lunes, 18 de abril de 2016

Capítulo 11: Entre tú y yo…



—Uwaahh…—Exclamo con asombro Franklin, su sonrisa se ensanchaba mientras miraba la enorme ciudad alumbrada por el atardecer y sobre todo el hotel lujoso en el que se iban a hospedar, junto a él estaba Kite observando un folleto.

—Creo que por ahora no iremos al bosque de este lugar, la tormenta de la otra vez puso las cataratas agresivas—Agrego un tanto decepcionado hasta que sintió la mirada del rubio brillante y traviesa.

—Neeh Kite san ¿Sabe por qué esas cataratas se mantienen liquidas a pesar del frio?—El peli largo lo miro intrigado.

—No ¿Por qué?



—Cuenta la historia de que son las lágrimas de felicidad de una joven muchacha al ver que su amado vuelve de la guerra—Hizo una pose dramática a lo que Kite le rodo una gotita de sudor por la sien—ellos se tomaron de las manos y más nunca se volvieron a soltar ¡Por eso las parejas van allá tomadas de las manos con la esperanza de que su destino sea igual!


—Supongo que es bueno que hayas investigado el lugar…—Dijo con un suspiro el mayor—iré con los demás al hotel, tú…—volteó hacia atrás con la mirada fija en el moreno con vista perdida en el cielo—¿Por qué no haces un poco de turismo con Gon? Ah estado distraído desde que subimos al avión, los alcanzaremos después—el rubio asintió contento para luego ver como se retiraba Kite.


Nuevamente observo al pequeño con mirada distante, sonrió travieso por lo bajo y con sigilo se le acerco por detrás, estaba a punto de echarle un grito en su oreja para asustarlo hasta que…


—No te atrevas Franklin—Advirtió Gon con un mohín mientras se daba la vuelta y quedaba cara a cara con el rubio que sonreía nervioso.


—Jeje ¿Cómo supiste?


—Deberías controlar tu respiración.


—De verdad eres muy bueno Gon—Le sonrió de forma coqueta al moreno pero vio como este no le prestaba atención ya que fijo su mirada en un avión lejano en el cielo—valla Gon, en verdad te gustan los aviones como para no quitar los ojos del cielo.


—¿Eh?—El menor lo miro por un momento sorprendido y después suspiro cansado—no es eso es que… algo no deja en paz mi cabeza—confeso con un semblante resignado bajo la mirada curiosa del rubio.


—¿Qué es mi ángel de pelos anti gravitatorios?—Gon ignoro ese sobrenombre o más bien no lo escucho, poso su mano sobre su pecho y su vista se volvió distante.


—Cuando subí al avión… y justo antes de que las puertas cerraran… me pareció escuchar a alguien llamándome…—Franklin arqueó una ceja intrigado.


—¿A quién?


—Killua…—Hablo para sí mismo pero el rubio pudo escucharlo perfectamente, soltó un suspiro pesado y observo l menor de manera fija.


—Aun lo quieres—No era una pregunta era una afirmación, Gon lo miro sonrojado e iba a decirle algo cuando una voz femenina los interrumpió.


—¿Y cómo dejar de hacerlo?—Anita se acercaba a ellos con una mirada seria y malhumorada.


—¡Anita al fin nos alcanzaste! Hoy como siempre luces una cara de mala leche—Aporto risueño Franklin irritando a la chica, Gon solo suspiro por lo bajo.


—Hola Anita—Saludo el moreno a lo que la aludida lo miro de reojo.


—Así que a pesar de ser rechazado te niegas a olvidarte de Killua—Agrego a lo que el menor frunció el entrecejo.


—¡Caramba! Viniste con ganas de morder eh…—Interrumpió Franklin poniéndose en frente de Gon e interponiéndose en la línea de visión de la chica—pues te lo diré de una vez, a partir de ahora y por el resto del viaje no voy a dejar que le amargues la experiencia a Gon ¿Entendido cariño? Si nos necesitas estaremos dando algunas vueltas por la ciudad—Sin esperar ningún tipo de respuesta de la muchacha tomo la mano de un sorprendido Gon y se retiraron.


—Franklin…—Llamo apenado el menor y el aludido le sonrió de lado.


—Ahora mismo no estas para pasar malos ratos ¿Verdad?—Le dijo en una voz melancólica pero cariñosa, Gon solo le sonrió.


Anita vio con desden al par alejarse para luego retirarse a registrarse al hotel. No es que fuera una chica toxica o reencorosa ¡Pero le molestaba de sobremanera que un chico que le interesaba la rechazara por otro chico! Gracias a su padre ha tenido todo que haya querido, desde objetos lujosos hasta los estudios, entoncces ¿Por qué le era tan complicado conquistar un chico cualquiera? Por sino fuera poco el instructor Kite le tiene una clara preferencia, simplemente frustrante. Un suspiro abandono su boca mientras la secretaria que la atendia le daba una hoja para que firmara y las llaves de su cuarto. De repente el ruido de las puertas de la entrada abriendose abruptamente llamaron su atención, con una expresión sorprendida al igual que algunos otros residentes que estaban, ahí observo a un grupo de cuatro personas que respiraban agitados y algo sudados.


—¡Joder Ging! ¡¿Por qué tenías que pelearte con el tipo del taxi?!—Grito molesto el moreno más alto ¿Ese no era el doctor Leorio de la enfermería de la escuela?


—¡Nos quería robar con el maldito pasaje! ¡¿Es que no lo vieron?!—Le respondió el hombre que se supone se llama Ging, ahora que lo mira mejor se parece mucho a Gon ¿Sera que…?


