lunes, 18 de abril de 2016
Capítulo 7: Ligero accidente.
Gon se encontraba nuevamente sentado en el parque con Hermione que tomaba un té caliente y observaba la nieve y las luces del alrededor.
—¿Y cómo has estado?—Dijo la mujer de manera amable y el menor se encogió de hombros desinteresado.
—He estado mejor.
—¿Y esta “persona” que tanto aprecias?—Gon soltó un suspiro sonoro.
—Él se siente incómodo con mi presencia y yo también con la suya—La mujer lo miro con una sonrisa amable.
—Quizás eso no sea tan malo.
—¿Por qué?—Miro a la mujer con expresión triste.
—Al fin no le estas ocultando nada ¿No?
—No sabría decir si eso me alegra…
—La distancia de tus sentimientos y los de esa persona no es una carrera corta, es toda una maratón—Decía risueña y el menor esbozo una sonrisa.
—Gracias… pero no creo que esta carrera tenga una victoria—Se levantó de la banca y le sonrió a la mujer—siempre me hace bien hablar con usted señora, nos vemos—se despidió para después retirarse, tenía que llegar pronto a su escuela. Con velocidad corrió por el camino y en poco tiempo ya había llegado a la entrada, diviso a los estudiantes llegando y por andar esquivándolos no se fijó que había alguien frente a él—¡Uwah!
—¡Gah!—Irremediablemente chocaron, el moreno cayó encima de la persona que embistió por accidente, con dificultad, y escuchando el murmullo y las risas del alrededor, sus manos por reflejo se agarraron de los hombros del humano bajo él buscando apoyo—¡Auch! ¡Oye idiota fíjate en donde te apoyas!
—¡Ah, p-perdón! Y-Yo no quise… ¿Killua?—Observo sorprendido al albino bajo él, su semblante al principio se vio molesto pero después sorprendido. Gon no pudo evitar sonrojarse al ver su rostro tan de cerca, su piel pálida y sus orbes azul cielo le sacaron un jadeo de emoción y un latido violento en su pecho, pero rápidamente se levantó reincorporándose—¡P-Perdón Killua! ¡Tenía prisa y no vi en frente de mí!—algo nervioso extendió su mano para ayudar al mayor a levantarse, este lo acepto y se puso de pie—¿Te hiciste daño?—la mirada de preocupación de Gon lo hizo sonrojar un poco.
—E-Estoy bien ¿Te hiciste daño tú?
—N-No (Se preocupa por mí…)
—¡Moooh! ¡Esto es tan injusto!—De la nada Franklin abrazo a Gon por detrás sorprendiéndolo y sacándole una mala cara al albino—¡Yo también quiero tropezar con Gon al estilo shojo manga! ¡Y que su cuerpo se recueste encima del mío!
—¡N-No lo hice a propósito! ¡Por favor bájame Franklin!—El aludido lo había alzado y lo agitaba en el aire con aire con mucha facilidad—(Woooh ¿Tan fuerte es o yo soy muy liviano?)—pensó para sus adentro mientras el risueño Franklin lo bajaba con delicadeza al suelo, escucharon un timbre anunciando que ya era la hora de clases—ya es hora de entrar, nee killu… ah—busco con la mirada al albino pero este ya se había ido.
—Se fue antes que te bajara al suelo—Le dijo al menor el cual tenía una mirada distante, sabía la reacción que hizo cuando abrazo así a Gon en frente del albino, le gustaba molestar a ese muchacho egoísta pero siempre olvidaba las consecuencias que eso traía, ver siempre el semblante triste del menor al no tener idea de lo que está pasando. Suspiro con pena para luego sonreír como suele hacerlo, revolvió los cabellos a Gon sorprendiendo a este y luego con su brazo rodear sus hombros en un gesto de amigo—¡Esforcémonos hoy al máximo Gon! Con suerte y el festival estará listo para mañana—el menor lo miro por un momento sorprendido pero luego esbozo una gran sonrisa.
—¡Sí!
—No sabes cuánto maldigo mi suerte al no poder estudiar juntos en el mismo salón.
