lunes, 18 de abril de 2016

Capítulo 4: El prisionero.



Dentro de una celda solitaria iluminada por el sol a través de unos barrotes, solo estaba una puerta de madera y en frente de ella había un joven adolorido que estaba sobándose la cabeza.


—Agh mi cabeza…—Miro a su alrededor y supo que estaba encerrado en seguida trato de irse pero tenía unos grilletes en sus manos que lo pegaban a la pared—¿Q-Qué rayos?—empezó a forcejear ruidosamente pero se detuvo al escuchar un ruido de pasos.




Un encapuchado abrió la puerta y miro tranquilamente al joven—Anda ya despertó su majestad.


—Eres tu quien peleo con Kaito—No era una pregunta era una afirmación, a lo que el hombre se rasco la parte trasera del cuello desinteresado.


—Principito estará con nosotros un tiempo así que llámeme Lyon—El menor lo miro un tanto serio.


—Lyon ¿Qué harán conmigo?


—Eso ni yo lo sé—Le dejo una silla con un vaso de agua y el moreno lo miro molesto.


—¿Qué pretenden hacer? Robando a las personas y ahora secuestran—El hombre lo miro un momento y suspiro pesado, se fue a la puerta y dándole la espalda le dijo.


—Supongo que si lo ve así todo parece horrendo—y se retiró. El menor quedo pensativo por ese comentario.


—No, tengo que irme—Decidido forcejeo con las cadenas pero estas no se rompieron, irritado empezó a gritar—¡NO CREAN QUE SE SALDRÁN CON LA SUYA! ¡LIBÉRENME DEMONIOS!—jaloneaba las cadenas ruidosamente—¡SEGUIRÉ GRITANDO TODA LA VIDA!—*Tres horas después…*—Me aburro…—Le dolía la garganta y ahora se balanceaba con los grilletes atrás y adelante para entretenerse, a través de los barrotes podía medio divisar unos copos de nieve y eso lo preocupaba un poco- Ballena son tierras cálidas, nunca nieva ¿Dónde estaré? ¿Me habrán llevado muy lejos?—murmuraba para sí mismo. De repente volvió a escuchar sonido de pasos, se levantó y se puso recto, la puerta se abría lentamente y lo que vio no podía creérselo—¿¡Alluka!?


—¡Principe! ¿Vino a jugar?—La niña se alegró y corrió hacia el joven el cual la miraba boquiabierto.


—¿Qué haces aquí?


—Ah, logre escaparme—Decía orgullosa como si hubiera sido una gran hazaña.


—¿Escapar? ¿Ahora secuestran niñas?—Miro impactado a la pequeña quien le sonreía no entendiendo bien.


—Príncipe ¿Por qué esta encadenado?


—¡Ah! Alluka ¿Crees que puedas ayudarme? No puedo salir—La chica asintió sonriendo salió de la habitación un momento y regreso con un juego de llaves—¡Gracias!—ya libre salieron de la celda, estaban en un pasillo oscuro de piedra.


—¿Qué haremos ahora príncipe Gon?—El chico la miro preocupado, supuso que la niña era muy pequeña para saber lo que estaba pasando y mejor no decírselo para evitar traumarla.


—Juguemos un juego Alluka—Sonrió y la pequeña lo miro emocionada.


—¿Qué haremos?


—Tenemos que salir a fuera sin que nadie lo sepa, si lo logramos ganaremos.


—Entonces jugamos en equipo ¡Grandioso!—Grito contenta a lo que el moreno le tapó la boca nervioso.


—T-Tienes que ser silenciosa o perderemos.


—Jeje perdón, pero aquí vigilan muy bien será difícil.


—No te preocupes soy un experto en fugarme—Sonrió confiado.


Caminaron por el pasillo hasta que vieron una escalera en dirección hacia arriba, subieron hasta que estuvieron en frente de una puerta.


—¿Lista? Aquí empieza el verdadero juego.


—¡Sí!—Abrieron la puerta, primero la movió un poco para poder mirar por la ranura revisando que no hubiera nadie, el mayor al sentirse seguro salió seguido de la pequeña que estaba contenta de lo divertido que era el juego. Vieron que estaba en una sala con muebles lujosos y libreros, en las paredes había grandes ventanas, el pelinegro se sorprendió y corrió hacia una. Miro que era un paisaje nevado con montañas y bosques, podía ver que estaban en lo alto de una pendiente.


