lunes, 18 de abril de 2016
Capítulo 10: El peligro asecha.
—Veo, veo algo alto con un tono azul y aunque es blanco no es nieve, es frio pero no es hielo y es letal si no lo tratas con cuidado.
—¡Ya se, ya se! ¿Un árbol congelado?
—Eso hubiera sido muy fácil.
—¿Mi fe en el amor al prójimo?
—Eso ni siquiera existe.
—Unmm… podría ser… ¿Killua?
—Bingo tenemos un ganador—Estaban en una carroza con caballos que era conducido por Killua y Lyon, en la parte de pasajeros estaban Alluka y Gon y en la de atrás estaba Hisoka que jugaba con un juego de cartas, andaban por el bosque rumbo a un nuevo refugio por orden del líder.
—Déjense de juegos estúpidos—Decía Killua algo fastidiado debido a que llevaban horas jugando todo tipo de juegos infantiles y una que otra canción popular.
—No te enfades, es que este viaje ha sido largo y estamos un poco aburridos—Pidió Gon con un puchero.
—Además jefe ya sabe cómo se pone Hisoka cuando se aburre, no tengo ganas de limpiar otro baño de sangre—Dijo mientras el nombrado le miraba y le sonreía de una manera escalofriante.
—Ya estamos cerca así que manténganse callados—Hablo Killua en forma de orden.
—Y por cierto ¿A dónde vamos?—Preguntó ahora Gon.
—Ya te dije, iremos a otra guarida que tenemos, está escondida en lo profundo de este bosque.
—Oh es cierto… ¿Cuántas guaridas tienen?
—Unas cuantas esparcidas en estas tierras, sirven para despistar a aquellos que nos persigan—Respondió Lyon.
—¿Nos están persiguiendo?
—No, es que quiero enseñarte este bosque—Respondió tranquilamente Killua pero esto le dio un mal presentimiento a Gon.
—Killua ¿Estas…?
—¡Mire príncipe ya llegamos!—Grito contenta Alluka al ver una pared de roca sorprendiendo al peli negro.
—¿Es aquí?—Pregunto dudoso viendo las pared que parecía muy normal a su vista—¿Acaso está arriba?
—Eres muy ingenuo—Sonrió divertido al ver el puchero del otro, acto seguido empujo una roca moviéndola a un lado dejando ver una puerta, el moreno se impresiono al ver el buen camuflaje que llevaba—entren ustedes que Lyon y yo iremos a llevar la carroza.
—¡Vamos Gon al otro lado hay una cascada!—Decía con alegría la chica y el moreno le sonrió gentilmente.
—Está bien—La menor le tomo la mano para que entraran y le dedico una última mirada al albino, por alguna extraña razón sentía preocupación, sin embargo entro a la guarida siguiendo a la pequeña.
—Yo iré a espiarlos—Hablo risueño Hisoka.
—Si miras a Gon te matare.
—No soy tan valiente—Sonrió divertido y se metió dejando a Lyon y a Killua solos. Fueron hacia la carroza y la metieron en una cueva cerca de ahí.
—Y dígame…—Hablo mientras caminaban de vuelta al refugio—¿Por qué le miente al principito? —decía en tono curioso ante eso el albino arqueo una ceja.
—¿Mentirle?
—Le dijo que vinimos aquí porque quería enseñarle este bosque, pero que yo sepa estamos aquí para despistar a la caballería y al Geney Riodan.
—Ah eso… solo estoy omitiendo información—Pronuncio como si nada y Lyon suspiro cansado.
—El príncipe quiere irse ¿Verdad?—El menor lo miro impactado.
—¿Cómo lo supiste?
—Solo lo supuse, ese chico en verdad es leal a sus principios.
—Si…—Pronuncio con un suspiro pesado—le gusta complicarlo todo.
—Seguro que no lo hace a propósito, y dígame ¿Qué hará?
