lunes, 18 de abril de 2016

Capitulo 29: Agentes Mushu, Clu y Lyon al rescate.

Nerviosos miraban el gran edificio, no tenían ni idea de que hacer pero estaba decididos a entrar. El ruido del césped a su alrededor lo alerto.



—¡Demonios Clu! ¡Deja de temblar, yo también tengo miedo pero es lo menos que podemos hacer por Gon!—Regaño Mushu al pobre osito que temblaban detrás de él, volvió a girar a ver el edificio custodiado por hombres de negro—malditos esos, irrumpir de esa manera en nuestro hogar y usar a la inocente Alluka de rehén para que Gon y los demás se entregaran…—murmuro con rabia al recordar como destruyeron la puerta en inmovilizaron a la joven mientras ellos solo pudieron esconderse. Suspiro para tomar la calma y pensar con claridad—menos mal que nos colamos en uno de los vehículos, veamos si lo doméstico no me ha quitado lo escurridizo que soy…—escaneó el lugar con su mirada gatuna, en tiempos anteriores se había colado en el edificio para buscarle información a Gon, pero de ahí a hacer una misión de fuga hay una buena diferencia—muy bien Clu, esto es lo que haremos—el aludido lo miro temeroso—nos meteremos por los conducto de ventilación, por allí se accede a todo al cuartel de la Cia, nuestro objetivo es el cuarto de vigilancia, es el único lugar en donde sabremos alguna pista de donde están todos—el osito asintió y tomo su cola cual niño tomando la mano de su madre parda no perderse y ambos fueron al edificio…

Con rapidez evadieron la mirada de los guardias y llegaron a un pequeño conducto escondido en una esquina entre los arbustos. Con sus uñas Mushu destornillo los tonillos que mantenía el conducto cerrado y los dos entraron al oscuro canal, Mushu delante gracias a su visión nocturna de gato podía dirigir el camino aunque recordar cual era el correcto era difícil, dieron bastantes vueltas hasta que oyeron el ruido de computadoras muy familiar para el minino, con rapidez llego a tres ranuras donde se colaba la luz de la habitación de debajo de ellos, entonces allí vieron un cuarto lleno de pantalla de televisores que estaba siendo custodiado por un vigilante que tomaba café, justo entro alguien por la puerta sorprendiéndolo.

—¡Vicepresidente Pariston!—Dijo el vigilante levantándose y poniéndose recto en forma de respeto al nombrado quien le sonrió de forma amplia.

—¿Cómo están nuestros invitados?—Se acercó a mirar las pantallas de manera fija.

—¡Lo sabía, por allí se debe ver la ubicación de Gon y los demás!—Susurro Mushu a Clu el cual asentía entendiendo.

—Bueno, la chica y el peli rojo los tenemos bajo control, pero él que esta dando problemas es…

—Nuestro querido Gon Freecss ¿Verdad?—Interrumpió risueño y el vigilante se rasco la cabeza incomodo por esa sonrisa.

—Bueno el también esta dando trasfate pero Hisoka lo mantiene a raya, él que en verdad esta dando problemas es el chico de pelo blanco, varios oficiales lo inmovilizan y aun así es difícil.

—¿Es así?—Observo fijamente una pantalla y sonrió—es sólo un humano, nada que no podamos controlar, quiero que le pongas especial atención a Gon kun y a la poción que le confiscamos.

—Si señor—Se quedo de pie hasta que el rubio se retiro. Ahora Mushu miro a Clu.