—¿Dónde estamos?—Preguntó preocupado, la niña se acercó hasta estar junto a él.


—Unmm creo que se llamaba Dragón y algo…—Pronunció dudosa.


—¿La montaña del dragón blanco?—Solo estaba adivinando.


—¡Ah! Ese era el nombre—Dijo contenta al haberlo recordado, el príncipe quedo pensativo.


—No estamos tan lejos del reino de Nostrade…—Se volteó a la menor y le sonrió—terminemos este juego Alluka.


—¡Sí!—El moreno miro alrededor y se dirigió a una puerta que estaba en la parte derecha de la sala, volvió a mirar de a poco y estaban en lo que parecía un bar pequeño, allí estaba dos hombres uno bebiendo y el otro le servía. Esta vez no estaban encapuchados, uno era peli naranja enrulado y musculoso, el otro era más delgado y peli morado oscuro liso por encima del hombro— (Creo que ese es Lyon)—pensó al reconocer uno de los hombres, estaban charlando tranquilamente.


—Oye Bara ¿Qué piensa hacer el rebelde con el principito?—Decía al tomar un sorbo de vodka, el otro se encogió de hombros.


—¿Yo que sé? El siempre consulta sus planes contigo o con el payaso pervertido ¿No deberías de saberlo tú?—Al decir esto Gon se interesó más en seguir escuchando.


—Ah es que me entretuve peleando con aquel tipo con cabello de mujer.


—Ahora que lo mencionas con el que pelee parecía una mujer.


—Si era muy bonito—Al moreno la salió una gotita en la frente al escuchar como comparaban a Kurapika con algunas mujeres.


—Príncipe ¿Qué haremos ahora?—Pregunto curiosa la pequeña por la situación, en eso otro hombre cruzo la puerta, tenía pelo amarillo parado.


—Aquí estaban—Dijo con normalidad, el peli naranja lo miro aburrido.


—¿Qué ocurre Genthru?


—Al parecer hay un revuelo en el reino de Nostrade la noticia de que el príncipe con ojo de águila fue secuestrado se rego como pan caliente—Sonrió complacido a lo que Gon se molestaba ¿Qué planean hacer?


—El rebelde debe estar contento—Se levantó de su silla y camino hacia la puerta—iré a ver que está haciendo.


—Bara ven necesito tu ayuda—Se dirigió al peli azul.


—¿Sub otra vez está jugando con la nieve?—Suspiro al ver como su compañero asentía y los tres se fueron por la puerta, al verlos irse los menores salieron.


—(Kaito y Kurpika deben estar preocupados y mi padre… seguro que debe estar celebrando de a ver ganado la apuesta) —Pensó frunciendo el entrecejo Gon bajo la mirada de la chica.


—¿Estás molesto príncipe?


—Ah no te preocupes, ven vamos antes de que vuelvan—Tomo la mano de la menor y caminaron cuidadosamente hacia la puerta, cuando Gon vio que no había nadie al otro lado entraron a la otra habitación. Era una sala con unas grandes escaleras que daban hacia arriba y en frente de ellas había dos puertas marrones elegantes, el moreno se alegró y corrió hacia ellas—Puedo sentir el aire de afuera ¡Lo estamos logrando Alluka!—La pequeña lo miro emocionada.


—¡Estamos a punto de ganar!—El pelinegro empezó a jalonear las puertas pero no se movían nada, incluso empezó darle golpes y patadas—rayos no se abren.


—Es por que están hechas de un buen material—Le explico al otro tranquilamente sorprendiéndolo.


—¿Cómo sabes eso Alluka?


—¡Mi hermano me lo dijo!—Canturreo contenta y el chico la miraba extrañado.


—¿Tu hermano?


—Killua es un chico muy interesante, como usted mi príncipe—Gon volteo sorprendido en dirección a la voz que era las escaleras, conocía esa persona. Por instinto se puso en frente de la niña como queriendo protegerla.


—¿Hisoka?


—Oh me recuerda que honor.


—¿Qué haces aquí?


—Ganando por supuesto—Miraba sonriente la cara de confusión del chico.