—¿Por qué no podemos tener un viaje normal?—Dijo un adolescente rubio con expresión cansada, en eso posa su mirada en el más joven de las cuatro personas, se sorprendió mucho al reconocerlo ¿Killua vino a buscar a Gon?


—¿Gon está en este Hotel?—Dijo mirando a todos los lados hasta que su mirada se cruzó con la de Anita.


—¡Ya te dije que sí! ¡No soy idiota como otros!—Regaño el adulto pero vio como el albino salía corriendo en dirección hacia la peli verde.


—¡Anita!—Killua a gran velocidad se había puesto en frente de la peli verde sorprendiéndola—¡¿Has visto a Gon?! ¡¿Dónde está?!—Pregunto ansioso el albino y por un momento la chica guardo silencio…—¡¿Y bien?! ¡¿Sabes o no?!


—Dijo que daría un recorrido fuera de la ciudad—Respondió con una expresión neutral.


—¡¿Qué?! ¡Se supone que debería estar en el bosque o algo así! ¡Demonios, ahora el dinero del viaje en taxi se fue a la mierda!


—¡¿Cual dinero?! ¡Le diste un puñetazo a ese pobre hombre y tuvimos que huir de él para que no nos atropellara con su auto!—Leorio y Ging empezaron a discutir sonoramente mientras en una esquina Kurapika suspiraba cansado.


—Anita—La voz de Killua llamo nuevamente su atención—gracias—la aludida solo asintió sin mirarlo a los ojos, el albino se dirigió a la puerta—¡Vámonos ya!—llamo saliendo del lugar seguido del rubio y del par que discutía y gruñía. Anita se les quedo viendo hasta que se fueron…


—Acabo de mentir… en verdad soy rencorosa eh…—Dijo para sí misma con una expresión aburrida e indiferente.


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—¡Woohh!—Franklin miraba con asombro las luces de los árboles que adornaban el parque que visitaban—¡Mira Gon! ¡¿No es grandioso?!—el rubio tironeaba de un lado a otro al moreno enseñándoles las diferentes atracciones turísticas, desde estatuas de piedra hasta jardines con formas extrañas.


—¡Franklin ya deja de molestar al pobre chico! Déjalo respirar—Regaño Spinner malhumorada, en eso el rubio soltó la mano de Gon y le sonrió coqueto.


—¿Estas celosa mi amada y encantadora compañera de cabellos rojos?


—¿Quieres morir mi compañero con el ego del tamaño de una montaña?—Gon observaba con una sonrisa nerviosa como discutía el par hasta que vio como Kite se acercaba.


—Esos dos se llevan bien ¿No?—Comento el peli largo poniéndose a su lado y viendo como la peli roja le daba una patada voladora al rubio que salía volando contra un árbol.


—No sabría cómo explicar su relación…


—Es como contigo y Killua—Gon lo miro un tanto sorprendido y curioso por el comentario—aun cuando discuten siempre terminan riendo, es como si los volviera más unidos—le sonrió al menor pero noto como este bajaba la mirada cariz bajo.


—¿Es así? Vaya…—Murmuro para sí mismo preocupando al mayor.


—Lo eh estado pensando hace tiempo… Paso algo entre ustedes ¿Verdad?—Gon levanto la vista con una sonrisa triste—


—¿Es muy obvio?


—Eres muy fácil de leer, inclusive llegue a pensar que no querías ir al viaje para no separarte de él—El menor se sonrojo un poco al darse cuenta de lo bien que leyeron sus sentimientos—¿Qué sucedió?—Hubo un momento de silencio hasta que se escuchó la baja voz de Gon.


—Pues…


—Yo puedo responderlo por ti ya que te cuesta tanto—La voz femenina y malhumorada de Anita los interrumpió.


—Anita al fin llegaste—Comento Kite arqueando una ceja intrigado por el mal humor de la chica.


—Me costó un poco alcanzarlos ya que no se molestaron en esperarme.


—Te dije que nos reuniríamos en esta ciudad ya que no querías ir al bosque de Azafran—La chica se veía altanera y malhumorada, pero Kite se daba cuenta que no era por él por la mirada rencorosa que le daba la chica a Gon.


—¿Quieres saber por qué Gon y su amigo canoso están peleados?—Dijo en voz alta para que las personas alrededor la escuchen sobresaltando al moreno y al peli largo.


—Anita ¿Qué estas…?—Kite trato de detenerla en vano ya que la chica siguió.


—Porque probablemente se le confeso y ahora Killua le tiene asco, tan simple como eso—Finalizo alzando las manos despreocupada e ignorando las miradas de sorpresa de las personas a su alrededor.


—¡Anita!—Kite iba a hablar cuando la silueta de Franklin le paso por al lado rápidamente poniéndose en frente de Anita.


—¡¿Cómo te atreves a hablar de algo de lo que no sabes?!—Grito molesto, por primera vez se le veía realmente irritado.


—¡Caramba! No pierdes ninguna oportunidad para salir a lamerle las botas a Gon.


—¡Suéltame abuela! ¡La voy a cortar en pedacitos!—Se oía la voz de Mito no tan lejos de donde estaban, había estado tomando té caliente sentada en una banca junto a la anciana hasta que escucho como una arpía molestaba a su niño, era un milagro que la abuela la pudiera sostener de los brazos.


—¡Paren los dos!—Intervino Kite ya muy molesto—¡Este es un viaje muy especial no voy a perdonar este tipo de actos! ¡Y eso va especialmente para ti Anita!—la aludida lo miro sorprendida—¡No me interesa quien sea tu padre! ¡Si sigues con esos atropellos te juro que te saco de este grupo!


—¡¿Qué?!—Exclamo indignada—¡Sabía que le tienes preferencia a ese chiquillo! ¡Desde que le dio la gana de unírsenos tú solo has estado pendiente de él!