—Por ahora estoy ganando tiempo… para pensar en algo.
—Siempre se le ocurre algo—Menciono tranquilamente—sobre Genthru, Sub y Bara…
—Están cumpliendo un encargo que les pedí—Decía sabiendo lo que diría el otro—seguramente lleguen tarde.
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En la aldea debajo de la montaña del dragón blanco estaban la caballería reuniendo información de su príncipe perdido, esta vez solo estaban cuatro personas, Kaito, Mito, Kurapika y Leorio preguntando en cada uno de los comercios.
—¿Has tenido suerte?—Dijo Leorio junto a Kurapika.
—No—Se sentaron en un banco—los aldeanos están actuando raro—pronuncio pensativo al analizar el comportamiento nervioso que tuvieron algunas personas.
—Bueno el pueblo en si es raro, digo ¿Quién aguanta tanto frio?—Pronuncio temblando levemente—además de que está muy alejado del reino Nostrade seguro que no les gusta los forasteros.
—Aun así tienen un comportamiento muy raro, tenían unos nervios que pasaban a miedo.
—¿Tú crees?
—Creo… que fueron amenazados—Dijo finalmente alertando al mayor.
—¿De veras crees eso?
—Sí, creo que el grupo que tiene a Gon está al tanto de nuestros movimientos y amenazaron a todos los que pudieran saber de ellos—Hablo dudoso ya que era una teoría—debemos hablar con Kaito.
—De acuerdo, sino mal recuerdo fue con la señora Mito a esa taberna—Se levantaron y fueron a la bodega, cuando entraron vieron a Kaito y Mito hablando con la cantinera la cual era una mujer mayor.
—Lo siento no eh visto nunca a este joven—Decía mientras limpiaba un vaso con un trapo.
—Señora no mienta, de aquí vinieron los rumores de que el príncipe estaba por estos rumbos—Hablo serio Kaito haciendo que la mujer tragara grueso, Leorio y Kurapika se acercaron y miraban con atención la escena.
—En las tabernas los chismes y los rumores van y vienen, no se fie de lo que dicen por aquí, pierden su tiempo—Kaito frunció el entre cejo, saco un papel y lo puso en la mesa de manera tosca.
—Esto es suyo ¿Verdad?—La señora miro con atención el papel y vio que era una carta.
—No sé qué es eso—Decía haciéndose la desentendida.
—Si lo sabe, tiene el nombre de esta taberna y el suyo propio Bianca—La nombrada lo miro nerviosa—por favor no siga mintiendo ¿Sabe que ocultar información a la caballería real es un delito grave?—hablo en forma de advertencia asustando a la mujer la cual miro hacia otro lado pensativa.
—Si les digo algo… ellos me mataran—Susurro bajo pero tanto Kaito como Mito pudieron escucharla perfectamente.
—¿Quiénes señora Bianca?—Pregunto suave Mito pero la nombrada guardo silencio, ante eso la peli naranja tomo su mano y la miro a los ojos con una expresión de tristeza—¿Usted es madre?—pregunto sorprendiendo a la mujer.
—¿Cómo lo supo?
—Tengo buen ojo para eso—Sonrió cálidamente—¿Pero sabe algo? Yo no tengo hijos—hablo de manera triste y los presentes guardaban silencio—la verdad nunca quise tener alguno, sin embargo, la esposa de mi primo murió al dar a luz a un lindo bebe, el inútil del padre salió huyendo con la excusa de que tenía asuntos políticos que atender dejándome al niño sin preguntar si quería o no cuidarlo—suspiro cansada al recordar aquellos momentos pero después sonrió—aquel pequeño fue creciendo cada día más travieso y soñando con ver al mundo, puede que no tenga mi sangre ni haya estado nueve meses en mi vientre pero rezo todos los días por su felicidad, sin embargo ahora está en peligro sin saber si está bien o si está herido… por favor—miro en forma de súplica a la cantinera—ayúdeme a buscar a mi niño—dijo finalmente y hubo un momento de silencio.
—Yo…—Pronuncio acongojada pero después respiro profundo—se quienes lo tienen—decía finalmente para alivio de los demás.
—¿Quiénes son?
—Ellos…—De repente un cuchillo voló hacia donde estaba, por suerte Kurapika agarro un plato y desvió el objeto, la mujer grito asustada y el grupo tomo posiciones, Leorio y Mito se pusieron a cada lado de Bianca para protegerla, Kaito y Kurapica se posicionaron adelante listos para pelear. Miraron la dirección de donde venía el ataque, había muchas personas que salían corriendo a todos lados pero lograron ver a tres hombres que tenían caras burlescas y amenazantes.
—Mujer estúpida ¿Qué parte de que si hablas mueres no entiendes?—Dijo Genthru en forma de amenazadora.
—¡¿Quién rayos son ustedes?!—Grito Leorio furioso al trio.
—Me temo que eso es clasificado—Pronuncio Bara con una sonrisa burlona llamando la atención de Kurapika.
—Esa voz… ¡Tú eres con el que pelee esa noche!—Dijo el rubio sorprendiendo a sus compañeros y poniendo en alerta a los contrincantes.
—¿Estás seguro?
—Si lo estoy.
—Entonces ustedes trabajan con la persona que se llevó a Gon—Decía Kaito mientras los apuntaba con la espada—en ese caso me los llevare a l fuerza —ante lo que dijo el trio rio divertido.
—Qué pena pero hoy no vinimos a divertirnos—Al terminar de decir eso saco una bomba de humo y la tiro al suelo aturdiendo a los otros y saliendo huyendo.
—¡Maldición se nos escapan!—Anuncio Leorio frustrado al no poder ver nada y teniendo a la cantinera desmayada en sus brazos.
—Todavía no, Kaito y la señora Mito están detrás ellos—Afirmo Kurapika al no ver a los nombrados. El trio estaba corriendo por los tejados siendo perseguidos por el peli largo y la mujer.
—¡S-Señora puedo encargarme!
—¡No digas estupideces Kaito!—Discutían mientras corrían a gran velocidad, Genthru al verlos acercarse cada vez más chasqueo la lengua y le hizo señas a sus compañeros para que lanzaran más bombas, el par al verlos empezaron a esquivar hábilmente.
—¡No lo hacen nada mal para un par de viejos decre…!—Pronuncio burlón Bara pero no pudo terminar ya que una patada voladora le dio en toda la boca haciéndolo caer contra el piso inconsciente, sus compañeros quedaron en shock viendo como la peli naranja daba volteretas en el aire y caía al suelo con gracia.
—¡Esos insultos vas y se las metes a tu abuela!—Grito furiosa con una venita palpitante en la frente y más una expresión irritada, Kaito estaba en blanco ¿Es que toda la familia tiene ese genio tan delicado?
—¡A-Atrevida!—Iba a agarrarla pero la mujer se le adelanto y le dio un puñetazo en la cara que lo tiro contra la pared de una casa y caía desmayado en un basurero.
—Tú eres el ultimo…—Dijo con voz grave y cara sombría que hizo temblar al hombre.
—¡M-Me rindo!—Se arrodillo y alzo sus manos para que lo esposaran cosa que hizo Kaito cuando llego.
—Te tardaste—Cruzo sus brazos en forma de reprimenda al peli largo quien agacho su cabeza cual niño regañado.
—Prometo compensarlo obteniendo el paradero de Gon—Decía sonriéndole al Genthru el cual chasqueo la lengua fastidiado.
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Alluka y Gon estaban mirando la fuerza en la que caía una cascada, el bosque era verde y con la luz del sol se veía brillante más los animales que de vez en cuando se les aparecía.
—Este lugar están cálido, me cuesta creer que este tan cerca de esa montaña—Hablo sonriente mientras chapoteaba con sus pies el rio que había formado la cascada.
—¿Es raro verdad? Mi hermano dice que es lo que le gusta de este bosque—Menciono contenta mientras lanzaba piedras.
—¿Suelen cambiar de guarida muy seguido?—Pregunto mirando a la menor la cual miro al cielo pensativa.
—Unmm… no lo entiendo muy bien, pero solo lo hacemos cuando está pasando “algo”
—¿Algo?
—Si es complicado, no lo sé explicar muy bien príncipe.
—Ya veo…—Susurro por lo bajo, pero de repente escucho algo y frunció el entre cejo molesto- Hisoka sal de ahí, no me gusta que me espíen.
—Fufu que admirable príncipe, no todo el mundo detecta mi presencia—Dijo juguetón mientras bajaba de un árbol y se acercaba al par.
—Creí que ya no iban a vigilarme.
—Así es.
—¿Entonces?
—Es que la costumbres no se quita fácilmente—Decía mientras soltaba una risita, al verlo la chica puso un puchero.
—¡Mooo! Eres un rarito Hizoka.
—¿Con que esas tenemos? Entonces ya no te daré el pastel que compre de chocolate—Hablo como si estuviera ofendido y a la menor le brillaron los ojos.
—¿De veras?
—Solo te daré si te disculpas.
—Lo siento, lo siento, lo siento—Decía repetidas veces juntando sus manos en forma de disculpa haciendo reír a Gon.
—De acuerdo, está dentro.
—¡Yay!—Grito mientras salía corriendo a la guarida.
—¿No viene príncipe?
—No, yo iré más tarde—El peli roza asintió y se retiró siguiendo a la menor, el moreno quedo pensativo y luego se metió al rio que le llegaba hasta las rodillas, se dirigió a la cascada y se puso debajo de esta sin impórtale que se mojara su ropa, cerró los ojos sintiendo el agua fría recorrer su piel quería calmar esos pensamientos que le rondaban en la cabeza—(creo… que Killua me oculta algo)—pensó intranquilo mientras recostaba su frente en la pared húmeda de piedra —(desde que me dijo que viniéramos a este bosque tengo ese presentimiento de que sucede algo, no me estará….)—de repente sintió que lo abrazaban por detrás, se sorprendió pero reconoció los brazos que rodeaban su cintura.
—¿En qué piensas? ¿En qué es lo que te estoy ocultando o si te estoy mintiendo? —Susurro suave en el oído del peli negro el cual abrió los ojos sintiéndose atrapado ¿Cómo lo supo?—es fácil adivinar qué piensas, eres muy transparente.
—Entonces… ¿Qué está sucediendo realmente?—Pregunto finalmente y el mayor lo soltó y lo tomo por los hombros para voltearlo a verlo cara a cara acorralándolo contra la pared, se ruborizo al verlo, tenía su ropa pegada debido al agua y sus ojos azules lo miraban fijamente posicionando sus brazos a cada lado de su cabeza, esto era malo para su corazón.
—Tu caballería real nos está pisando los talones y además ¿Recuerdas aquel tipo que te secuestro? El y su grupo también te buscan—Confeso serio.
—¿Qué? ¡¿De veras?!—Exclamo alarmado—¡¿Por qué no me lo dijiste?!
—Pensé que te irías.
—¡Por supuesto que lo haría! Kaito y los demás deben estar pero…—El mayor lo beso interrumpiéndolo, se quedó quieto por un momento pero después quiso resistirse empujándolo— espera Killua…—el nombrado tomo sus manos y las puso contra la pared besándolo nuevamente y el menor no pudo seguir resistiéndose, era mucho. El albino se separó de él dándole leves besos y mirando su rostro sonrojado.
—No te vayas Gon…—Susurro mientras lo abrazaba y escondía su cara en el cuello del peli negro— no me obligues a encerrarte de por vida—dijo suavemente y el príncipe lo abrazo con una sonrisa cálida.
—No lo harías… Killua es buena persona en el interior—Hablo dulcemente y el otro bufo.
—Ingenuo, debajo de mi cama tengo cuerdas y esposas listas para cumplir su función.
—Ah ¿Eso? Las encontré por casualidad y me deshice de ellas, no lo hice a propósito es un reflejo que tengo al ver ese tipo de objetos—Pronuncio inocentemente como si fuera lo más normal del mundo y Killua rio por lo bajo.
—¿Te crees muy bueno? ¿Qué harías si te violo aquí y ahora?—Volvió a mirarlo a la cara con una expresión gatuna y el moreno parpadeo un poco desconcertado.
—¿Qué haría si me violaras? Unmm…—Puso una expresión pensativa, de repente el albino vio como le salía humo por las orejas—ugh no lo sé, mejor no lo hagas—pronuncio rendido al no llegar a una respuesta clara haciendo que el mayor soltara una carcajada de buena gana.
—Jaja ¿Cómo que no sabes? ¡En verdad eres raro!—Dijo entre risas.
—Killua…—Hablo llamando la atención del otro, el moreno tenía una expresión preocupada—no me iré pero…
—Lo sé—Lo abrazo queriendo quitarle su intranquilidad- no dejare que quedes como un cobarde que se fugó pero tampoco te casaras con nadie-le susurro en el oído suavemente y el menor lo abrazo.
—Killua.
—¿Umn?
—No tienes que violarme.
—Lo sé—Lo abrazo más fuerte y le susurro provocativamente en la oreja—no tengo que hacerlo para tenerte—sonrió y repartió pequeños besos en el cuello del otro el cual se estremecía un poco.
—Me haces cosquillas.
—Pero que no me detenga ¿Verdad?—Decía divertido para después separarse un poco y besarlo en los labios, el menor respondió el beso sonrojado y aunque el agua fría de la cascada aun recorría su cuerpo sentía que el mismo podía calentarla. Se estaban besando un rato hasta que hubo un ligero percance.
—¿Qué están haciendo?—Salvaje niña cubierta de chocolate los miraba curiosa dando casi un infarto a la pareja.
—A-Alluka ¿P-Porque estas cubierta de chocolate?—Pregunto Killua tratando de cambiar de tema mientras se separaba de Gon el cual estaba de piedra, al escuchar su pregunta la menor puso una expresión malhumorada.
—¡El pastel de Hisoka era una trampa! Había un globo adentro y cuando lo toque con el cubierto ¡BUM! Quede cubierta de chocolate—Refunfuñaba molesta mientras se acercaba al rio y empezaba a lavarse el pelo.
—Te advertí que no aceptaras dulces de ese payaso—Suspiro al ver a su hermana lavándose molesta, empezó a caminar fuera del rio siendo seguido por el príncipe el cual estaba todavía sonrojado—asegúrate de regresar antes del anochecer ¿De acuerdo?—le decía amablemente a lo que la chica asintió con un puchero. El par camino alejándose de la niña que todavía susurraba maldiciones para cierto payaso. Gon todavía estaba apenado debido a que casi los pillaban en pleno acto ¿Cómo reaccionaría su nana si fuera la que los hubiera atrapado? Sus pensamientos fueron interrumpidos por Killua quien lo tomo del brazo y lo acorralo contra un árbol para besarlo.
—Ki-Killua…—Se ruborizo ante el ataque del otro que lo tomo desprevenido.
—¿Creíste que te me ibas a escapar?—Pronuncio con una sonrisa astuta sonrojando al peli negro y volviéndolo a besar—tus labios son dulces ¿Sabes? Son deliciosos.
—Killu—No pudo terminar de hablar ya que el albino rozaba sus labios con los suyos, sentía otra vez esa ola de sensaciones recorriéndole quería que lo volvieran a besar pero por su puesto tuvo que salir con otra cosa—m-mejor volvamos ¿Si?—dijo nervioso sin embargo el otro no lo dejo moverse.
—No me obligues a violarte—Decía con una sonrisa felina volviéndolo a besar, Gon medio gimió al sentir que le introducían la lengua y empezaba ese juego tan adictivo que le hacía perder la cordura y ahora el mayor metía la mano por debajo de su camisa tocándolo, ya no podía contenerse necesitaba más de él.
Killua bajo sus labios para llegar a su cuello para lamerlo y darle pequeños mordiscos haciendo que al menor soltara pequeños gemiditos, quería escuchar más así que en un momento estaban en el suelo con el menor sentado en sus caderas.
—Ahh—Gimió con algo de impaciencia al sentir como el otro daba besos a su cintura y le empezaba a quitar su ropa, no podía hacer nada, las sensaciones que recorrían su cuerpo lo dejaban sin fuerzas solo podía abrazarlo. Al ver sus reacciones el albino sonrió con lujuria, era como si estuviera viendo su verdadero yo y sin poder contenerse lo acostó en el césped y empezó a quitarse su propia ropa…
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—¿Qué sucedió aquí?—Lyon había llegado a la guarida y vio todo el comedor lleno de chocolate, Hisoka al verlo le sonrió.
—¿Quieres pastel?
—No volveré a caer en tu sucia trampa—Hablo con él entre cejo fruncido, limpio una silla y se sentó en ella, iba a tomar un vaso pero de la nada este exploto y lo lleno de chocolate, puso una cara de los mil demonios—eres un maldito hijo de…—no dijo lo demás ya que vio la expresión pensativa del peli roza y eso lo extraño ya que no es habitual verlo así—¿Qué te pasa?
—Huele a sangre.
—¿Eh? ¿Qué cosa?
—Todo… —Decía serio alarmando al otro—algo va a ocurrir y el aire nos lo advierte.
—Con que un presentimiento… ¿Y el jefe?
—Con el príncipe.
—¿Pero dónde?
—Eso quisiera saber…
La repuesta se encontraba no muy lejos, Killua tenía a Gon en sus caderas auto penetrándose gimiendo de a poco, debido a la posición hacia las embestidas más profundas excitándolos más, hasta el punto de perder la cordura.
—G-Gon en ver-verdad sabes volverme loco Nnn—hablo entre cortado con una sonrisa al escuchar los agonizantes gemidos del moreno en su oído y sentir como se aferraba a él.
—Ahh y-yo vo-voy ahh—Decía con dificultad al sentir que las embestidas daban repetidas veces en ese punto tan sensible en él, sentía que se derretía lentamente y no aguanto más—¡Ahhn!—se corrió entre ambos vientres apretando el miembro de Killua el cual no pudo contenerse y se vino dentro del moreno cayendo exhausto sobre él, se abrazaron y se besaron…
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—Se hizo muy tarde—Miraba el cielo oscuro con estrellas ¿Cuánto tiempo tardaron? Se sonrojo con ese pensamiento—l-los demás deben estar preocupados—se dirigía al mayor el cual bostezo aburrido, ya estaban vestidos con sus ropas todavía húmedas y caminaban rumbó a la guarida.
—No lo están, saben que estás conmigo así que no nos buscaran.
—Ya veo, pero aun así es tarde y—De repente Killua lo volvió a empujar contra un árbol con sus brazos nuevamente a cada lado de su cabeza, se puso nervioso—Ki-Killua pa-para ¡Ya lo hicimos dos veces quiero dormir!—se excusó lloriqueando por lo bajo.
—Quédate atrás Gon—Ordeno serio y el menor se sorprendió al ver su cara de molestia viendo a otra dirección, miro adonde el otro estaba mirando y vio la silueta oscura de alguien que los miraba con una sonrisa ladina.
—Kuroro Lucifer…
Continuará…
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