—Estuviste tan cerca —La voz hizo estremecer al príncipe quien la reconoció en seguida, era un muchacho con cabello blanco y piel pálida, un poco más alto que Gon, vestía un suéter sin mangas cuello de tortuga azul oscuro con pantalones y botas negras, bajaba de la escaleras con una sonrisa divertida.


—Mou hermano nos encontraste—Alluka puso un mohín inflando los cachetes, el peli negro la miro sorprendido.


—¿E-Es tu hermano?


—¿Pensaste que era secuestrada? Que tierno—Hisoka soltó una risilla bajita y el albino lo miro un poco molesto.


—Si lo sabías ¿Por qué no hiciste nada? Pudo haberse llevado a Alluka.


—Sin duda lo hubiera detenido, pero ella se veía tan contenta que lo iba a hacer cuando llegaran a la puerta—Le explico canturreando, el otro suspiro y luego miro a la chica con una sonrisa.


—Alluka te traje un pastel—Dijo a la pequeña que se emocionó al escucharlo.


—¿De veras?—La chica camino hasta llegar al lado del joven príncipe que estaba algo perdido en sus pensamientos.


—Si será tu premio de consolación—Dijo en tono burlón mirando al príncipe el cual lo miro irritado—está en tu habitación.


—¡Vivaaaa!—Corrió hacia las escaleras dando brinquitos—¡Ah!—pronunció haciendo un gesto de haber recordado algo y se volteó mirando al moreno con una sonrisa tierna—¡Me divertí mucho príncipe juguemos más después!—el nombrado sonrió un poco preocupado.


—Por supuesto…—Killua lo miraba con una ceja arqueada intrigado.


—¡Adios!—Luego se retiró subiendo las escalera dejando a los mayores solos.


—¿Qué harán conmigo?—Pregunto serio a lo que Hisoka y Killua empezaron a acercarse a él.


—Puede que te deje jugar con mi hermana a las muñecas si te portas bien—Decía divertido mientras el peli roza se ponía detrás del menor e inmovilizaba sus brazos, este ni se inmuto por la burla ni se resistió al sentir sus brazos tras su espalda, solo miraba con seriedad a los ojos al albino en frente de él.


—¿Me van a matar?—Killua no lo demostraba pero se sorprendió, aquel chico pregunto eso sin miedo ni titubeo en su voz, y lo miraba a los ojos tranquilamente como desafiándolo.


—No te preocupes, en cuanto tu padre demuestre su amor por ti en oro te dejaremos ir vivito y coleando—Sonrió pero después se impresiono al escuchar la risa del peli negro, y no fue el único, Hisoka arqueo una ceja interesado pero guardo silencio.


—Pues morirán de hambre—Pronuncio con una expresión desafiante—le importo un culo a mi padre.


—¿Qué?—Estaba intrigado ese chico no tubo tapujos en decirle eso.


—Lo que escuchaste, mi padre mandara a la mierda tus amenazas de matarme.


—Valla esa no es la forma de hablar de un príncipe ¿Te enorgullece saber que no le importas a tu padre?—Pregunto tranquilamente pero en sus adentros estaba muy interesado en la respuesta, el peli roza los miraba en silencio y divertido.


—No es que no le importe, simplemente el dinero del reino esta primero que yo—Dijo tranquilamente como si fuese lo más normal del mundo. Tanto el albino como el hombre con pinta de payaso se le quedaron viendo expectantes por unos segundos.


—Llévalo a la celda.


—Como ordenes—Sonriente llevo al menor el cual se le quedo viendo a Killua con seriedad hasta que cruzo la puerta.


—¿En verdad es un príncipe?—Pronunció dudoso, si era verdad lo que dijo el menor se le iba a complicar el plan.


—Es la primera vez que te veo dudando—Lyon salía de una puerta que estaba a la izquierda de la habitación, el peli blanco lo miro, él sabía que estaba ahí desde el principio—nunca espere que ese chico lograra escapar, ni Gentrhu ni Bara pudieron notar su presencia tiene talento—Se acercó al otro.


—¿Por qué no la uso de rehén?—Pregunto preguntó pensativo a lo que el adulto arqueo una ceja.


—¿De qué hablas?