—¡Por supuesto coletas! ¡¿Qué esperabas?! ¡Él es veinte veces mejor de lo que tú y yo somos!—Agrego Franklin a lo que sintió una mano gentil en su hombro.


—Yo puedo explicártelo Anita—Dijo tranquilamente Gon para la sorpresa de todos, el rubio sujeto su mano.


—Gon no tienes que decirle nada…—Agrego queriendo protegerlo pero el moreno le sonrió dulcemente.


—Llevo una vida guardando silencio…—Ahora se dirigió a la chica con expresión intrigada—lo cierto es Anita, la razón por la que Kite esté siendo tan atento conmigo es porque mis días están contados—los ojos de la chica se abrieron a más no poder—no se sabe con exactitud cuando voy a morir, y la verdad es que no me importa, yo solo quería alejarme un rato de mis problemas con Killua, lamento si eso te molesta Anita pero si le miras por el lado bueno ahora más que nunca tienes el camino libre con él—acto seguido dio media vuelta y se retiró tranquilamente. Anita se quedó mirando su espalda congelada, sintiendo como sus ojos se volvían cristalinos por la culpa.


—Toda mi vida he sido un feminista de primera, pero diré algo que va contra mis creencias—El rubio miro a Anita con enojo—eres una perra desgraciada—luego fue tras de Gon, Kite la miro de reojo y suspiro.


—Espero que esto te habrá los ojos Anita, no todo el mundo gira alrededor de ti—Luego se retiró dejando sola a la chica cuyas lágrimas rodaban por sus ojos.


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—¿Estas bien?—Franklin le daba un vaso de plástico con té caliente a Gon, se hallaban de noche sentados junto a la entrada de un parque turístico, famoso por su bosque pero sobre todo por las cataratas que prácticamente caracterizaban la ciudad.


—Estoy perfectamente, no te preocupes—Gon sonrió amablemente mientras aceptaba a bebida del rubio—aunque me preocupe un poco cuando escuche a Mito san tan molesta, me alegro que nadie resultara herido—soltó una risilla nerviosa al saber lo fuerte y malhumorada que es su tía. Franklin suspiro y sonrió de manera ensoñadora.


—Es tan tranquilizante verte sonreír…—Gon lo miro de reojo curioso, pudo los ojos verdes cristalinos del otro—saber que un día… esa sonrisa dejara este mundo…—el menor tomo su mano gentilmente.


—Está bien… solo no pienses en eso—Le pidió con voz suave y una sonrisa.


—Perdona yo…


—¡Por Dios! ¡Alguien pare a esa chica!—De repente el grito de una mujer los interrumpió, numerosas personas corrían hacia dentro del parque, el rubio y el moreno no dudaron en seguirlas, llegaron a lo que sería la exhibición de cataratas furiosas y vieron a Kite y a Mito junto a los demás en frente de toda la muchedumbre.


—¡Kite! ¡¿Qué pasa?!—Dijo Gon llegando con dificultad junto al aludido y seguido de Franklin.


—Es Anita—Apunto a la pared al lado de las cataratas, sentada en una pared se hallaba la chica con mirada perdida al suelo y muy cerca de las furiosas aguas que caían a un río de corrientes violentas.


—¡¿Pero qué va a hacer?!—Grito el rubio alarmado.


—Le hemos llamado varias veces pero ella no nos escucha, esto es malo, siento que pronto va haber una tormenta—Decía Mito preocupada, venga que la chica la hizo enojar pero no era como para desearle la muerta. De repente vieron como Gon saltaba la reja metálica que los separaba de las tierras de la catarata.


—¡Gon!—Lo llamaron al ver como el menor escalaba la pared rocosa peligrosamente cerca de la pared de agua, era una gran altura por lo que tardo un buen tiempo en llegar junto a la chica, con dificultad de no resbalar con las rocas se ubicó junto a la peli verde.


—¿Qué haces aquí?—Dijo ella sin mirar al peli negro.


—Tenemos que irnos Anita, es peligrosa estar aquí—Decía Gon tomándola de la mano pero ella lo aparto en seguida.


—¡No seas hipócrita! ¡Sé que me odias así que no andes de justiciero humilde y trates de salvarme!—Grito enfadada para luego cambiar a una deprimida—soy un asco, hacerle la vida imposible a un chico cuya vida es corta…—el moreno la miro apenado.


—Anita, es imposible que tú me hagas la vida imposible—Agrego con mirada expectante y ella suspiro.


—Pero te herí ¿Verdad? Con las cosas que hice…


—No te sientas mal—Declaro sin tapujo—tú quieres a Killua y yo también, supongo que es normal que tuviéramos una relación turbia.


—Eres demasiado bueno—Dijo ella un poco molesta—lo único que tenemos en común es que Killua nos rechazó… y que ahora estamos con el corazón roto y sin poder querer a nadie más, encima vengo y actuó como toda una idiota contigo, solo déjame saltar a ver si el agua limpia mis errores….


—¡OH POR FAVOR!—El grito de Gon resonó en todo el parque, sorprendiendo tanto al público como a la chica, el moreno se veía muy molesto y con una venita palpitante en la frente—¡Tú solo has querido a Killua unos jodidos días! ¡Yo lo eh querido durante años! Gran cosa te rechazo ¡Al menos no te odia ni tiro por la borda los años de amistad que tuvieron! ¡Anita has cometido errores pero tienes una vida para reivindicarte y buscar a alguien que si te quiera! ¡En cambio Yo…!—se mordió el labio, suspiro y desvió su mirada vidriosa—con suerte y Killua vendrá a escupirle a mi tumba…


—¡No llores! ¡Olvídate de Killua y dame un abrazo!—Grito una voz femenina del público.


—¡Si él no me escoge a mi mucho menos a ti!—Intervino Franklin irritado por quien sea que haya gritado.


Gon suspiro nuevamente con melancolía bajo la mirada de tristeza de la otra que jugueteaba con sus dedos nerviosa.


—De verdad lo quieres eh…—Dijo por lo bajo, el moreno asintió con pesadez.


—Fue mucho tiempo de convivencia…—Volteo a ver a la chica con una débil sonrisa—si tú aun lo quieres… cuídalo por mi ¿Si? Es un buen chico, aunque es difícil de entender y a veces diga cosas hirientes…—susurro con algo de melancolía, de repente se oyó el llanto de una chica, Gon miraba sorprendido a Anita que lloraba desgarradoramente—¿A-Anita?


—¡Lo siento mucho!—Grito con lágrimas en los ojos para la confusión del moreno—¡Te mentí! ¡Killua no te tiene asco!


—¿Eh?—Pronuncio Gon incrédulo.


—¡Le importas más de lo que tú crees! ¡Probablemente seas la persona que más le importa en este momento!


—¿Qué? N-No puede ser… él me dijo que me odi…


—¡Mira no sé qué demonios paso entre ustedes!—Interrumpió ella tomándolo de los hombros—¡Pero después de que te fuiste con Franklin, Killua llego al hotel desesperado por encontrarte!—Gon abrió sus ojos en sorpresa total.


—¿Me está…buscando?—Hablo bajo y para sí mismo, una mirada de tristeza apareció en su semblante.


—Te hubiera encontrado de no ser por mi estupidez, le mentí y le dije que estabas afuera de la ciudad—Confesó ella con arrepentimiento.


—¡Perra desgraciada!—Grito un hombre en la multitud, muchos asintieron estando de acuerdo.


—Gon…—Llamo atrayendo la atención del menor nuevamente—búscalo y habla con él, seguro encontraras algo mejor que un escupitajo—decía con una sonrisa que el moreno respondió con otra igual.


—Lo haré… pero primero tenemos que bajar de aquí, empieza a hacer frio—Le tendió la mano a la otra y esta lo acepto, se oyeron los suspiros de alivio y algunos aplausos de los espectadores mientras veían como bajaban con cuidado los jóvenes, pero no duro mucho…


—¡Kya!—La piedra en el que se apoyaba el pie derecho de Anita se destrozó por el peso haciendo que la chica resbalara Gon la jalo con fuerza del brazo tirándola a una piedra a su lado más grande, pero al hacerlo perdió el equilibrio y soltó la mano de la otra.


—¡GON!—Gritaron Kite, Mito y Franklin al mismo tiempo al ver con horror como el chico estaba a punto de caer en esa catarata.


—¡D-Dame tu mano!—Anita como pudo estiraba su mano hacia el moreno pero esta se negaba a tomarla.


—¡No Anita, si lo haces caeremos los dos!—Dijo sabiendo lo quebradizas que estaban las rocas y que no aguantarían el peso de ambos, trato de moverse pero todo estaba inestable y resbaloso por el agua.


—¡Spinner, busca el equipo de montañismo del auto ahora!—Se oyó la voz de Kite pero Gon estaba muy concentrado en no caer, hasta que noto un pequeño copo de nieve…


—Oh no…—El moreno frunció el entrecejo al empezar a caer más copos de nieve y a escuchar el ruido de los truenos.


—¡Al demonio voy a ir!—Franklin iba a saltar la reja hasta que Kite lo detuvo.


—¡Si vas allá serán tres a los que tengo que salvar!—Advirtió el peli largo.


—¡Gon no aguantara mucho con la tormenta que se avecina!


—Lo hará él es fuerte—Dijo queriendo tranquilizar el ambiente pero sabía que el rubio tenía razón.


La tormenta empezó a hacerse más fuerte y con eso se le hizo más complicado a Gon el sostenerse en esa pared rocosa, más si la catarata a su lado se volvía más violenta, de repente una rama grande de árbol se posó casi al lado de su mano.


—¡Gon sostente de esto! ¡Te voy a jalar para este lado!—Anita había alcanzado agarrar una larga rama de un árbol, doblaba el palo sin romper el tallo para mantenerlo unido al tronco y así usar su fuerza y la de ella para cagar y jalar al moreno.


—S-Si…


—Bien pensado—Susurro Mito al ver lo que planeaba la chica, de repente vio como unas cuatro silueta pasaban a su lado rápidamente y saltaba la reja metálica—¿Esos no eran…?—pronuncio sorprendida hasta que escucho la voz de Kite.


—¡Muy bien! Estoy listo—Anuncio el peli largo con una cuerda y un pico para escalar aquella pared rocosa.


—¡Gon ya viene Kite, date prisa!—Dijo la chica a lo que Gon asintió, el moreno soltó el agarre de una de sus manos para tratar de tomar la rama pero…—¡GON!—las rocas en las que se apoyaba se rompieron y sin poder conseguir apoyo en ningún lado cayo.


Gon estiro su mano tratando de agarrar aquella rama pero ya estaba fuera de su alcance, cerró sus ojos esperando recibir el impacto del agua hasta que de repente sintió un apretón en su brazo sorprendiéndolo, abrió los ojos y vio quien lo tenía sujetado.


—¡Ah…!


—¡Ustedes!—Anita veía con asombro al igual que Gon como Killua se había trepado a la rama guindando de esta con sus pies para poder tomar la mano del moreno, mientras que Ging, Leorio y Kurapika ayudaban a Anita a sostener la rama.


—¡¿Ki-Killua?!—Llamo Gon sorprendido a lo que el albino le sonrió con dificultad.


