lamento haberte hecho sentir responsable, tienes derecho a salir con quien tú quieras.
—No quiero lastimarte…—El moreno desvió la mirada.
—Quizás duela un poco… pero no es tu culpa Killua.
—¡¿Cómo que no es mi culpa?!—Grito alarmado sorprendiendo al menor—Gon no entiendo que está sucediendo solo sé que te estoy haciendo daño y no sé cómo remediarlo, créeme que lo último que quiero es verte triste—dijo sonrojado y no sabiendo que más hacer, por un momento los ojos del moreno se volvieron cristalinos haciéndolo sentir peor—¿Estás… llorando?
—¿Eh? ¡Ah! ¡N-No!—Se limpió los ojos con la manga rápidamente—es que… me hubiera gustado escuchar eso antes…
—¿Eh?
—No me hagas caso—Miro hacia el caballo y lo acarició nuevamente—Killua… ¿Quieres acompañarme en el desfile de caballos?—el albino lo miro sorprendido.
—¿Está bien que lo haga?
—Si es que necesito ayuda, se supone que Franklin iba a acompañarme pero no ha llegado y ya es hora de empezar.
—A-Ahh… (No sabe del corral del diablo)—Pensó para sus adentros al saber que el rubio podría estar todavía siendo perseguido por el gallo.
—¿Me ayudarías Killua?
—Si…
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—¡Atención todos por favor!—Dijeron Spinner y Kavaro, la multitud las miro interesados y ansiosos, hasta ahora todo les había gustado—¡Es hora de cerrar con broche de oro! ¡Observad el desfile de los caballos navideños!—la peli roja guiño el ojo y Monta Yuras hizo sonar una campana, lo siguiente que se escucho fue el galope de unos caballos. Todos miraron asombrados como de entre los arboles salían dos caballos, uno blanco (Lo maneja Gon) y uno negro (Lo maneja Killua), estaban decorados con luces de colores en sus asientos y como corrían en círculos alrededor de las personas parecían estrellas.
—Qué bueno que Killua nos ayudara, estaba preocupada de que no más usáramos un caballo—Susurro Kavaro a la peli roja mientras esta asentía de acuerdo.
Gon podía observar a Killua y este lo observaba a él, simplemente se sonrieron, no sabiendo muy bien solo estaban felices de ver al otro. Después de desfilar con los caballos un rato más, termino al fin el festival. Tanto estudiantes como profesores se fueron, excepto Killua que se quedó a ayudar a los “Elfos” y al perrito, sobre todo al perrito…
—Gon, puedes ir a cambiarte e ir a casa, Mito san se preocupara si llegas tarde, tú también Killua, gracias por la ayuda—Hablo Kite mientras guiaba al oso polar a su corral, los menores asintieron obedientes. Caminaron juntos para llegar al edificio.
—Fue lindo ¿No?—Decía Gon mirando la nieve del alrededor—me gusta tratar con los animales…
—Quedo perfecto…—Killua andaba un poco distante, como pensando en otra cosa. En realidad aún no se sacaba el hecho que Gon vio aquel beso con Anita, aún se sentía horrible—oye Gon…
—Lo siento Killua—De repente Gon interrumpió, el albino lo miro intrigado por esa disculpa.
—¿Por qué?
—No sé… por todo—Decía con semblante distante—primero por haberme ayudado por lo del hongo de Alivia, no recuerdo nada pero debí ser una molestia.
—N-No realmente—Recordó las palabras del moreno aquella vez.
—Después por el ambiente tenso entre nosotros, pero por sobre todo el que me hayas escuchado con Anita en aquel cobertizo—Soltó un suspiro bajo la atenta mirada del albino—no quería que escucharas eso… se supone que nunca lo ibas a saber…. ahora paso todo eso—los ojos castaño cristalinos se toparon con lo azules del mayor—¿Podrías… solo olvidarlo?
—Gon…
—Por favor…—Killua trago grueso por sus palabras suplicantes, se supone que quería eso ¿No? Volverán a ser los amigos de siempre, era lo que más quería ¿Entonces por qué se siente lo contrario? Pero su boca hablo aun cuando su cabeza estaba en con fusión total.