—Tenemos que deshacernos de ese vigilante y averiguar donde esta Gon y los demás…—Habló en voz baja. Cuando dijo eso el oso palmeó su cabeza como diciendo “No te preocupes” acto seguido abrió el cierre de su barriga y le mostró a Mushu una pastilla—¿Qué es eso?—preguntó curioso y sorprendido, Clu empezó a hacer una serie de señas que para cualquiera sería inentendibles pero para el gato era más claro que el agua—¿Esta pastilla es un laxante? ¿Y quieres tirarlo en el café de ese tipo para que valla corriendo al baño y nos de una oportunidad? —el oso asintió con emoción a pesar de la mirada atónita del minino—¿Por qué llevas esto contigo?—el muñeco le dio un golpecito en la cabeza para que reaccionará y se concentrara en lo realmente importante—de acuerdo, pero me tienes que decir después…—con agudeza ubico la taza blanca con café que para su suerte estaba justo debajo de ellos, Mushu tomo la pastilla con la uña de su pata y con mucha precisión apunto y la dejo caer.

Se oyó un “Plop” que aquel hombre no noto, se volvió a sentar en la silla, acomodó sus pies en el escritorio y se puso a ver nuevamente las pantallas con desinterés y algo de aburrimiento, tomo su taza de café con tranquilidad, el trabajo de vigilar las cámaras era sencillo y pagaba bien aunque le daba sueño, tomo un sorbo de su bebida, tenia un sabor distinto pero no le dio importancia debe ser por que estaba algo frió, con eso en mente se lo tomo todo de un trago queriendo después buscar más que estuviera recién hecho, entonces se levanto de su silla y se escucho un fuerte gruñido que se oyó en todo el cuarto.

—Ugh…—Su semblante se volvió azul y nervioso al tocar su estómago y sentir un montón de búrbujas que explotaban dentro suyo y dejaban escapar su contenido por su…—¡BAÑOOOOO!—grito como loco mientras salía disparado hacia el pasillo. Ambos, gato y oso, se dieron la mano y se abrazaron como dos buenos compadres, acto seguido con cuidado bajaron hasta el escritorio y se posicionaron frente a las numerosas pantallas.

—Allí están…—Murmuró Mushu al divisar lo que buscaba. Por un lado podía ver a Alluka sentada contra los barrotes de su celda y frente a ella estaba la de Hashiro, por lo que podía ver ambos estaban en buen estado físico y al menos estaban juntos, Gon, por otra parte, por lo que podía reconocer estaba en la cámara de castigo, encadenado y con uno de los cascos que tanto odia en su cabeza, por si no fuera poco estaba siendo vigilado por Hisoka aunque extrañamente se hallaba tranquilo y jugueteando con una carta—al menos el cachorro no parece herido…—le dijo a Clu quien asintió con gesto de alivio—ahora el bad boy Killua…—decía casi para si mismo buscando con la mirada en las pantallas, de repente se sorprendió, había escuchado que estaba causando problemas pero esto es ridículo, seis hombres mantenían al joven contra el piso de su celda y aún así uno que otro salía volando contra la pared, veía como violentamente se sacudía el albino para quitárselos de encima y además tenía esa mirada que le congelaba la sangre—humano o lo que sea, ese chico no es algo que se debe subestimar si se quiere vivir, Gon es el único que lo ve como un angel…—hablo casi para si mismo, dio una ultima mirada y algo llamo su atención—oye Clu ¿Eso es…?—dijo a lo que el oso se acerco a su lado y vio a lo que se refería, ambos se miraron teniendo la misma idea en mente…

.

.

.

.

Pariston caminaba una gran sonrisa por un pasillo largo para llegar a una gran puerta metálica y reforzada, dos militares custodiaban la puerta y al ver al vicepresidente llegar la abrieron. Cuando Pariston llego se encontró con unas paredes de hierro y encadenado por grilletes en sus manos y en sus pies, un casco especial parecido a los de moto tapaba parte de su cabeza, se hallaba aquel joven que lo miraba con molestia y frente a él Hisoka que observaba tranquilamente al recién llegado.