—Jeje—Soltó una risilla y el rubio se sintió mejor, al menos logro hacerlo reír—¡Nos vemos Franklin!—se retiró en dirección a su aula. Gon camino con un poco deprisa por los pasillos hasta llegar a su salón, abrió la puerta y se sintió con suerte al ver que aún no había llegado su profesor Satotz, su vista recorrió hasta llegar a la melena blanca ubicada detrás de su asiento y después en los ojos azules encima de él, se sonrojo un poco al ver que la mirada suya y de Killua se toparon entre sí pero lo siguiente corto el momento, el albino ladeo la cabeza y chasqueó lengua, Gon parpadeo no entendiendo el porqué de esa reacción pero solo se limitó a caminar hasta su asiento.
Satotz entro y dio su clase normal, o eso parecía, Gon no estaba prestando atención pero ni un poco ¿Por qué? Simple, sentía la mirada de Killua apuñalando su espalda pero cuando volteaba a ver este miraba la clase del sensei ignorándolo, estaba molesto, no tenía ni puta idea del porqué, pero Killua estaba molesto. Unos nervios se ubicaron en la boca de su estómago, tendría que hablar con él.
—Bueno jóvenes, disfruten su hora de descanso—La voz de Satotz retirándose fue el timbre que le anunció que ya era el momento. Mientras sus compañeros se retiraban él se levantó y se dirigió al albino.
—Ummn… Killua ¿Está todo bien?—Hablo buscando la mirada del aludida.
—Así es—Respondió cortante mientras guardaba sus cosas, Gon no era un genio pero sabía que eso era una mentira.
—¿Seguro?
—Si Gon, lo estoy—Nuevamente le respondió en seco, justo cuando le iba a dar la espalda el menor lo paro.
—¡Ki-Killua! ¿Q-Quisieras venir a ver cómo está quedando el festival? Quisieras que fueras el primero que lo vieras…—Se sintió más aliviado cuando el mayor lo miro interesado y sorprendido—podrías ver como trabajamos Franklin y yo—mal, hizo algo mal, Killua ladeo la cabeza y volvió a chasquear la lengua.
—No Gon, tengo cosas mejores que hacer—Acto seguido se retiró bajo la mirada preocupada y confundida de Gon ¿Acaso dijo algo malo?
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—Uwaahh… esto de sacar la nieve tan agotador—Decía un Franklin agotado estirando su espalda con pala en mano—¡Nee, Nee Gon! Vayamos a tomar chocolate caliente juntos después de esto, me acurrucare contigo para darte calor—guiño el ojo pícaramente pero Gon no lo estaba escuchando, estaba apilando la nieve con un semblante afligido, preocupado el rubio toco su hombro con delicadeza—¿Gon?
—¡Ah! ¡Perdón! ¿Sucede algo?—Inmediatamente volteó a ver a Franklin con una sonrisa algo forzada.
—¿Estas bien?
—S-Si no te preocupes—Balbuceo un tanto incomodo bajo la mirada del rubio.
—Seguro que es por Killua—Una voz odiosa y femenina se oyó a su lado, Anita apareció con una pala en su mano.
—Caramba, te habías tardado en aparecer—Hablo Franklin con ironía, la chica solo bufo y se situó al lado de Gon para empezar a cavar y apilar la nieve.
—Así que Killua te rechazo—Decía mirando de reojo a Gon quien solo suspiro—me equivoque, creí que él te tendría asco pero resulto que te tiene tanta lastima como para mantenerte en la friendzone—Gon guardaba silencio mientras seguía paleando la nieve—¿No te sientes sólo?
—¿Y tú en verdad tienes tanto tiempo libre?—Intervino Franklin ya fastidiado de la impertinente chica.
—Yo solo estoy diciendo la verdad—Sonrió tranquilamente ante la notoria molestia del rubio.
—Los dos paren—La voz de Gon llamo la atención de ambos, Gon no estaba ni molesto ni triste por las palabras mal intencionadas de Anita, su semblante mostraba tranquilidad y hasta madurez.
—Gon, es que no me gusta ver como esta viene y te dice todas esas estupideces—La aludida lo ignoro mientras miraba a Gon con tranquilidad.