—Si…—Dijo sin creérselo y Gon sonrió con alivió.
—Gracias, nos vemos—Dejo a Killua en la entrada del patio para dirigirse a los vestidores y la dirección de la salida estaba al contrario de este, sin embargo el albino se quedó mirando la espalda que se alejaba por un largo tiempo.
Gon ahora caminaba por los pasillos para llegar a los casilleros done estaba su ropa, el hecho de que Killua aceptara lo aliviaba bastante, aunque se supone que no solo era eso lo que iba a decir, suspiro ante sus pensamientos, eso era mil veces más difícil que el que el albino se enterara de sus sentimientos, se mordió el labio inconscientemente y para cuando se dio cuenta ya estaba en frente de la puerta a los vestidores, cuando la abrió se encontró con una sorpresa.
—¡Hola Gon kun!
—¿Franklin?—Llamo sorprendido al ver al aludido sentado en una banca—¿Qué haces aquí?
—Fue el único lugar donde aquel demonio dejo de perseguirme…—Decía en un tono de voz exhausto—lamento no haberte ayudado en el desfile de caballos.
—Está bien, Killua me ayudo.
—Killua eh…—Dijo casi para sí mismo para la mirada extrañada del moreno.
—¿Qué sucede con él?
—Olvídate de él y sal conmigo.
—Franklin…—Llamo apenado ante la sonrisa carismática del otro.
—Si sales conmigo te juro que lo disfrutaras más que la friendzone en la que te dejo Killua. Solo dame un chance—Pidió juntando las manos como implorando.
—Aunque te lo diera… no sería suficiente tiempo—Puso una sonrisa triste ante la mirada confundida del rubio.
—¿Te sucede algo Gon?
—Franklin—Tomo l hombro del otro y lo miro a los ojos—lo siento…—el rubio lo miro durante un momento y suspiro.
—Entiendo… pero cúmpleme un deseo.
—¿Qué es?—El otro se levantó quedando de pie frente a él, tomo la cara del menor y antes de que dijera algo beso su frente con ternura. Gon se separó de él mirándolo sorprendido, mirando su sonrisa traviesa.
—¡Gracias Gon kun! Nos vemos—Se despidió tirándole un beso de lejos, Gon solo sonrió de manera nerviosa.
—Todo sería más fácil si me enamorara de él…—Dijo para sí mismo, acto seguido fue a su casillero y saco su uniforme escolar, se le hacía tarde así que se cambió rápidamente, cuando fue a guardar el disfraz noto una hoja que se le había caído, olvido entregarle la constancia médica a Satotz sensei…—odio esto…—murmuro para sí mismo, todavía no se lo ha dicho a Leorio, Kurapika y sobre todo a Killua, solo diría a las personas importantes, aunque no quería decirle al albino, realmente no quería decírselo a nadie… sin embargo tiene que hacerlo. El ruido de la puerta abriéndose lo sobresalto, rápidamente escondió la hoja en su bolsillo y miro alarmado quien era el que había entrado—¿Killua? ¿No te habías ido ya?—el aludido estaba raro, su mirada estaba detrás del flequillo de su cabello, se veía y se sentía raro…
—Vaya, te hubiese encantado que fuera así ¿No?—Decía con voz grave cosa que extraño al moreno.
—¿Por qué me hubiese gustado?—Pregunto y entonces pudo ver el semblante de ira del albino, no entendiendo por que lo miraba preocupado—Killua ¿Qué ocurre?
—Me estaba preguntando… ¿Siempre le dices al primero que vez que lo quieres?—Gon frunció el entrecejo por sus palabras odiosas ¿A qué demonios vino eso?
—¿De qué hablas? Killua se claro.
—Digo que ahora tú y Franklin están muy “juntos” ¿No?
—¡¿Qué?!—Pronuncio ahora confundido y molesto—¡¿Crees que estoy saliendo con Franklin?!
