lunes, 18 de abril de 2016

Capítulo 3: Un poquito de celos.



—¿Qué opinas Kite?—Decía Gon con una sonrisa sentado bajo un árbol con el nombrado que terminaba de escucharlo.


—Está bien, me gusta tu idea Gon—Sonrió al moreno mientras se levantaba—buscare los materiales y mañana empezamos, aprovecha y descansa, serán unos días largos—dijo para después retirarse. El menor se levantó y limpió la nieve que tenía en su pantalón.

—¡Gon!—Volteó a ver quién lo llamaba.


—¡Spin!—Saludó a la muchacha que se acercaba a él acompañada de otras dos personas muy familiares para él—ah ellos son…


—¡Nos volvemos a encontrar mi héroe vestido de ángel!—De la nada salto a abrazar al moreno sorprendiéndolo pero recibió un coscorrón que lo dejo inconsciente en el suelo.


—Bueno, veo que ya se conocen—Pronunció la peli roja algo irritada bajo la mirada sorprendida del moreno—Gon, este idiota se llama Franklin—apuntó al rubio atontado en el suelo y luego a la chica pelo verde en coletas—y ella es Anita.


—¡Ah! Tú eres la chica con la que peleaba Killua en la cafetería—La aludida se sorprendió para después sonreírle curiosa.


—¿Lo conoces?


—Es mi amigo—Decía con una sonrisa.


—Bien Gon—Interrumpió Spinner—este par nos va a estar ayudando en lo del festival, estaría bien que los guiara en el trato con los animales.


—¡Ohhh! ¡Entonces eres un ángel de los animales!—De repente el rubio se reincorporo y tomo ambas manos de Gon sorprendiéndolo nuevamente.


—¿Ángel?—Dijo confundido mirando los ojos brillantes del contrario.


—¡Esto es él destino! ¡Kamisama ha ordenado que nos encontremos y entrelacemos nuestras vidas para siempre!


—¿Eh? ¿Destino? ¿Kamisama? N-No sé de qué hablas—Balbuceo ante las incoherencias del muchacho frente a él, Spinner interrumpió nuevamente con un coscorrón en la cabeza del rubio y esta vez más molesta.


—¡Deja de hacer y decir idioteces! No… ¡Mejor deja de ser tan idotas!


—¡Mooo! ¿Por qué eres tan mala? Ya me disculpe por aquel beso.


—¿Sabes qué? Mejor muere.


—Spin detente, no cometas asesinato en navidad—Monta Yuras se acercaba al grupito, tomo al rubio cual costal de papas—mejor sígueme y busquemos materiales para ayudar a Kite.


—Como quieras, nos vemos después chicos—Se despidió para empezar a seguir dejando al par solo. La peli negra volteó a ver a Gon con una sonrisa.


—Y dime… ¿Killua tiene novia?—El moreno la miro sorprendido, trago grueso y trato de actuar lo más normal posible.


—Eh… no realmente—Decía incomodo ante la mirada sonriente de la otra.


—¿Y le gusta alguien?


—No que yo sepa… ¿Por qué preguntas todo esto?


—¡Por nada! Nos vemos—Declaro alegre para después retirarse feliz de la vida bajo la mirada preocupada del moreno.


—Ah…—Pronuncio intranquilo, solo era inocente curiosidad ¿No? No lo preguntaba por nada más ¿Verdad? Esas preguntas le revoloteaban en la cabeza y le preocupaban. Sintió un vibrar en su bolsillo y saco su teléfono, sonrió contento—es cierto, hoy es el turno de Killua y el mío de limpiar la biblioteca—guardo nuevamente el aparato en su bolsillo y salió corriendo al edificio.


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—¡Demonios Gon! ¡Creí que me ibas a dejar esperando otra vez!—Regaño el albino mientras veía acercarse al aludido que se excusaba con una sonrisa nerviosa.


—Perdón, es que me distraje.


—Estuviste haciendo ángeles de nieve ¿Verdad?


—¡Ah! ¿Cómo lo supiste?


—¡Al menos niégalo!


—Chicos guarden silencio—Ordeno un rubio un poco mayor que ellos detrás de un escritorio acomodando unos libros.


—Perdón Kurapika—Se disculpó Gon con la mano detrás de su cabeza.


—Pero necesito que empiecen a trabajar, vallan a las mesas y recojan los libros—Los menores asintieron y fueron tomar los libros y acomodarlos en los estantes.


—¿Por qué demonios los dejan aquí tirados? ¿Qué les cuesta levantarse y ponerlos en su santo lugar?—Refunfuñaba por lo bajo con una expresión de fastidió a diferencia de su amigo, Gon acomodaba todo con una sonrisa y tranquilo—¿Por qué estás tan feliz?—preguntó con una ceja arqueada llamando la atención del otro.


—Ehh… bueno…—Murmuro pensativo para después sonreírle—creo que es solo porque me gusta estar con Killua—el aludido se sonrojo y desvió la mirada avergonzado.


—Para, me avergüenzas—Continuó con su labor dándole la espalda y Gon hizo lo mismo.


—Neeh Killua—Llamó de manera tímida.


—¿Qué?


—Me alegro de haberte conocido—Dijo con una sonrisa pero de repente sintió como estrujaban y jalaban sus mejillas—¡Duele! ¡Killu duele!