—Lo que diga Anita san no podría importarme menos, ella no sabe nada de lo que pasa entre Killua y yo, sólo haz como que la escuchas y no digas nada, al poco se va a cansar—Franklin contuvo con dificultad las risas mientras veía como Anita fruncía el entrecejo molesta.
—Sé más de lo que tú crees—Agrego con una sonrisa y Gon volvió a palear la nieve.
—Habla mientras trabajas, quiero terminar esto hoy—Sentenció y a la chica le salió un tic en la ceja por la ira que sentía a la vez que Franklin continuó lo suyo sonriendo de oreja a oreja.
—¿Te crees la gran cosa?
—¡Ah!—Pronuncio Gon con sorpresa, su pala había dado contra algo, con curiosidad he ignorado por completo a la chica furiosa a su lado empezó a remover la nieve con sus manos, abrió la boca del asombro por lo que encontró—nee, nee Franklin ¿Esto es…?—el aludido camino hasta él y se agacho a su lado, sus ojos brillaron de la impresión.
—¡Increíble! ¡Hongos de Alicia!—Dijo con una sonrisa, eran de color rosado y con manchas purpuras, se hallaban fríos y tiesos por la nieve.
—Creí que solo crecían en el ártico—Comento mientras removía la nieve faltante.
—Pueden crecer en cualquier lado que haya frío, deberíamos tomarlo y…—Un pie aplasto por completo los organismo, parte del “puré” de los hongos cayó en la chaqueta de abrigo de Franklin y la otra parte en la cara de un sorprendido Gon—¡¿Pero qué has hecho?!—grito entre alarmado e indignado a la chica de coletas dueña del pie en las plantas.
—¡Eso es para que aprendan a no ignorar a una chica linda cuando les habla!
—¡¿Qué?! ¡¿No te das cuentas de que echaste hongos de Alicia en la piel expuesta de Gon?!—Anita arqueó una ceja no entendiendo la histeria del rubio, para ella no fue para tanto.
—¿Eso que tiene?
—¡Que le tiraste veneno en la cara!—La peli verde abrió los ojos en sorpresa mientras Franklin se agacho a ver a Gon.
—¿G-Gon? ¿Cómo estás?—Se alivió por un momento al ver la sonrisa de este pero al oír lo siguiente su alivio se fue al olvido.
—No te preocupe Mushu, mi lindo gatito.
—¿Ah?
—Es sólo que desde que me entere de lo de Lucero me he sentido intranquilo.
—¿Quién es Lucero?—Pregunto Anita preocupada y confundida, se había dado cuenta de que metió la pata literalmente.
—Está alucinando, demonios, así de potentes son esas cosas. Vamos Gon, te llevare a la enfermería—Cargo al menor quien lo miraba confundido y con las mejillas rozadas.
—¿A la enfermería? No puedo, tengo que atrapar a un ladrón muy peligroso para ganar una apuesta con mi padre.
—Tranquilo, te llevare en mi alfombra voladora por lo que será muy rápido.
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Leorio, sentado en una silla, miraba de muy mala manera a un Killua que lo ignoraba y fingía indiferencia.
—Y dime…—Pronunció reuniendo toda la tranquilidad que pudo y absteniéndose con todas sus fuerzas de gritarle al menor—¿Qué es más importante que tener un charla de reconciliación con tu mejor amigo?—un tic apareció en su ceja cuando vio a Killua encogiéndose de hombros aburrido.
—Pasar tiempo con mi querido amigo Leorio—Puso una expresión gatuna y burlona, a la mierda todo este mocoso merece una reprimenda.
—¡Y UN CULO! ¡VOLVISTE A HERIR A GON Y POR TU ESTÚPIDO EGOÍSMO!—El menor chasqueo la lengua mostrando su evidente fastidió.
—No creo, estaba muy contento cuando Franklin lo alzaba y lo levantaba cual príncipe cargando a su doncella—Su mirada enrabietada primero vio a la ventana y después a Leorio cuya mandíbula caía al suelo por lo abierta que estaba su boca.
—No jodas… Killua… tú… ¿En serio estás dudando de los sentimientos de Gon?—Decía indignado por el menor que solo bufo y frunció el entrecejo—¡Escúchame bien mocoso estúpido! ¡Una cosa es ser tan idiota como para negar tus propios sentimientos, pero otra muy distinta es dudar del amor de Go-
Un portazo en la puerta los sobresalto a ambos, miraron alarmados a Franklin quien cargaba a Gon con las mejillas rojas he ido.
—¡Ayude a Gon por favor! ¡Se encuentra muy mal!
—Ponlo en la cama—Leorio en seguida entro en modo profesional mientras que el semblante de Killua mostraba preocupación.
—¡¿Qué paso?!—Interrogo Killua.
—Anita piso un hongo de Alicia y el contenido le salpico a mí en la camisa y a Gon en la cara—Explico nervioso y preocupado Franklin mientras Leorio iba hacia Gon.
—¿Hongo de Alicia?
—Es un hongo raro y venenoso.
—¡Go-Gon quédate quieto para examinarte!
—¡No! ¡No dejare que use mi cuerpo para revivir a su hijo muerto! ¡Alluka arranca Alma de acero!
—Provoca alucinaciones…—Tanto Franklin como Killua miraban shokeados como Gon daba manotazos al pobre Leorio que solo quería inspeccionarlo.
—¡Ack! ¡Que alguien lo mantenga quieto!
—¡S-Si!—En seguida Franklin fue ayudarlo pero recibió una patada en la cara.
—¡Toma eso! ¡Por quitarme el maga de Sekaiichi Hatsukoi!
—¡Gajajajaja!—Killua no aguanto la risa que le provoco ver al idiota de Franklin adolorido y confundido en el suelo.
—¡Killua no te quedes ahí riendo! ¡Ayúdame!—El aludido como pudo se calmó y con cautela se acercó a Gon, tenía que tener cuidado de no recibir un golpe del moreno.
—¿Gon?—Llamo dudoso, el moreno paro su ataque de manotazos hacia Leorio y volteó a verlo. Killua sintió un latido en su pecho por la forma en que lo miraba el menor, sus ojos estaban brillantes y sus mejillas rojas, se veía terriblemente adorable…
—¡Killua!—De repente Gon abrazo al albino por la cintura, hundiendo su cara en el pecho del mayor que estaba sorprendido.
—Gon…—Llamo mientras acariciaba la cabeza de este, esto fue malo para Franklin quien en seguida se reincorporo y se dirigió a ellos.
—¡E-Espera Gon! ¡Tenemos que tratarte!—Trato de separarlo del albino pero el menor aparto su mano y se aferró más a este.
—¡Killua! ¡Killua! ¡Killua!—Pronunció una y otra vez negando con la cabeza mientras el aludido le sonreía victorioso a un molesto Franklin.
—Déjalo así, de esta manera está quieto—Ordeno Leorio a lo que Franklin solo bufo molesto por la sonrisita burlona de Killua. Pasaron los minutos y el medico revisaba como podía a Gon que no soltó a Killua en ningún momento, después de un rato soltó un suspiro—su respiración y latidos están normales, y parece que no le duele nada.
—Está caliente…—Añadió Killua mientras tocaba la espalda y cabeza de Gon bajo la mirada molesta de Franklin.
—Es fiebre, debe ser por ese hongo, Franklin llévame con Kite seguro tiene una medicina para estos casos.
—¿Eh? ¿Y Gon?—Pronuncio preocupado el rubio.
—Él se quedara aquí reposando, Killua mantenlo tranquilo—El albino asintió con expresión gatuna debido a la evidente molestia de Franklin—vamos Franklin.
El par se fue aunque uno de mala gana dejando solo a Killua con Gon. El mayor al sentirse satisfecho porque por fin se desquito con Franklin se dirigió al moreno.
—Bien Gon, debes acostarte y relajarte—Tomo las muñecas del menor que lo miraba suplicante y forcejeaba un poco.
—Nooo Killua.
—Está bien, estaré aquí a tu lado.