—Silva me contó que estos cascos contenían tus poderes—Dijo el rubio de manera carismática—sin embargo también te impedía hablar y moverte— miro risueño al joven que lo miraba con odio, casi leyendo su mente—¡Ah! ¿Aquellos jovencitos? Están encarcelados por supuesto, por ser cómplices en el secuestro del monstruo Gon de la CIA—explico risueño al moreno que lo miraba fijamente—aún estoy pensando que castigo implementarles, no puedo dejar que esto se repita… ¡Oh pero no te preocupes! Jamás materia a las personas que más quieres en este mundo, son mi garantía para que sigas mis órdenes, sino quieres que algo les pase haz exactamente lo que te digo, nada de esa tontería de volverte humano—sonrió ampliamente ante el silencio del menor, después se dirigió al peli roza que se había mantenido en silencio recargado en la pared—Hisoka puedes retirarte, pero mantente al tanto de cualquier llamada para una misión o algún inconveniente que haya con Gon kun—el aludido sólo lo miro. Luego se retiro finalmente dejando solo al par…

—Fufu esto es gracioso—Miro al moreno encadenado—siempre supe que terminaríamos encontrándote pero nunca pensé que sería por la traición de uno de tus camaradas—sonrió debido a la mirada fija de Gon—fue extraño… cuando Illumi y yo llegamos a la casa de ese tal Dexter, él ya estaba muerto—pudo divisar en ese casco negro los ojos de Gon abriéndose en sorpresa—lo encontramos en una silla con un hueco de bala en su cabeza y la pistola en su mano ¿En serio fue un suicidio o quizás un asesinato? Dime… ¿Seguro que estas rodeado de personas leales?—después de hacer esas extrañas preguntas Hisoka se retiro dejando a un confuso Gon cuyo cerebro estaba inundándose de preguntas.

—(¿Cómo que ya estaba muerto? ¿No fue la CIA la que lo mato? Definitivamente no fue un suicidio, él era incapaz de quitarse su propia vida…)—Se estaba haciendo demasiadas interrogantes que no podía entender por culpa de aquel caprichoso payaso que nunca entendería, la idea de que podría ser una simple mentira para meterlo en esa tertulia a propósito se le paso por la cabeza pero había algo que le decía que era verdad, ese instinto que se aloja en su pecho, algo estaba mal…—(¿Qué esta sucediendo? Killua… quiero verte)—con ese ultimo pensamiento intento moverse pero fue en vano, las cadenas eran muy resistentes, al hacerlas sonar durante varias horas se daba cuenta de lo inútil que era sin sus poderes…—(No… si yo no tuviera estos poderes desde un principios nada de esto pasaría)—un suspiro salió con dificulta del casco—(¿Ahora qué? Sabra Dios que torturas le están haciendo a los demás mientras yo estoy aquí encerrado…)—escucho unos ruidos pequeños, con dificultad movió su cabeza, vio el conducto de ventilación abiertos descuidadamente y lo siguiente que sintió fue unos pequeños tirones en su ropa, al bajar la vista sus ojos brillaron por la presencia de sus dos adorados animalitos…

—¡Cachorro!—Mushu y Clu se abrazaron al pecho del aún encadenado joven—debemos liberarte, no te muevas—saco una de sus uñas para luego meterla en el hueco de la cerradura de una de lo grilletes de las manos de Gon—dame un momento, quedaras libre en menos de lo que crees—decía sintiendo la penetrante mirada del moreno sobre si—hay un montón de cosas que te quiero decir pero empezare por las más importantes—se oyó un “track” abrió la primera esposa y la mano derecha de Gon estaba libre, se dirigió a la de la otra mano—Alluka y Hashiro se encuentran encerrados pero intactos, Killua también pero no por mucho tiempo…—se oyó nuevamente un “track” ya había logrado liberar ambos brazos del moreno ahora iba a por los pies sintiendo la mirada de sorpresa y preocupación de Gon—cuando lo vi por ultima vez estaba oponiendo resistencia contra seis oficiales que lo tenían contra el suelo—esta vez el el sonido del track fue opacado por un jadeo de susto y preocupación, fue a por la ultima cadena—debemos ir a buscarlo, si sigue así puede que salga herido… o mate a alguien, lo que pase primero—el ultimo sonido, Gon ya era libre y se puso de pie de inmediato para acariciar la cabeza del minino, se disponía a ir hacia la puerta pero la voz de Mushu lo detuvo—espera cachorro, hay una ultima cosa importante—el aludido volteo hacia él—Clu muestraselo—el osito camino hasta estar frente a Gon, abrió el cierre de su barriga y saco un objeto que dejo atónito al joven.