—¡Eso te pasa por decir cosas tan vergonzosas como si nada!—Regaño molesto mientras el menor pataleaba en vano.


—Disculpen—Una voz femenina los interrumpió, Gon observo sorprendido a la chica frente a ellos.


—¡Anita chan!


—¡Coletas!


—¡¿A quién llamas coletas?!—Miro molesta para después mostrarles una bolsa blanca grande—les traje algo para comer, sean agradecidos.


—Con esa aptitud.


—No peleen—Pidió Gon y ambos bufaron. Después el trió se fue a las afueras de la biblioteca a comer (A petición de cierto rubio debido que a está prohibido comer dentro) sentados en el piso, y viendo a estudiantes pasar de aquí para allá. La comida consistía en panecillos dulces y te—¡Esta delicioso!—decía Gon gustoso mientras probaba un bocado.


—Me alegro, los hice yo misma.


—¿De veras? ¿Con esas manos de gorila?


—Con que esas tenemos, bien, me comeré esto yo sola—Decía sacando un gran pastel de chocolate que hizo que brillara los ojos al albino.


—¡Un pastel de chocorobot!—Dijo sorprendido y la otra sonrió.


—¿Así que reconoces su olor único? Yo misma los derretí y los convertí en pastel—Habló orgullosa y el albino ladeo la cabeza fingiendo desinterés.


—Te felicito, espero lo disfrutes—Venga, a pesar de que la boca se le hacía agua debía conservar el orgullo y no pedir nada, sin embargo escuchó una risilla.


—Tonto, tú también lo vas a comer, no seas tan orgulloso—Decía sonriente mientras le pasaba un trozo de pastel, el albino medio refunfuñón acepto el alimento y empezaron a conversar amigablemente bajo la mirada de Gon.


Normalmente Gon era el tipo de persona que participaba mucho en las conversaciones pero ahora la verdad no se atrevía a decir nada, solo observaba, veía como Killua sonreía amigablemente, cosa bastante raro en él, y Anita, hablaba igual de amistosa con un ligero toque de coqueteo, sin embargo era muy sutil y Killua no se daba cuenta ¿Por qué Gon sí? ¿Por qué él, se supone la persona más despistada en este jodido mundo, si se da cuenta? ¿O se lo estará imaginando? Mierda… ¿Celos? ¿En serio? No puede estar pasándole esto, lleva un montón de tiempo disimulando sus sentimientos ¿Por qué tiene que sentir eso? Si se entera Killua…


—Oye Gon.


—¿Eh?—La voz de Killua lo saco del caos que llamaba pensamientos en su cabeza, miro la expresión expectante e intrigada del albino—¿Qué pasa?


—Ya terminaron las clases—Ahora Gon se sentía aturdido por esas palabras, sonrojado por la vergüenza vio que ya no había estudiantes e inclusive Anita se había ido.


—N-No me di cuenta…—Confesó apenado y mirando hacia el suelo, de verdad no se dio cuenta del tiempo en que estaba perdido en su mundo.


—¿En que pensabas?—Pregunto a lo que el menor se sonrojaba más.


—Na-Nada importante.


—Estabas pensando en el viaje de Kite ¿Verdad?—Gon lo miro un tanto sorprendido, el albino suspiro y acomodo sus brazos detrás de su cabeza—te estas preocupando mucho por eso, deberías ir y ya está, seguro lo pasas bien por allá lejos—el menor exhalo un tanto desanimado.


El par camino bajo las escaleras para llegar al primer piso, en un silencio que noto el albino, por alguna razón Gon se veía desanimado y pensativo, como si estuviera en otro mundo, fue cando iban llegando a la entrada que al fin escucho una voz tímida.


—Neee Killua.


—¿Qué pasa?


—¿Qué piensas de Anita?—El albino arqueó una ceja por esa pregunta repentina, sin embargo la tomo como si nada.


—Es una chica linda—Respondió con desinterés y sin tomarle más importancia, sin ni siquiera mirar a Gon, el resto del camino lo anduvieron en un silencio inentendible para el albino.


—Nos vemos Killua—Dijo en voz baja el moreno y esbozando una pequeña sonrisa.


—Adios—Observó un tanto confuso al moreno para después retirarse por su camino, Gon hizo lo mismo solo que de vez en cuando miraba al albino de reojo…


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Mito lavaba los platos con una sonrisa cuando escucho la puerta abrirse…


—Estoy en casa…—Escucho la voz de su niño entrar, aunque estaba un poco opaca.


—Bienvenido—Dejo los platos y se encamino hasta la sala, cuando llego vio al moreno un tanto raro—Gon ¿Estas bien? Te vez pálido—decía mientras se acercaba al aludido, puso su mano en la frente del menor para tomar su temperatura—no tienes fiebre…


—Estoy un poco mareado, creo que hice muchas cosas hoy—Agrego sonriendo aunque su mirada se veía cansada—dormiré un rato—acto seguido deposito un pequeño beso en la mejilla de su preocupada tía y se retiró a su cuarto. Se dejó caer en su cama boca abajo mientras cierto animal se acomodaba en su espalda, al no encontrar el dueño decidió adoptar el gallo mientras aparecía, soltó un suspiro—tengo mucho sueño… ¿Acaso es por mis sentimientos no correspondidos? No se siente como despecho…—hablo para sí mismo mientras cerraba sus ojos durmiéndose—Killua…





Continuará…

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