—Pero Killua—Al ver como el albino lo apartaba de él entro en pánico y en seguida en llanto.
—¡¿Go-Gon?! ¡¿Por qué lloras?!—Dijo alarmado y nervioso, el aludido puso sus manos tapando su cara llorando por lo bajo.
—L-Lo siento mu-mucho, y-yo n-no quería so-sólo paso... —Balbuceaba disculpas inentendibles para el albino que miraba confundido.
—¿Por qué te disculpas?
—¡Yo no quería enamorarme de ti!—Flechazo en toda la cabeza, Killua trago grueso no sabiendo que hacer.
—¿D-De veras?
—¡Sí! ¡Yo no quería! ¡Ahora por mi culpa ya no volveremos a hacer los mismos de antes!—Killua parpadeo por sus palabras, su mirada se volvió cristalina a la vez que su semblante se volvía culpable.
—¿De verdad te sientes así?
—¡Realmente lo lamento! Y-Yo no volveré decirte te quiero, tampoco te imaginare vestido de oveja para dormir en las noches, no volveré desear tomar tu mano…—Empezó a decir numerosas confesiones que hacían sonrojar al mayor.
—Go-Gon para… no te disculpes tú no hiciste nada malo…—Tomo las mano del moreno y las retiro de su cara dejando ver su semblante lloroso.
—Pero…—Antes de que pudiera seguir hablando Killua lo abrazó por los hombros—Ah…—se sonrojo por el repentino acto de afecto.
—Perdón… no tenía idea de que te sentías así, pero es imposible que me separe de ti lamento haberte hecho pensar que te odiaba, Gon yo…—Tomo los hombros del menor para separarse y verse a la cara, lo que vio le saco una venita en su frente—¡No jodas que ahora te dormiste!—Gon se hallaba en el quinto sueño, con un hilito de saliva rodando por la comisura de su labio. El albino se contuvo de darle un coscorrón en la cabeza y lo acostó en la cama para luego sentarse a su lado a cuidarlo.
Al poco rato llegaron Kite, Leorio y Franklin con la medicina para Gon. “Los hongos de Alicia solo son venenosos si se les da una preparación adecuada de lo contrario solo provoca alucinaciones y confusión” fue lo que les dijo Kite a los otros, les dio una pastilla especial para el moreno y ordeno que dejaran dormir. Franklin se ofreció para llevar al menor a su casa sin embargo Killua se negó ya que él no sabía dónde vivía el moreno, después de una ligera discusión en la que Kite y Leorio tuvieron que intervenir de lo contrario ambos jóvenes se matarían, o más bien el albino al otro, todo termino con Killua llevaría en su espalda a Gon de regreso a su casa. Pero cuando ya estaba en la entrada de la escuela se encontró con Mito san la tía de Gon.
—Buenas tardes Killua—Killua con Gon en su espalda miraba extrañado a la mujer, hace mucho que ella no venía a buscar al moreno en la escuela, pero lo más extraño era su rostro, sus ojos estaban llorosos y su forzosa sonrisa lo preocupaban—¿Por qué Gon está dormido?
—Ah, tuvo un accidente—Decía sin dar mucho detalle—¿Se encuentra bien?
—Si…—Killua era un experto mintiendo por eso supo que esa buena mujer mentía en el momento en que le evadió la mirada, seguro que es de familia ya que Gon tampoco es bueno mintiendo, pero ¿Por qué miente? ¿Paso algo malo?—¿Me das a Gon?
—¡Oh, si quiere puedo llevarlo hasta su casa!—Se apresuró a decir pero la mujer negó con la cabeza con una sonrisa rota.
—Gracias… pero hay algo que debemos hacer a solas—Decía amablemente. Killua no del todo convencido ayudo a la mujer a acomodarse a Gon en su espalda, ya cargando al niño dio un par de pasos y volteó a ver al albino—Killua espero… que sigas apoyando a Gon como lo has hecho hasta ahora.
—¿Eh? Por supuesto.
—Gracias…—Killua observo entre confundido y preocupado como Mito y Gon se alejaban a la distancia.
Continuará…
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