—(¡¿Las lagrimas de Lucero?!)—No podía decir lo sorprendido que estaba, sin más abrazo al par con sumo cariño y tomo la poción por debajo del brazo.

—¿Te la vas a tomar?—El moreno negó con la cabeza y Mushu entendía el porque—aún necesitas tus poderes lo sé, pero tienes que sacarte ese casco de encima—Gon toqueteo el casco y sintió un pequeño agujero redondo atrás en la parte baja—me gustaría abrírtelo, pero esas cosas son peligrosas y no quisiera cometer un error y que terminara haciéndote daño—el moreno asintió entendiéndole, le devolvió a Clu el frasco y este lo guardo en su estomago y acto seguido fue hacia la puerta y con mucho cuidado tomo la perilla y la abrió lentamente.

Debido a que él casco impedía usar sus poderes se sentía bastante indefenso, ahora más que nunca tenia cuidado, pero de repente abrieron la puerta abruptamente, el grupo se sobresalto al ver a un hombre trajeado y con lentes oscuro entra a la habitación, Gon entro en posición de lucha pero aquel aparente agente levanto la mano deteniéndolo.

—Tranquilícense, soy su aliado—Una voz familiar los sorprendió, se quito los lentes y se alboroto el cabello y los miro con una expresión aburrida.

—¡NYAAAH!

—(¡LYON!)—Tanto Mushu como Gon miraban al aludido con expresiones de sorpresa y alivio, en el fondo se veía a Clu brincando de la alegría.

—Killua tiene una aplicación en el teléfono que me envía una alarma cuando está en problemas, aunque me costo encontrarlos—Volvió a arreglarse con los lentes oscuros y acto seguido jalo hacia la habitación un carrito con una gran caja encima—métete dentro, te llevare a las cárceles donde estan los demás—decía y acto seguido los animales rápidamente se metieron, pero el moreno se le quedo mirando quieto, arqueó una ceja intrigado—¿Qué pasa? Debemos darnos prisa—Gon hizo un gesto nervioso y él suspiro, saco de su bolsillo un teléfono y se lo dio—escribe lo que me tengas que decir—el menor obedeció y redacto un mensaje rápido y se lo mostró.

—¿Cómo conociste a Killua?—Lyon se rasco la cabeza con una expresión incómoda.

—Es una historia complicada y difícil de explicar…—decía con ironía, pudo ver los ojos de Gon parpadear por un momento en el casco luego volvió a escribir otro mensaje y nuevamente se lo mostró.

—Quiero escucharla cuando salgamos de esto ¿Si?

—Esta bien, si sigo vivo para entonces te la diré—Decía un tanto nervioso y el menor asintió con emoción, se metió dentro de la caja teniendo cuidado de no lastimar a sus pequeños amigos y Lyon empezó a empujar el carrito atento de no llamar la atención. Después de mucho rato, y de varios dolorosos escalones, el movimiento debajo de ellos se detuvo—ya pueden salir—Gon se levanto y se encontró con unas paredes grizaceas muy familiares para él, un sentimiento de enojo inundo su cuerpo—lo reconoces ¿Verdad? Este es el pasillo del infierno para los monstruos, los cuarto de castigo—dijo Lyon habiendo notado la ira del menor, busco algo en sus bolsillos y saco unas tintineantes llaves—estas son las llaves de la celda, trate de buscar la tuya del casco pero la tiene Pariston en su oficina, en fin, deberíamos separarnos para encontrar a los demás rápidamente, imagino querrás buscar a Killua ¿No?—Gon asintió numerosas veces y el suspiro—de acuerdo, aquí tienes, vállance de aquí como puedan—le dio una llave—yo iré a buscar a Alluka y al peli rojo, ten cuidado y buena suerte—Gon nuevamente asintió decidido, iba a irse cuando recordó algo de repente e hizo a Lyon una seña de que esperara—¿Qué?—vio como el moreno tomaba el oso y bajaba el cierre de su panza, saco un recipiente cuyo líquido era de un roza brillante—ohh… ¿Esa es la famosa poción?—decía un poco sorprendido y vio como Gon le extendía el frasco—¿Unm? ¿Me lo estás dando?—nuevamente el menor asintió.