—Me refiero al príncipe rarito, en el momento en que supo que Alluka era mi hermana pudo agarrarla y usarla para chantajearme y salir de aquí.


—Pues tuvo suerte de no hacerlo o hubiese tenido una muerte dolorosa—Recordó aquella vez que un bandido había agarrado a la pequeña y el lugar se volvió un baño de sangre.


—Es raro—El mayor observo al otro interesado—aquella vez que estuve a punto de matarlo no mostro ningún miedo, me mira a los ojos y me habla desafeándome, no ruega por su vida ni tiembla como cualquier otro cerdo de la realeza—Decía interesándose en aquel chico—¿Qué tipo de vida tubo como para no tenerle miedo a la muerte?


—Yo puedo responder eso—Una rubia vestida de roza había llegado con una sonrisa astuta.


—¿Qué tal?—Saludo Lyon expectante.


—Al fin llegaste Bisky—Dijo el albino y la chica se les acerco muy alegre.


—Te lo digo de una vez este no es un príncipe como cualquier otro, te costara domarlo jojojo—Miro burlonamente al joven.


—Explícate—Caminaron a otra sala con sofá y otros muebles y se sentaron, la chica estaba en frente del albino y el peli naranja—¿Entonces?—la rubia sonrió al ver su curiosidad.


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Gon estaba nuevamente en la celda y ahora con Hisoka que lo miraba fijamente con una sonrisa que ya le estaba molestando.


—¿Qué me ves? ¿Te debo algo o se te perdió uno igualito a mí? —Dijo tosco y el mayor soltó una risita.


—Esa no es la forma de hablar de un príncipe, aunque cuando actúas de esa forma tan indomable te ves encantador—El moreno bufo por lo bajo. De repente alguien entro en la celda, era un hombre con pelo puntiagudo rojo y un tatuaje de un corazón con dos espadas en la frente, miro al príncipe de manera burlona.


—Con que tú eres el príncipe rarito.


—Mi nombre es Gon—Pronuncio en tono ofendido a lo que el otro soltó una carcajada, Hisoka miraba la escena entretenido.


—No te des aires de grandeza cuando estas preso en una celda—El moreno lo miraba molesto y luego miro hacia otro lado ignorándolo esto irrito al peli rojo—¿Así que me ignoras! Que valiente por tu parte—acto seguido a gran velocidad agarro por el cuello al menor queriendo intimidarlo pero de repente una patada lo tiro a donde estaba Hisoka, este lo esquivo a tiempo pero vio como el menor salía corriendo por la puerta.


—Así que se liberó de los grilletes…—Murmuro tranquilamente y luego miro a su inconsciente compañero, se requiere mucha fuerza para lograr desplomarlo a la primera.


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—¿Encerrado en un castillo? Parece un cuento de hadas—Habían terminado de escuchar la información de la rubia.


—Así pensé—Tomaba una taza de té tranquilamente mientras observaba al joven frente suyo, el cual estaba pensativo.


—Tienes un prisionero muy extraño jefe—Decía de manera desinteresada a lo que el otro bostezo aburrido.


—Solo es otro niñito rico de la realeza, basta con mantenerlo vigilado y—No pudo terminar de hablar cuando escucharon un vidrio romperse. Corrieron en dirección al sonido y vieron una ventana rota—¿Qué demonios paso?


—Escapo jefe—Llegaba con el hombre inconsciente cargándole por el brazo, Killua lo miro sorprendido.


—¡¿Cómo que escapo?!—Miro rabioso al peli roza el cual puso un puchero gracioso mientras apuntaba con su dedo al dormido.


—No es culpa mía el provoco al príncipe.


—¿Y lo dejo inconsciente? Valla parece que no es solo un niño rico—Killua dio una mirada fulminante al peli naranja.


—Esta montaña es peligrosa, si se pierde podría morir a causa de una bestia o por el clima ¿Qué harás Killua?—Añadió la rubia y el aludido chasqueó la lengua.


—¿Tú qué crees?—Se subió a la ventana—iré a buscarlo, ustedes quédense y no sigan estorbando.


—Date prisa creo que habrá una tormenta—Dijo Lyon antes de ver como su jefe saltaba por la ventana y llegaba a la rama de un árbol—¿No les parece que se interesa mucho en ese príncipe? —pregunto a los presentes.


