—¿Quién es aquello?
—Aquello es un chico joven y raro, era un viajero que por alguna razón que desconocía el ogro también fue echado y repudiado por el pueblo. Llegó al bosque temblando y enfermo hasta que se desmayó bajo un árbol, el ogro lo había visto todo y se acercó a mirarlo de cerca, era muy diferente a los aldeanos, su cabello era blanco como las nubes y su piel era pálida y delicada, las ropas mal trechas que llevaba le dieron a entender que tenía mucho tiempo vagabundeando, sin decir que tenía heridas de golpes en su cuerpo y una fiebre alta. El ogro no sabía que hacer, su instinto le decía que que debía alejarse de ese joven, pero él simplemente no podía dejar morir a alguien, sin poder evitarlo lo llevo a su cueva, atendió sus heridas y curó su fiebre.
—¿El ogro lo cuido así de sencillo?
—No, por supuesto estaba atento de que despertara y mantenía su distancia, su plan era curarlo y que él solo se marchara al ver lo solitario que era ese bosque, el ogro pensaba que los humanos necesitaban de otros humanos para vivir y por eso creyó que en cuanto el chico despertara y viera que no había nadie se iría por su cuenta.
—¿Y fue así?
—No, pasaron dos días en los que el chico estuvo inconsciente, al tercer día despertó y el ogro se escondió en los matorrales y lo observo atento. El chico miraba a su alrededor confundido, sus heridas estaban vendadas, sus ropas cocidas y lavadas, y además alguien le había dejado comida y agua. La cueva daba señales de que había alguien viviendo allí, llamó para ver si respondía pero soló hubo silenció, sin más se comió su comida y se vistió para empezar a explorar el bosque.
—¿Y el ogro?
—Soló observaba en la distancia, no entendía por que ese chico no se iba. Pasaban los días en los que el chico dormía en la cueva y el ogro observaba desde los arboles, el chico despertaba con comida y agua para después volver a explorar el bosque y el ogro soló observaba, todo era una repetición que se volvió una rutina, hasta que en una noche, mientras el chico terminaba de comer, bostezó aburrido y miro para afuera de la cueva “Oye, ya pasó un mes, acéptalo no me voy a ir” hablo directamente al ogro que estaba detrás de un árbol.
—¿Siempre supo que estaba allí?
—Así es, el ogro sintiéndose atrapado lentamente salió de su escondite y se acercó a que el joven dejándose ver. Aquel chico lo miraba fijamente, no había rastro de miedo o asco sólo curiosidad, era la primera vez que un humano lo miraba así. En silencio el ogro se sentó a cierta distancia junto a él “¿Cómo te llamas?” Esa pregunta lo tomó desprevenido, jamas había hablado con alguien por lo que buscar un nombre le pareció un inútil es fuerzo “ ¿No tienes? Entonces te llamare ogro” Ante eso se le quedo mirando con una expresión de curiosidad y timidez “Quieres saber mi nombre ¿Verdad? Ummnn… la verdad no tengo uno, sólo llámame aquello”.
—¿Por qué eligió un nombre tan extraño?
—Le pareció el más apropiado para un monstruo.
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—Ahh…—Murmuró mientras se removía en su cama—otra vez ese sueño…—se sentía inquieto cada que recordaba esas imágenes y voces extrañas.
—¿Otra pesadilla?—Miro a Killua que estaba recargado en la puerta con los brazos cruzados y mirándolo expectante—si hubieras dormido conmigo no tendrías de que preocuparte.
—Necesitaba estar sólo, y enfrentarme a mi mismo…—Decía distante y huyendo de la mirada azulada.
—Gon sobre lo de ayer…
—No quiero hablar de eso—Declaro mientras el mayor guardaba silenció—por favor déjame sólo…
—Gon…
—Por favor Killua—El albino camino hacia él y se acercó para depositarle un pequeño beso en la mejilla.
—Sólo llámame si me necesitas—Dijo para después retirarse de la habitación.
Justo cuando el albino cerró la puerta tras él se encontró con tres miradas de preocupación.
—¿Cómo está Gon kun?—Preguntó Alluka triste por el moreno, entre sus brazos se hallaba Clu y junto a sus pies estaba Mushu igual de ansioso que ella.
—Despertó mejor de lo que creí—Decía recordando lo triste y frustrado que estaba Gon ayer.