—No creo, estoy seguro—Pronuncio con molestia, Gon parpadeo iluso siguiendo sin entender por qué estaba molesto y eso lo hizo enfurecer más—ayer dijiste que me amabas y ahora se lo dices a Franklin ¿Qué pretendes?
—¡¿Cómo que se lo dije?! Killua no entiendo de que hablas, y de todas formas ¡¿Qué importa que se lo diga a Franklin o a cualquier otra persona?!—Hablo ya exasperado y no entendiendo lo que sucede, Killua tampoco entendía por qué estaba molesto con el menor pero eso no opacaba la furia que sentía, estaba molesto y no podía explicar el por qué.
Había regresado a hablar con Gon de repente, quería decirle algo, lo que sea, una excusa para verlo otra vez, y entonces se encuentra eso… solo podía ver su espalda pero distinguió a Franklin, y lo peor es que estaba besando a Gon, desde su perspectiva se estaban besando, pero lo que realmente lo enfado no fue eso sino las palabras del moreno después “Todo sería más fácil si me enamorara de él” ¿Qué significa eso? ¿Tanto repudia el hecho que le guste el albino? Eso solo hace que…
—Te odio…—Decía sin poder detenerse. El semblante de Gon cambió, de estar molesto a estar atónito, para luego mostrar una tristeza y un dolor profundo, bajo la mirada y respiro profundo, y ahora estaba muy molesto.
—Con que era eso…—Camino pasando por al lado albino que lo miraba de forma inexpresiva, quedo en frente de la puerta y miro por encima del hombro al mayor—no te preocupes, dentro de poco mi presencia dejara de ser una molestia para ti—y después salió y cerró la puerta con fuerza, dejando solo a Killua que se mordió el labio y empezó a temblar levemente…
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Gon corría lo más lejos de allí, mientras lagrimas rodaban por sus mejillas ¿Qué paso? ¿Qué salió? No hace nada estaban riendo y felices de lo bien que salió todo en el festival, realmente creyó que todo sería como antes. Llego a aquel parque con la fuente, era tarde así que no había nadie alrededor, solo se sentó y dejo caer su cara en sus manos…
—¿Gon?—Una voz femenina lo llamó preocupada—soy Hermione ¿Qué te sucede cariño? —acarició la cabeza del menor con dulzura.
—Me dijo que me odiaba…—Se oyó por lo bajo, la mujer parpadeo y entendió en seguida, un suspiro salió de su boca.
—Estoy segura que no es así…
—Lo sé, él estaba molesto por algo y se desquito conmigo por alguna razón…—La mujer volvió a parpadear y esta vez con sorpresa.
—¿Entonces por qué lloras?—Gon alzo la vista dejando ver su semblante lloroso.
—¡Lloro por qué voy a morir!—La mujer abrió los ojos alarmada a mas no poder—¡Lloro porque al final Killua no me quiere ni me querrá ni la mitad de lo que lo quiero yo a él! Y no voy a tener el tiempo para superarlo, no cumpliré mis metas ¡Jamás me superare con mis amigos! Y en los últimos días de mi vida… seré una carga para Mito san y la abuela Abe… seré una carga para todos…—la mayor se mantuvo en silencio… con delicadeza limpio sus lágrimas con la manga de su kimono y miro compasiva al niño.
—A veces las cosas pasan por algo, y puede traer consecuencias malas… pero también buenas…
—¿Qué de bueno tiene esto?—Dijo con el entrecejo fruncido y la mujer sonrió.
—Eso te toca a ti—Ayudo al menor a levantarse y lo abrazo por un momento—y la persona que te gusta… creo que es bueno que guarden distancia por un rato.
—Si usted lo dice…—Dijo decaído, se despidió de la mujer, aunque no fue una larga charla se sentía mejor al hablar con ella, pudo descargar sus problemas por un momento, recordó su conejo—distancia….—susurro para sí mismo, saco su teléfono y marco un número…
—¿Diga?
—Kite, soy Gon.
—¿Te sucedió algo?
—No estoy bien, perdón si es muy tarde pero te quería preguntar… ¿Aún está en pie el viaje?
Continuará…
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