—Exactamente, por eso es divertido—Respondió Hisoka.


—Siento que esto se pondrá picante jojojo—Hisoka y Bisky soltaron risas de complicidad y el peli naranja le rodo una gotita en su frente.


Killua corría por la nieve siguiendo unas huellas las cuales llegaron a un árbol, se acercó un poco pero después dio un salto hacia atrás esquivando una piedra, miro la dirección de donde venía el objeto y vio al moreno parado en un árbol


—¡Imbécil, morirás si te quedas aquí!—Le grito en tono de advertencia—¡Ven aquí!


—¡Ni loco lo hago!—Acto seguido empezó a saltar de rama en rama de los árboles, Killua chasqueo la lengua irritado y de un salto llego a un árbol y empezó a seguir al moreno, si bien el albino es muy veloz tenía que controlar su velocidad para no caerse de los árboles los cuales debido a la nieve estaban resbalosos, de paso el menor le lanzaba piedras a cada tanto. Después de un rato lograron llegar hasta un costado de un lago congelado, el menor se detuvo a mirarlo.


—Suficiente de juegos ahora vendrás conmigo tranquilamente—Decía el albino y empezó a caminar a paso lento hacia el otro.


—¡Me niego!—A lo que vio que el mayor se acervaba corrió pisando el hielo, el mayor se sorprendió.


—¡Idiota!—Lo siguió sabiendo lo que pasaría si el príncipe daba un paso en falso. El menor iba corriendo pero se detuvo abruptamente al escuchar un crujido, miro abajo y vio que el hielo a sus pies tenía grietas—Es hielo frágil, si corres bruscamente te caerás al agua y probablemente mueras de hipotermia—El mayor caminaba tranquilamente hasta el otro, no tenía problemas ya que sabía cómo moverse. Gon estaba en aprietos aquel chico estaba cada vez más cerca y cada que retrocedía un poco escuchaba un crujido a sus pies—¿Se te acabaron las ideas?—Pregunto con algo de ironía, el menor no lo escucho miraba el suelo pensativo.


—¡Espera!—Grito de repente sorprendiendo al otro y deteniendo su caminar—si te acercas más saltare.


—¡¿Ah?!—indignado lo miraba.


—Si no me haces casos daré un salto cuando estés cerca y nos caeremos ambos al agua—Dijo en tono de advertencia que sorprendió al otro pero un trueno los alerto a ambos.


—Rayos…—Pronuncio al ver como nubes grises se juntaba y al sentir como el viento daba más fuerte—iré hacia a ti.


—¡¿Qué?!


—Me importa un bledo que saltes si no nos damos prisa igual nos congelaremos—Gon se sobresaltó por lo que dijo y vio como caminaba de nuevo hacia él, no tuvo otra opción que quedarse quieto ya encontraría otra forma de escapar, ya cuando el albino estaba cerca sintió algo que lo horrorizo.


—¡Cuidado!


—¿Eh?—Fue interrumpido por el moreno que corrió hacia él y lo empujó hacia atrás, un rayo había caído en donde estaba, quedo por un momento anonadado pero se dio cuenta de algo—¡Demonios!—grito al ver un gran hueco en el hielo, el pelinegro al salvarlo rompió el hielo a sus pies y cayo profundo en el lago, sin pensarlo salto al agua, nado hasta ver al menor y agarrarlo para luego salir a gran velocidad llegar a la superficie—¡Hey despierta!—estaba en tierra firme con Gon en sus brazos el cual no reaccionaba y estaba muy frio, de paso la tormenta estaba empeorando—tch tengo que llevarlo a un refugio, creo que por aquí hay una cueva—cargo al príncipe y corrió por el bosque hasta ver su objetivo que estaba detrás de unos árboles.


Puso al menor con cuidado en el suelo y lo empezó a zarandear intentando hacerlo reaccionar, podía escuchar cómo se quejaba.


—Ngh…


—¡Hey principito no te duermas!—Dijo en vano ya que el moreno ni siquiera abrió sus ojos, el albino se empezaba a preocupar—(se va a dormir, no puedo buscar leña y hacer fuego, se congelara para cuando lo haga ¿Qué hago?)—pensó intranquilo pero recordó algo que lo ayudaría—¡Es cierto Hisoka!—dijo con una sonrisa—(Si no mal recuerdo el maldito payaso pervertido me había dicho que la mejor formar de calentar un cuerpo era con el de uno mismo) —al analizar un poco la cosa se escuchaba vergonzosa pero ahora no había tiempo para eso, se quitó el suerte que estaba todo mojado quedando con la parte de arriba desnuda y luego se puso encima del semiconsciente príncipe, tenía sus manos a cada lado de la cabeza de la persona de abajo suya y se le quedo mirando por un momento—matare a Hisoka si me mintió—acto seguido abrazo al moreno, en verdad que estaba frio y apenas podía sentir su respiración y como temblaba levemente.


—Ahh—Soltó un gemido justo en el oído del otro, esto hizo estremecer a Killua el cual quedo un poco choqueado y empezaba a sentirse un poco nervioso al sentir como el menor se removía—hace fr-frio—débilmente rodeo con sus brazos el cuello del otro y entrelazo sus piernas en la cintura de este.


—(¡ESTA DELIRANDO, ESTA DELIRANDO, ESTA DELIRANDO, ESTA DELIRANDO, ESTA DELIRANDO!) —El pobre estaba al borde de un colapso nervioso, está delirando era lo único que pensaba como excusa por el acto del menor el cual se quejaba bajito en su oído— (a-aguanta ¿Qué rayos te pasa Killua? ¿Por qué te pones así? Esto no significa nad)—sus pensamientos fueron interrumpidos por un suspiro caliente en su oído—(¡NO HAGAS NADA, NO HAGAS NADA, NO HAGAS NADA, NO HAGAS NADA! ¡NO TE ATREVAS A HACER NADA!)—repetía en su mente una y otra vez para contenerse de cualquier cosa que fuera hacer.


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—¿Eh?—Estaba despertando por el calor de una fogata y se sentó lentamente.


—Al fin despertaste bello durmiente—El menor volteo a ver al albino el cual estaba sentado cerca de la fogata con cara pensativa, ya llevaba puesto su suéter.


—¿Qué hora es?


—Bueno ya es de noche.


—Me salvaste ¿Verdad? Cuando caí en aquel lago…—Dijo casi en un susurro mirando tímidamente al mayor el cual lo observaba expectante—¿Por qué me salvaste?


—Soy yo el que debería preguntar eso—Puso una mirada seria sobresaltando al otro—¿Por qué me salvaste tu a mí? Pudiste a ver dejado que me diera aquel rayo y decirle a tu papi que me habías asesinado y quedar como todo un héroe—se le quedo mirando al menor el cual quedo callado y pensativo.


—No quería que murieras—Dijo finalmente sorprendiendo al otro.


—¿Por qué?


—No lo sé yo solo tenía curiosidad… de saber cómo eres—Por alguna razón que no entendió sus mejillas se sonrojaron tiernamente y miro hacia abajo, el otro lo miraba asombrado.


—¿A qué viene esa curiosidad?


—Bueno… ¿Por qué no me mataste aquella vez? Cuando me tiraste a la cama y me ibas a apuñalar—Pregunto con curiosidad que asombraba al peliblanco—yo solo quiero saber el por qué.


—Simplemente no quise—Dijo ladeando la cabeza, mintió oculto la verdadera razón sin embargo el moreno se lo creyó.


—¿De veras?


—De veras…


—Ya veo… Nee ¿Cómo te llamabas?—Pregunto con curiosidad en su tono de voz, el albino arqueo una ceja intrigado pero igual le contesto.


—Killua Zoldyck.


—Soy Gon Freecs.


—Lo sé.


—¿En serio?


—Todo el reino de Nostrade lo sabe, debido a tu miedo al compromiso—Decía en tono de burla al ver como el menor se sonrojaba avergonzado, de la nada empezaron a hablar de lo que paso en ese coliseo y de lo extrañas que eran esas princesas durante el transcurso de la noche.


Con esta extraña conversación fue como comenzó los días como prisionero de aquel príncipe raro que empezó a interesarse en aquel peligroso ladrón que por alguna razón no era peligroso en ese momento ¿Por qué? Umm ¿Quién sabe? Este solo es un inicio extraño para dos personas extrañas…





Continuará…

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