—Perdona la tardanza…


—¡Lamento interrumpir la conmovedora reunión pero tienen que venir para acá ahora!—Decía Leorio respirando con dificultad. Killua empezó tirar del moreno e intentar a poyarse mejor de la rama pero un crujido alarmo al grupo—¡L-La rama!—Una grieta se hizo en el palo.


—¡Killua, date prisa y trae tu trasero y el de Gon aquí!—Grito Ging prediciendo lo que iba a pasar si no se daban prisa.


—¡E-Eso intento!—El albino cada que hacía un movimiento brusco se oía otro crujido en la rama.


—¡Killua suéltame!—Las palabras de Gon alarmaron a todos los presentes.


—¡¿Qué estás diciendo?!—Le grito molesto el albino.


—¡Sino lo haces caeremos los dos!


—¡Kite ve rápido!—Dijo Mito empujando al aludido quien salió corriendo hacia la pared rocosa, tenía el corazón en la garganta al escuchar lo que dijo su niño.


—¡Gon es probable que mueras por las aguas rápidas y esta tormenta!—Añadió Killua a lo que sujetaba con más fuerza la mano de Gon.


—¡Eso no importa, igual voy a morir!—El albino hizo un movimiento brusco y lo miro indignado, se escuchó otro crack en la rama.


—¡¿Tienes los cojones de decirme eso después que me la pase buscándote por todo el jodido mundo y para después morir ahogado?!


—¡No exageres!—Regaño el moreno mientras trataba de zafarse de la mano de Killua pero este lo sujetaba con más firmeza.


—¡Y una mierda! ¡Primero te vas sin decirme nada, luego no me dices que vas a morir! ¡¿Y ahora me sales con que quieres intentar un suicidio?!—Grito furioso ignorando otro crujido de la rama y como esta bajaba.


—¡Oigan este no es el momento para pelear! ¡A este paso van a morir!—Se escuchó la voz de Ging pero ninguno de los menores le hizo caso.


—¡¿Qué te importa que me vaya a morir?¡ ¡Si al fin a cabo me odias!—Acuso Gon de vuelta sin poder librarse de la mano de Killua.


—¡Tú sabes que no lo dije en serio! ¡Sabes que es imposible que sienta eso por ti!


—¡¿Yo que sé de tus sentimientos?! ¡Ni siquiera sé que significo para ti!


—¡Gon, Killua!—Grito Kite ya casi llegando, trataba de hacer entrar en razón a los menores.


—¡¿Quieres que te lo diga?! ¡Perfecto, para eso vine!—Declaro el albino sorprendiendo al menor y callándolo—¡Gon tú eres para mí…!—de repente paso lo que todos temían, la rama se rompió y los menores cayeron a las furiosas aguas…


Ambos cuerpos impactaron contra el agua con fuerza pero aun así sus manos seguían firmemente unidas. Por suerte Gon era un buen nadador, y se las arregló para mantenerse a flote a él y a Killua a pesar de las fuertes corrientes, quizás debió decir que podía nadar en vez de pelearse con el albino, después de un buen rato de dejarse llevar por esas frías aguas Gon arrastro a Killua a la orilla.


—Ahh, jaaa—Respiraba agitado por el esfuerzo, azotaba un viento fuerte por la tormenta y la nieve se empezaba a pilar sin embargo su atención se posó en el inconsciente albino a su lado—¡Killua! ¡Hey Killua! ¡¿Estás bien?!—se acercó hasta estar casi encima del aludido y empezó a zarandearlo para despertarlo—(oh n-no ¿Trago agua?)—pensó con miedo de que se haya ahogado, enseguida pensó en aplicar respiración boca a boca, un dejo de tristeza apareció en su mirada pensando que ese iba hacer el único contacto con los labios de su amigo y solamente para salvarlo—perdón Killua…—susurro una última vez para luego cerrar los ojos y acercarse lentamente a la cara del otro, por un momento paro cuando noto algo curioso—(¿Esta respirando?)—sino mal recuerda… ¿No que las victimas de ahogo no respiran? De repente una mano se apoyó detrás de su cabeza y lo jalo terminando de cortar la poca distancia entre ambos rostros—¡Humnp!—medio grito ahogadamente por el repentino beso, abrió los ojos en sorpresa cuando sintió el cambió de posiciones y ahora era Killua quien estaba encima de él.


Por un momento se vio sorprendido con los ojos abiertos, al otro noto como sus parpados se volvían pesados por el placer del acto, sus manos se hallaban a cada lado a la altura de sus hombros, la respiración se volvía agitada y apenas podía seguirle el ritmo al contrario, se supone que por la tormenta debería haber un horrible frio sin embargo ahora mismo no podía tener más calor, el beso termino tan rápido como comenzó. Killua se separó de él para luego abrazarlo fuerte por la cintura y esconder su cara en su hombro.


—Lo siento…—Susurro en el oído del menor que guardaba silencio—te amo…


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—¡¿Qué vamos a hacer ahora?! ¡La tormenta está empeorando y ellos están allá afuera quien sabe dónde!—Gritaba alarmada Mito, estaba con Kite y su grupo más Ging, Leorio y Kurapika, todos estaban dentro de la casa del vigilante del parque.


—Gon y Killua son grandes nadadores, pero con esas corrientes y este clima, temo que haya pasado algo…—Dijo en voz baja Kite poniendo el ambiente más de lo que estaba.


—Encontré el mapa—El vigilante llegaba con el gran papel en mano y lo colgó en una pared para mostrárselo a los presentes—las corrientes de la cascada llegan aquí—apunto a un terreno lleno de árboles.


—¡Vayamos a buscarlos!—Leorio iba a salir cuando fue detenido por Ging.


—Hay una tormenta allá afuera, y tiene pinta de que va empeorar—Se oyó unos truenos de fondo—si vamos nos congelaremos.


—¡¿Entonces quieres dejar a Gon y a Killua a su suerte?!—Acuso Mito molesta.


—Ellos no están a su suerte sino a su talento ¿No es así Kite?—El aludido lo miro sorprendido—Gon y Killua son fuerte ¿No lo crees?


—Si…—Miro el mapa nuevamente—cerca del área en que cayeron hay una cabaña abandonada, si salieron ilesos y con las habilidades de rastreo de ambos deberían poder encontrarlo—volteo a ver a todos los presentes—estoy seguro que ambos se encuentran bien, tenemos que creer en eso mientras esperamos que el clima mejore…


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Gon había abierto de una patada la puerta de una cabaña abandonada que recién habían encontrado, el moreno entraba con una cara realmente molesta seguido de un albino igual de irritado pero al mismo tiempo confundido, el moreno de repente lo había empujado y hecho a un lado cuando le dijo lo que sentía.


—¡Gon! ¡¿Acaso me escuchaste?!—El aludido bufo.


—¡Claro que te escuche!—Respondió entre dientes mientras agarraba una silla vieja y la rompía en pedazos para tirarlo en la chimenea polvorienta de un rincón bajo la mirada indignada de Killua.


—¡¿Entonces por qué estás tan molesto?!—Se acercó a donde estaba Gon y saco un mechero que por milagro no se había mojado, lo encendió y tiro a la chimenea para iniciar un pequeño fuego que cada vez se hacía más grande, luego volvió a ver al muy molesto Gon.


—¡¿Molesto yo?! ¡Pero si estoy feliz! ¡Feliz de que mi mejor amigo me tenga lastima y se sienta tan culpable como para besarme y decirme que me ama aunque no sea cierto!—Hablo con un tono de sarcasmo y furia que dejo boquiabierto al mayor, Gon jamás había sido así.


—¡¿Lastima?!


—¡Exacto Killua! ¡Seré ingenuo, idiota y todo lo que quieras pero incluso un analfabeta puede ver el “Gran sacrificio” que haces para complacerme en mis últimos momentos! ¡Gracias, pero puedes meterte tu buena acción por donde te quepa!—Hablo toscamente mientras se sacaba las botas café que llevaba y las tiraba en alguna parte de la habitación.


—¡¿QUÉ?!—Grito con un tic en el ojo mientras que al igual que el moreno se quitaba sus zapatos solo que estos eran no eran botas sino deportivos—¡¿Me crees capaz de mentir de algo tan importante?!


—¡Eres el tipo de persona que miente por una causa! ¡Seguramente que lo decidiste después de que te enteraste de que iba a morir!—Acuso ante la mirada incrédula del albino.


—¡Claro que no! ¡Gon cuando entendí que te ibas a ir para siempre abrí los ojos y…!


—¡Y te diste cuenta que eras un idiota que no podía ver sus propios sentimientos! ¡Oh vamos Killua, eso suena a película romanticona americana! ¡Te hubieras copiado de las novelas de la edad de piedra que ve Mito san, esas nadie las conoce!—El albino se sonrojo un poco por el bochorno de la situación—¡¿Crees que te voy a creer que me quieres después de la forma en que te has portado conmigo todos estos días?!


—¡P-Puedo explicártelo!—El fuego de la chimenea se volvió más intenso calentando el lugar, aunque ya estaba bastante caliente por la discusión de los jóvenes. Gon se quitó su chaqueta verde y la dejo frente al fuego a que se secara, quedando solo con un suéter sin mangas y cuello en v color negro, miro con una ceja arqueada al albino.


—Estuviste tratándome fríamente—Apunto mientras Killua se quitaba su propia chaqueta morada oscura quedando solo con un suerte azul oscuro manga larga.


—¿Yo actuaba fríamente? Estuviste evitándome todo el tiempo—Contraataco y el moreno bufo.


—Tenía que hacer el festival—Desvió la mirada y Killua chasqueó la lengua.


—Pero eso no te detuvo para andar arriba y abajo con Franklin como si fueran uña y mugre—Y entonces lazó la granada a Gon.


—Kite me puso de encargado de enseñarle como tratar a los animales ¿Qué tiene que ver Franklin en esto?—Gon aparto la granada como si nada sin darse cuenta—además bien tenías los labios de Anita para darte consuelo—y la granada exploto en toda la cara de Killua.


—¡E-Eso no fue así!—No pudo evitar tartamudear—¡Ella me beso a mí y en seguida la aparte! ¡En cambio tú sí que tenías un buen consuelo!


—¿Qué?


—¡Te vi besándote con Franklin aquella vez luego del festival! ¡Y después diciendo que te encantaría estar enamorado de él! Bien podrías intentarlo, seguro que él estaría encantado de ayudarte.


—¡¿QUÉ?!—Ahora Gon sí que estaba molesto—¡¿Estuviste espiando de nuevo?! ¡Y ni siquiera lo hiciste bien! ¡Yo nunca bese a Franklin en los labios, el medio un beso en la frente después de rechazarlo por andar queriéndote a ti!—Killua abrió los ojos sorprendido—¡Y si, ojala estuviera enamorado de Franklin! ¡Al menos así tú y yo seriamos los amigos de antes!


—¡Gon no es así! ¡Tú realmente me importas! ¡Es solo que escucharte declararte me tomo desprevenido!


—¡¿Declararme?! ¡Yo nunca me declare! ¡Tú solo me espiaste hablando con Anita!—Añadió con furia para después bajar la mirada con tristeza—tú solo… te apareciste y me rechazaste sin siquiera escucharme decírtelo…—Killua se sobresaltó por eso último, Gon tenía razón, quitando el accidente con el hongo de Alicia el moreno nunca le había dicho sus sentimientos.


—Gon perdóname… de verdad nunca quise hacerte sufrir…—Hablo con culpa y cariz bajo, la mirada vidriosa del moreno se posó en él.


—Hubiera bastado con eso… que te disculparas y olvidáramos lo sucedido para volver hacer amigos ¡No tenías que fingir sentir nada por mí Killua!


—¡Te equivocas Gon!—A gran velocidad se había puesto frente al moreno tomándolo de los hombros—¡No estoy mintiendo, tú realmente eres preciado para mí!


—¡Y un cuerno!—Aparto las manos del albino y desvió la mirada—aquella vez que me dijiste que me odiabas, sabía que no era en serio ¡Pero me dejo bien en claro que no me guardabas el mismo cariño que siento por ti!


—¡Demonios Gon! ¡Te estoy diciendo que te amo! ¡¿Qué hago para que me creas?!


—¡Que no me tengas lástima!


—¡Concedido!—Antes de que el menor volviera a replicar Killua tomo su cara con sus dos manos y lo beso.


—¡Humph!—Gon al principio se quedó quieto por la sorpresa pero después intento luchar haciendo que Killua lo abrazara con fuerza por la cintura impidiendo que se alejara, entonces empezó a darle golpes por los hombros que después se volvieron manotazos débiles, sus pies temblorosos empezaron a retroceder lentamente y a su vez los del contrario avanzaban, tropezó con una tabla sálica del piso de madera cayendo al suelo con Killua encima—¿Qu-Qué haces?—pronuncio con dificultad y respirando agitado al lograr zafarse del furtivo beso, podía sentir sus mejillas arder al ver la mirada penetrante de Killua.


—Dijiste que no te tenga lastima ¿No?—Mientras hablaba tomo las muñecas del moreno y las puso encima de su cabeza, una de sus manos se entrelazo con la de Gon—así que si te violo numerosas veces me vas a creer ¿Verdad?


—¡¿AH?!—Fue lo último que se escuchó antes de que el albino robara sus labios nuevamente.


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Mito miraba por la ventana en la sala del vigilante, llevaba un semblante preocupado mientras juntaba sus manos como si estuviera rezando.


—Él está bien—Dijo Ging mientras se acercaba a su lado, la mujer la miro de reojo mal humorada.


—¿Y los demás?


—Igual de ansiosos que tú, están hablando con el vigilante sobre las numerosas rutas en donde buscar a Gon y a su amigo.


—Ging ¿Por qué estás aquí?—Preguntó de la nada, el aludido la miro por un momento para luego fijar su vista por la ventana.


—Quería ayudar a Gon, eso es todo.


—Con que al final se necesitaba una enfermedad terminal para que atendieras a Gon.


—No me importa lo que tú digas—Gruño irritado por las palabras de la mujer, Mito suspiro.


—Gon se reunió con sus amigos otra vez, él está feliz y eso es lo que importa, se te agradece supongo—Dijo fríamente y ahora era Ging quien suspiraba.


—Yo no necesito de tus agradecimientos.


—Lo digo porque si no lo hago sentiré que te debo algo, y primero muerta que deberte un favor.


—Muy bien, vallamos a lo importante—Declaro Ging rascándose el cuello, siempre que hablaba con Mito terminaba irritado—sobre la enfermedad de Gon…


—No me hables de ella por favor—Pidió afligida, saber que en cualquier momento su niño cerraría sus ojos para siempre era como tener una daga clavada en el pecho.


—Esto es importante—Resalto Ging—cuando el medico dijo sobre que iba morir por una enfermedad desconocida algo en mi me ha estado molestando, así que investigue un poco por el hospital—la peli naranja volteo a verlo confundida—el imbécil del doctor cometió un error con los exámenes—los ojos de Mito brillaron—Gon no va a morir.


De repente se oyó un grito por toda la casa, quizás hasta llego a escucharse por toda la ciudad, todo el mundo corrió hacia el lugar de donde salió aquel grito femenino.


—¡¿Qué ocurre?!—Grito Kite alterado seguido de los demás. Todos quedaron boquiabiertos por lo que vieron, Mito abrazaba con euforia a Ging quien se encontraba alterado y ligeramente ¿Sonrojado?


—No me digan… ¿Confesaron sus sentimientos?—Dijo Leorio incrédulo, de repente una bota y una zapatilla volaron hacia su cabeza, por milagro las esquivo pero aterrorizado como estas estaban fuertemente clavadas en la pared hasta sacarle grietas.


—¡¿Quién querría a un idiota como él?!


—¡¿O a esta regañona?!—Gritaron el par muy molesto por lo dicho por el doctor.


—Entonces… ¿Por qué el grito?—Pregunto Abe a lo que Mito sonrió ampliamente y corrió a abrazarla.


—¡No morirá abuela!


—¿Eh?—Decía la anciana confundida, Mito se separó para verla llorando de alegría.


—¡Gon no morirá!—Ahora todos gritaron de asombro.


—¡¿D-De veras?!—Ahora Leorio se ponía de pie con lágrimas en los ojos.


—Descubrí el error del idiota del doctor, Gon solo tiene algo de estrés acumulado que se le quitara con descansar—Agrego Ging para la felicidad de todos.


—Jeje, es imposible que un ángel muera después de todo…—Comento Franklin sonriente a más no poder.


—Solo falta…—Kite miro por la ventana el violento clima frío—que lo encontremos a él y a Killua ilesos…


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—¡Ki-Killua! Pa- ahhmn—Dijo con dificultad dejando salir un gemido, el albino besaba y mordía su cuello mientras que con el peso de su cuerpo lo ponía de cara contra el piso, su cuerpo temblaba y sus mejillas ardían por la situación—pa-para Killua… no es gracioso…—cerro los ojos con fuerza, podía sentir el pecho del albino en su espalda y su cálido aliento en su oreja.