—No dejaba de llorar…—Decía triste a lo que el mayor acarició su cabeza.
—Gon es fuerte, superará esto solo hay que permanecer a su lado hasta entonces—La chica asintió entendiendo.
—¡Hagamosle un pastel para animarlo!—Decía decidida mientras se dirigía a la cocina con el peluche entre sus brazos y seguida del gato.
Killua sonrió a su hermanita para después mirar con preocupación la puerta de la habitación de Gon, cuando vio lo frió y distante que estaba el moreno un mal presentimiento se alojo en su pecho, quería entrar y estar junto a él pero sabía que Gon necesitaba estar sólo y pensar…
—Él es fuerte… va a estar bien…—Dijo para si mismo y se forzó a alejarse de la puerta, ajeno a lo que pasaba adentro. Gon había tomado una mochila y estaba guardando su ropa y otras pertenencias, ya estaba decidido lo que iba hacer. Con las sabanas de su cama hizo una cuerda para ayudarlo descender por la ventana, mientras se aseguraba que tenía un buen soporte miro hacia atrás una ultima vez.
—Gracias por todo…—Susurró con tristeza para después saltar por la ventana, se deslizo por las sabanas hasta caer seguro al suelo.
—¡Oh no esta mal Gon kun!—La voz de Hashiro lo sorprendió por completo, volteó a verlo encontrándose con su usual sonrisa.
—¿Qué quieres?—Pregunto tosco a lo que el peli rojo se rasco la cabeza un tanto nervioso, sobra decir que Gon estaba ligeramente molesto con él.
—Mira, sé que estas molesto conmigo, te lleve con Lucero y al final no tuviste ninguna respuesta.
—Bueno me entere de que soy una bomba de tiempo, sino me someto al precio que pague mis propios poderes me mataran—Interrumpió con mirada seria incomodando al peli rojo—en cierta forma te la debo, sino lo hubiese sabido terminaría por hacerle daño a los míos.
—¡No Gon kun, no te lleve solo por que tuvieras eso!—Interrumpió moviendo sus manos en negativa—bueno, pensaba que la visita a Lucero saldría más fructífera ¡Pero también tenia algo más para ti!—Gon arqueó una ceja intrigado.
—¿Qué es?
—Gon, tú te vas por que no quieres que tus poderes vayan a herir a nadie ¿Verdad?—El moreno asintió—veras, eh estado vigilando durante años a un científico que estudiaba a los monstruos, pero sobre todo a Lucero, él mejor que nadie conoces esos poderes tan raros que tienes Gon—el aludido lo miraba no entendiendo su punto.
—¿Y eso por que me importaría?
—¡Qué él podría ayudarte a evitar que tus poderes te maten!—Ahora el moreno lo miraba sorprendido, con un brillo de ilusión en sus ojos.
—¡¿Puede evitar que mis poderes no maten a nadie?!
—No es seguro—Declaro serio aplastando un poco sus ilusiones—el tipo esta un poco loco y no se si pueda o quiera ayudarnos, pero es él único que puede darnos esa esperanza.
—No pierdo nada con intentarlo—Declaro haciendo sonreír a Hashiro, sin embargo miro dudoso al peli rojo—¿Por qué me ayudas? Yo mate a Lucero.
—Sé que lo hacías por que ella sufría en ese estado—Agrego triste bajo la mirada del moreno—¿Sabes? Lucero sabía que terminaría así, ella tenia visiones del futuro cuando dormía.
—¿De veras?—Decía interesado recibiendo una sonrisa triste del otro.
—Estás aumentaron durante el embarazo, eran sumamente tristes al parecer, hasta el punto en que lloraba a solas cuando nadie la veía, dijo que no podría criarte…—su mirada bajo al suelo distante—también que terminarías en manos de la CIA, por eso me pidió que te llevara con ella a pesar de que no seria capas de hablarte, ella, de alguna forma, te diría del peligro que corrías… su último favor fue que te diera todas las opciones posibles para ayudarte… y además…—guardo silencio distante.
—¿Y además?—Repitió el moreno curioso y el peli rojo le sonrió.
—¡Más nada!
—¿Seguro?
—¡Segurísimo! Vamos, vayamos a buscar a ese científico—Empezó a andar seguido del moreno que lo miraba extrañado, sentía que lo que le iba a decir era importante pero no siguió insistiendo, tenia algo más importante que hacer…
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—¿Seguro que es aquí?—Pregunto dudoso al ver que en donde vivía ese científico era en una casa a las fueras de la ciudad aparentemente abandonada.
—Sip, entremos—Camino delante del moreno inspeccionando el lugar con la mirada conforme entraba.
—Este lugar no parece habitable…—Dijo al ver el horrible estado de los muebles, la pintura de las paredes cayendose a pedazos y un olor a polvo enorme.
—Para que te des cuenta el tipo de persona que es este tipo—Hablo tosco para la sorpresa de Gon que lo es cuchaba por primera vez así.
—¿Lo odias?
—Nunca me cayó bien, tenía una extraña obsesión con Lucero, un total pervertido—Explico con una expresión de estar recordando algo para luego mirar a Gon—es igual a Killua.
—¿En qué?—Miro un tanto molesto al peli rojo por esa comparación.
—En su obsesión, él hacia Lucero y Killua hacia ti—Decía sin titubear ante la mirada molesta de Gon.
—Killua me quiere, si él suele tener un humor cambiante pero es buena persona en el fondo.
—Es lo que te ha mostrado, si supieras lo que ha hecho…
—¿De qué hablas?
—¡Gahhh!—Un quejido desgarrador interrumpió la conversación, sin dudarlo el par dejo de lado la discusión y fueron corriendo al origen del ruido, era de una habitación al fondo, se encontraron con un hombre con una cuerda guindando del techo que sujetaba su cuello ahorcándole, en seguida Hashiro corto la cuerda haciendo caer al hombre quien tosía recuperando el aliento—¡Gracias! Coff coff ¡Gracias! ¡Trataba de suicidarme pero casi me mato!—dijo con felicidad y aliviado como si lo que acabara de decir fuera algo de todos los días. Tanto Hashiro como Gon se miraron mutuamente.
—Etto… ¿Usted es Dexter?—Pregunto Gon dudoso, observando al hombre detenidamente, era moreno de cabello castaño alborotado con lentes que cubrían unos ojos negros con ojeras, parecía llevar días sin dormir, llevaba una camisa azul descuidada con unos pantalones negros con sandalias viejas, para nada la apariencia de un científico. El hombre se levanto sonriente.
—¡Él mismo que viste y calza!—Dijo guiñando un ojo y alzando un pulgar presumiendo—¿Qué necesitan mis salvadores?
—Vera Dexter san, usted no sabe quien soy yo pero yo si sé quien es usted—Explico a lo que el hombre lo miraba con una sonrisa de curiosidad—sabemos de sus estudios sobre el monstruo Lucero Reziel—la expresión de Dexter cambió, su sonrisa se borró, abrió sus ojos alzando sus cejas y acto seguido empezaron salir lagrimas como cascadas.
—¡LUCEROOOOOOOO!—Se arrodilló a llorar desconsoladamente tapándose la cara con las manos sorprendiendo tanto a Gon como a Hashiro—¡Mi luceroooo! ¡Oh mi hermosa Luceroooo! ¡¿Por qué te fuiste antes que yo?! ¡¿Quién sería tan hijo de puta como para extinguir una luz tan única y bella?! ¡Sin ti este mundo no vale la pena!—los jóvenes miraban atónitos como el hombre se lamentaba.
—¿Es… por eso que trataba de suicidarse?—Preguntó un incrédulo Gon, Dexter asintió númerosas veces sin dejar de lamentarse.
—¡Si! ¡Pero no puedo hacerlo por mi cuenta, mi cuerpo simplemente rechaza la idea de morir!
—Ehh… si… el instinto natural es un fastidió—Comento Hashiro con un tono de voz de ironía.
—Lo lamento pero no puedo dejarlo morir—La voz decidida de Gon llamo la atención de los presentes, el científico lo miro con ojos llorosos e incrédulo.
—¿P-Por qué?
—Usted es él único que puede ayudarme con la investigación que ha hecho—Dijo para la sorpresa del mayor quien desvió la mirada decaído.
—Eres un monstruo ¿Verdad? Mi investigación no sirve para todos los de tú tipo, solo era para Lucero—Dijo con voz derrotada y desganada pero lo que escucho le trajo la vida de sopetón.
—Mi nombre es Gon Freecss, soy el hijo de Lucero—Sus palabras hicieron que el científico abriera la boca a más no poder y pusiera los ojos como plato—vera necesito…—no termino de hablar ya que repentinamente aquel hombre se paró delante de él y empezó a estrujarle las mejillas con una mirada de admiración.
—¡Ohhhh! ¡El hijo de Lucero! Y del imbécil de Ging…—Lo último lo dijo con una fugaz mirada de pena pero que volvió rápidamente a su estado de euforia—a simple vista tienes la rústica apariencia del estúpido de Ging Freecss, pero al observarte con más detalle tienes el hermoso brillo de ojos de Lucero ¡Y tú piel es tan delicada! Ohhh… si Lucero me hubiera escogido seguro nuestro hijo sería como tú—hablaba con una mirada de fantasía que incomodaba al moreno.
—Etto… gracias—Quito las manos en su mejilla y tomo distancia del científico que tenía una mirada más viva—vera Dexter san necesito su ayuda.
—¡Oh lo que quiera la sangre de Lucero!
—Mis poderes son iguales a los de Lucero.
—¡Eso es genial!—Sus ojos parecían unas estrellas de lo brillante detrás de él estaba Hashiro que suspiraba y observaba expectante.
—¿Sabe del preció por el que hay que pagar para usar mis poderes como quiera?
—¡Claro!
—¿Sabe como evadir las consecuencias si no cumples los requisitos?—En la pregunta se noto la ansiedad que sentía. Dexter cambió su expresión motivada por una pensativa.
—No, pero si—Tanto Gon como Hashiro lo miraban confundidos y sorprendidos.
—¿A qué se refiere?
—Explíquese.
—Acompáñenme—Pidió con un semblante más serio. Siguieron a Dexter a la parte trasera de esa casa, en donde había un cobertizo que parecía que llevaba a un sótano, el científico saco unas llaves y abrió las puertas revelando unas escaleras que iban hacia el fondo. Gon y Hashiro seguían al centifico un tanto intrigados al ver como la zona se hacia cada vez más oscura, hasta el punto de ya no poder ver más nada, ni lo que tenían en frente.
—¿Donde estamos?—Hablo Gon al escuchar ruidos metálicos y sentirse un poco desorientado.
—Dexter san, más le vale no guiarnos a una trampa si aprecia su vida—Canturreó Hashiro sacando una navaja de su bolsillo, sin embargo los pasos del científico se oyeron desde un costado.
—No los guié a una trampa sino a mi laboratorio—Un clip encendió la luz dejando ver la zona donde estaban, una habitación blanca con computadoras sonando, estantes con numerosos libros, un escritorio en una esquina y lo que más destacaba en todo el lugar un tanque de cristal con un liquido brillante roza en el interior.
—Valla, el único lugar limpio y ordeno en toda la casa—Comento Hashiro mirando el alrededor.
—Un científico no se mide por lo limpio que este su vivienda sino por lo ordenado que este su laboratorio—Declaró con una sonrisa Dexter mientras Gon observaba aquel tanque con curiosidad.
—¿Qué es esto?—Pregunto el moreno apuntando al líquido roza.
—Lo llamo “Lagrimas de Lucero”—Dijo con una sonrisa bajo la mirada del moreno—lo cree en base a estudios de los poderes de Lucero que le robe a la CIA hace mucho tiempo, aunque la misma Lucero me ayudo también a crearlo. Son diferentes componentes químicos que cree aquí mismo, estudiados cuidadosamente los efectos que hacían en Lucero.
—¿Y con que fin hizo eso, y para que sirve?—Pregunto no entendiendo a donde quería llegar el hombre.
—Quería que Lucero estuviera conmigo para siempre…—Dijo con mirada nostálgica, como si estuviera hablando consigo mismo—sin embargo ella nunca estaría conmigo debido a que era un monstruo, por eso decidí que borraría ese obstáculo de la tierra para que al fin estuviéramos juntos—miro tanto a Gon como a Hashiro que lo miraban sorprendidos y expectantes, sonrió al observar lo ansiosos que se veían por que continuara—Gon, si tomas este líquido no solo evadirá los riesgos del incumplimiento de tu trato, sino que eliminara por completo tus poderes, en otras palabras te volverá humano.
Continuará…
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