—(Si lo llevo conmigo probablemente se rompa…)—Pudo descifrar Lyon leyendo sus expresiones, miro el recipiente un tanto incómodo.

—¿Estás seguro de que quieres dármelo?—Gon alzó un pulgar dando a entender de que si. Vio como el menor finalmente se iba seguido por los animalitos, se le quedo viendo hasta que se perdió de su vista para luego suspirar—ahora lo difícil…

.

.

.

.

—¡Maldito mocoso!—Grito un hombre uniformado en total furia al haber sido azotado contra la pared, de alguna forma aquel joven logró quitarlo a él y a sus cinco compañeros de encima y ahora se hallaba en la esquina de la celda de donde estaban, pudo ver como ahora se arrodillaba y respiraba con dificultad.

—Parece que la droga al fin está haciendo efecto…—Decía uno de sus compañeros más aliviado, a pesar de haber escuchado eso furioso camino hacia el menor con mirada perdida y lo jalo de sus cabellos blancos sacándole un gruñido de dolor, empezó a arrastrarlo, no podía resistirse mucho ya que gracias a un milagro pudieron atar sus manos pero pataleaba fuertemente.

—¡Te enseñare a respetar la autoridad!—Dijo muy molesto mientras que con dificultad lo arrastraba a un tanque de agua, con fuerza alzo al albino por el cuello y hundió su cabeza en el agua, un método muy clásico que usaban para torturar a los monstruos que no obedecían. El albino forcejeaba y pataleaba contra aquel tipo pero se hallaba en una posición desventajosa, las manos del sujeto empujaban su cuello contra el agua y no podía hacer mucho, después de unos largos minutos aquel cuerpo dejo de luchar…

—O-Oye ¿Lo mataste?—Decía un soldado un tanto asustado y el otro bufo.

—Me saco de mis casillas, le diremos al vicepresidente que se nos salió de las manos, nadie lo va a extrañar…—Entonces retiro sus manos del pálido cuello, y entonces paso. De repente un pie impacto debajo de su quijada y en un movimiento intercambió lugares con quien se supone se hallaba muerto, el joven ahora estaba encima de él y antes de que pudiera reaccionar los talones del albino lo empujaron bruscamente oyéndose un sonoro “Crack”, su columna vertebral se había roto. Acto seguido con sus piernas hizo una voltereta y lanzó el cadáver a otro de los uniformados.

—¡Agh!—Dijo al recibir el impacto del cadáver y antes de ser mandado a volar contra la pared por una patada del menor.

—¡T-Tú!—Pronuncio desconcertado por la velocidad de aquel muchacho, cuando iba a sacar el arma las piernas del menor se enroscaron por debajo de su cabeza de un salto y rompiendo su cuello en el acto.

Killua hizo un movimiento y callo al suelo suelo de pie, sintiendo las miradas de horror de los otros tres hombres a sus espaldas, habían visto sin poder hacer nada como aquel chico de no más de 17 años mataba en poco tiempo a sus compañeros de batalla con años de experiencia.