—Me rio pero no es una broma…—Susurro en su oreja de manera provocativa, sus manos viajaban por el pecho del menor, tocando en lugares que hacían jadear al moreno y por mucho que este le pidiera que se detuviera se podía ver a kilómetros su cara de deseo y la ansiedad en su voz.


—A-Ahh…—Gon no podía ocultar el temblor en su voz, ni los escalofríos que le producían las manos de Killua recorriendo su cuerpo, esto significa… ¿Qué no mintió? ¿Qué en verdad le quería? Su corazón se sobresaltó al sentir en donde metió la mano el albino—¡Ah! ¿K-Killua? ¿Qu-Qué haces?—dijo con algo de nerviosismo, una mano pálida estaba posicionada peligrosamente en el borde de su pantalón, por la posición su mirada estaba en el piso pero podía imaginarse la sonrisa pícara del albino en ese momento.


—Dije que te violaría ¿No?—Susurro mientras bajaba lentamente el cierre.


—E-Espera ¿D-De ver-verdad vas a hacer esto? Ki-Killua estas siendo un per- Aahm—Gimió cuando al fin el albino introdujo la mano en su pantalón—n-no…


—¿No quieres? Pero si estás muy dispuesto…—Empezó a remover la mano sacando el miembro despierto del moreno, empezó acariciarlo de manera lenta.


—¡Ahh! ahmn…—Ya no podía oponer resistencia, la ansiedad se apodero de él y su cuerpo empezaba a suplicar por más. Killua aumento el ritmo y la vieja cabaña se llenó de jadeos y gemidos—Ki-Killu- ¡Ahh!—no sabía cuándo pero el aludido le había quitado los pantalones con ropa interior incluida—n-no puedo ¡Ahhnn!—dejo salir la explosión que se había alojado en su vientre.


—Te ves mucho mejor así…—Decía en voz grave mientras depositaba un beso en su mejilla.


—N-No te burles…—Susurro por lo bajo el menor muerto de la vergüenza, de repente los dedos de la mano de Killua se posaron en sus labios.


—No te resista, si bien me deseas tanto como yo a ti…—Esbozo una sonrisa al ver como la cara del moreno se ponía más roja de lo que ya estaba, con lentitud fue introduciendo los dedos en la boca del menor, y no fue hasta que los sintió bien húmedos que los saco—esto puede doler…—advirtió para luego introducir el primer dedo.


—¡Ah!—Gimió en sorpresa y sintió como se movía y se retorcía en su interior, jadeo cuando le introdujeron otro, giraban y se abrían en tijeras, le hacía sentir una sensación muy extraña pero igual no podía decir que no le gustaba, soltó un gemido más sonoro ya con tres dedos dentro suyo—ahh…—su cuerpo temblaba al sentir que rozaban una parte realmente sensible en él, pero en cuanto más quería justo salieron y ahora algo más grande se posaba en su entrada. Soltó un gemido sonoro cuando lo envistieron repentinamente—ahnm…—el dolor y el placer lo embriagaban más lo jadeos del albino en su oído lo hipnotizaban.


—Gon…—Susurro de forma sensual el albino mientras empezaba a moverse de manera veloz y brusca, sacándole gemidos y gritos a Gon.


—¡Ahng! ¡N-No t-tan fuerte! ¡Ahh!—Suplico entre gemidos, podía sentir las manos pálidas del contrario subiendo su suerte hasta arriba y tocándolo por todo el cuerpo haciéndolo temblar, a este paso no iba a durar mucho…—¡Nahh! ¡P-Para v-voy ahh!—de repente Killua lo volteó cara a cara y subió sus piernas a sus hombros, entrando más profundo…—¡Ahhng…! D-Deberíamos ¡Ah! P-par—antes de que pudiera terminar el albino empezó a embestirlo de forma profunda sacándole un grito—¡AAAHHH!—el albino le dio una sonrisa maliciosa, podía ver sus ojos azul zafiros nublados y su cara un poco sudada por la situación tan agitada, las embestidas se volvían más rápidas y certeras, su mente estaba cada vez más ida y un hilo de saliva le recorría por la comisura de su labio, ya no podía más era mucho…—¡N-No puedo Ahh!—nuevamente se corrió y entre ambos abdómenes, Killua lo beso una última vez para luego venirse en su interior sacándole un jadeo.


—Ah…—Killua se dejó caer exhausto encima de Gon.


—Aunque acabe la tormenta… no podré salir de aquí…—Dijo en voz baja el menor al moverse y sentir dolor.


—Por mi está bien, estar aquí contigo solos, podemos pasar el rato de forma entretenida…—Le susurro en el oído al otro de forma sensual.


—No sé si pueda soportarlo…—Suspiro cerrando los ojos y olfateando el aroma del mayor.


—Gon.


—¿Uhmn?


—Te amo—El moreno por un momento abrió los ojos sorprendido para luego sonreír dulcemente.


—Yo a ti…


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—Gane—Decía cierta anciana junto a Abe, después de que se enteró de lo de Gon se separó del grupo para ir a una pequeña pero cómoda sala a tomar el té.


—¿Ganaste?—La otra le sonrió victoriosa.


—La apuesta, te dije que lo harían en estas fechas—Abe suspiro.


—Hiciste trampa ¿Verdad?


—Nop—Saco la lengua infantilmente con guiño de ojo incluido.



Fin.

1 comentario:

  1. Osea ,gon no momira me gustaria ver la reaccion de gon y killua al saber que no morira uwu

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