—¡D-Deténganlo!—Decía mientras sacaba una pistola y sus compañeros hacían lo mismo, fue repentino cuando se dio cuenta que el albino desapareció de su vista y demasiado tarde cuando sintió una patada en su quijada y mandaba a volar su arma—¡Aghh!—por instinto trato de empujar al menor y este aprovecho el acercamiento y arrancó su oreja de un mordisco y lo empujo devuelta, cayó al suelo encorvándose y gritando de dolor.

—A-Ahh, ahh u-un monstruo…—Pronunciaba en pánico al igual que su ultimo compañero, Killua volteó lentamente hacia ellos con su boca y quijada ensangrentadas, y les sonrió de una manera que les hizo recorrer un escalofrío en todo su cuerpo y llenar sus mentes de un miedo instintivo.

—En mi defensa yo no quería hacerles daño, sólo quería matarlos…

Por fuera de la celda lo único que se pudo escuchar fue el ruido de disparos, cuerpos cayendo al suelo y gritos desgarradores, por debajo de los barrotes se podía divisar un charco rojo deslizándose y aumentando de tamaño. Lyon abrió la puerta y entró, se rasco la cabeza un tanto asqueado ante la escena que a cualquier otra persona le hubiera hecho gritar del horror, cadáveres llenos desangre por un lado y por el otro Killua quien observaba sus ropas ensangrentadas con desinterés y tiraba las sogas rotas que ataban sus manos a un lado.

—Bueno…—Decía llamando la atención del albino volteó a mirarlo—no creó que haga falta decirte lo jodido que está todo, pero si te diré un fuerte y claro “Te lo dije”, la CIA no es un juguete fácil que puedes manipular a tu antojo—Killua chasqueó la lengua y frunció el entrecejo molesto, él solo suspiro por la rebeldía y humor del menor—pero aún ahora la ingenuidad de Gon te favorece—mostró la capsula con las lagrimas de Lucero y ahora observaba el semblante de sorpresa del otro.

—¿Dónde está Gon?—Preguntó Killua mientras se acercaba a él.

—Lo mande a buscar a Alluka y a aquel peli rojo, en realidad él quería buscarte pero sé como te pones cuando quieren doblegarte a la fuerza, te irritas un poco…—Le dio el recipiente a Killua quien observaba fijo y distante el contenido roza brillante—¿Ahora qué? ¿Destrozaras los sueños y esperanzas de Gon ahora mismo?

—Me encantaría que no lo llamaras de esa forma…—Decía entre dientes molesto, había momentos en que Lyon merecía ser asesinado a sangre fría pero luego suspiro, las duras palabras del peli naranja eran más que acertadas para lo que hacía. Killua sabe que hace todo eso por que ama a Gon pero por eso mismo es que no podía evitar dudar ahora…

—¿Qué pasa? ¿Tú amor por Gon te está haciendo dudar de cumplir tus deseos egoístas? —Nuevamente palabras como flechas sin embargo no hubo respuesta y suspiro cansado—Killua, aunque te burles de mi por esto, siempre he tenido creencia de que tarde o temprano la verdad se asoma, Gon terminará por saber todo lo que has hecho hasta ahora no lo dudes—el menor lo miro a los ojos con molestia.

—Gracias por tus buenos deseos.

—Aún no he terminado, estoy seguro de que Gon siente lo mismo que tú sientes por él, si conservas esta cosa intacta hay esperanzas de que te perdone y haya un felices para siempre para ustedes dos—Ahora el menor suspiro y negó con la cabeza.

—He hecho cosas que él nunca va a comprender—Declaró bajo la atención del mayor—ya no hay vuelta atrás, ya me deshice de la persona que había creado la amenaza que nos separaría ahora me desharé de esto y será todo…

—¿Estás seguro?—Dijo Lyon en un tono de advertencia que Killua entendió.

—Si... ya es tarde para poder detenerme…—Hablo en voz grabe mientras su mirada negra se reflejaba en el recipiente con contenido roza.



Continuará…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario