lunes, 18 de abril de 2016

Capítulo 12: Inicia la cuenta regresiva.



Gon se levantó pesadamente, quería dormir un tiempo más pero había mucho ruido en el castillo por lo que se arregló rápido y salió a ver de qué se trataba. Al salir de la habitación lo primero que vio fue a mucamas correr de aquí para allá con telas, platos y plantas decorativas entre otras cosas, una de las mujeres se detuvo al verlo e hizo una reverencia para luego hablar en tono humilde.






—Su majestad, su padre y los reyes lo están esperando en el comedor.


—Iré en seguida, gracias—La mucama le señalo a donde tenía que ir y se dirigió hacia allá no sin antes despedirse de la mujer, caminaba por el corredor todo se veía tan elegante y decorado que lo extraño ¿Se va a celebrar algo? Por alguna extraña razón tenía un mal presentimiento. Ya había llegado a la puerta del comedor así que se preparó mentalmente para lo que sea que quisiesen esos reyes y su padre, cuando cruzo la puerta se los encontró en la mesa ya desayunando.


—Buenos días príncipe Gon—Saludo cortésmente Omokage al menor con una sonrisa.


—Buenos días señores—Pronuncio dudoso, Ging lo miraba fijamente intranquilo y esto lo extrañaba.


—Por favor no se quede ahí siéntense debe estar hambriento—Pidió ahora Light, el muchacho se sentó al lado de su padre el cual por alguna extraña razón no lo miraba a la cara, empezó a comer bajo la mirada sonriente de los reyes y esto lo incomodaba.


—Bueno… ¿Me llamaban?—trato de meter conversación para romper ese silencio.


—Vera príncipe—Omokage tomo un poco de vino y continuo—su padre le habrá informado sobre su compromiso con mi hermana menor Retz, debido a los últimos horribles acontecimientos hemos estado hablando y tomado una decisión para alegrar un poco el ambiente entre los reinos—al decir esto todos los reyes asintieron con la cabeza excepto Ging quien tomaba vino respirando profundo para lo que venía.


—Bueno… ¿Y cuál es?—Pregunto curioso mientras daba un mordisco a un pan.


—Hemos decidido adelantar la boda—Al escuchar esto el menor se atraganto con el pan y tosió bastante antes de tomar grandes cantidades de agua.


—¡¿Adelantar?! ¿Cu-Cuando va a hacer?—Pregunto asustado mirando ferozmente a su padre el cual miraba a cualquier otro lado para escaparle.


—Dentro de tres días a partir de hoy—Hablo satisfecho y Gon quedo de piedra, acto seguido se levantó de su asiento y miro a su padre con una sonrisa.


—Papi ¿Podemos hablar? —Puso un tono de voz dulce pero Ging sabía que detrás de esa carita de ángel había un demonio furioso con sed de sangre.


—Cr-Creo que no puedo ahora porque…—Intento excusarse y huir pero Gon le dio un disimulado puñetazo en el estómago que casi hace que vomite todo su desayuno.


—Oh por dios ¿Te encuentras mal papa? Te acompañare al baño, nos retiramos por ahora caballeros—Se despido cortésmente arrastrando al pobre Ging a la puerta y los reyes se les quedaron viendo con cara confundida. Después de salir del comedor y entrar en una habitación con sofá donde sentó a su padre bruscamente y lo miro muy molesto—¡¿Tres malditos días?!—Grito perdiendo por completo la paciencia.


—¡A mí no me gritas jovencito! No es mi culpa se les metió esa idea y por mucho que intente no pude sacárselas—Se defendió pero el menor no lo escucho.


—¡Apenas voy pisando este castillo y ya me están metiendo esa boda hasta por los ojos! —Grito furioso dando pisotones hasta llegar a la puerta, pero se detuvo al escuchar la voz de Ging llamándolo.


—¡Espera Gon!


—¡¿QUÉ?!


—Hoy vas a conocer a Retz y después vas a medirte unos trajes de novio, se puntual ¿De acuerdo?


—¡VETE A LA MIERDA!—Grito y después dio un portazo que hizo temblar la habitación, el rey suspiro pesado.


—Espero que todo salga bien…—Murmuro para sí mismo.


Gon fue a su habitación con un humor de perros al entrar se encontró a su nana sentada en su cama mirándolo con una sonrisa.


—¡Gon! Llegas a tiempo, debemos escogerte una ropa apropiada para ver esa chica Retz—Decía risueña a pesar de la mirada de indignación que le daba el chico—la vi en una foto ¡Oh es tan linda! Harán una buena pareja, ven vamos date prisa—Mito empezó a hurgar en el closet buscando algo para el príncipe.


—¡No iré!—Pronuncio molesto mientras se acostaba en la cama y se escondía bajo las cobijas, la mujer volteo a verlo reprochándolo.


—¡¿Como que no vas a ir?!—Miro exasperada al joven que se removía en la cama.


—No quiero casarme, no quiero pasar el resto de mi vida junto a alguien que ni siquiera conozco—Hablo en tono lloroso y la nana se compadeció de él.


—Lo se Gon, yo quisiera poder hacer algo para evitarlo pero esto es por Ballena tu hogar y como príncipe debes realizar este tipo de sacrificios para protegerlo—Le explico suave para hacer entender al menor.


—Tu no lo entiendes Mito… tampoco puedo decirte…—Decía bajito esta vez la nana se molestó.


—¡Suficiente de lloriqueos!—De un jalón le quito la cobija a Gon sorprendiéndolo—no me importa las razones por las que no quieras casarte pero ¡Un hombre nunca deja plantada a una dama! Yo te enseñe eso y lo vas a aplicar—hablo en tono autoritario y con una mirada severa.


—P-Pero…


—¡Sin peros! Ahora báñate y cámbiate—El moreno no tuvo otra opción que obedecer pero refunfuñando por lo bajo. Después de un rato el chico salió ya vestido y arreglado—perfecto—puso una sonrisa al verlo.


Gon estaba vestido con una camisa blanca y un chaleco negro por encima con pantalones negros y unas botas marrones, suspiro cansado.


—¿Dónde está?


—En el jardín del patio de atrás—El joven se despidió y se dirigió al lugar, mientras caminaba pensaba en cierto albino ladrón ¿Qué le habrá pasado? ¿Está bien? Esas preguntas aun le rondaban en la mente y lo entristecían, ahora tiene que liderar con esta boda—(Ahora que lo pienso… quizás la princesa tampoco le guste la idea de casarse conmigo, ¡Si eso! Si los dos nos negamos podremos evitar esta absurda boda)—Sonrió esperanzado por la idea que se le acababa de ocurrir y camino más deprisa. Al fin había llegado al dichoso jardín, camino unos pasos y miro alrededor, había tantas flores de diferentes colores y aromas pero pudo ver a una chica rubia con vestido rojo sentada en una banca y estaba leyendo un libro, Gon suspiro y se acercó a ella con una sonrisa cálida, aunque tuviera muchos problemas debía ser bueno con los demás—¡Hola! ¿Tú eres la princesa Retz verdad?—Saludo llamando la atención de la chica quien lo vio curiosa.


—Sí y usted el príncipe Gon—Se levantó y se inclinó cortésmente con una sonrisa.


—Ummm… yo quería saber…—No pudo terminar de hablar porque de repente Retz salto a darle un beso, el moreno se alarmo muchísimo por el acto pero tan pronto como comenzó termino y la chica se separó de el con una sonrisa coqueta.


—Solo quería saber cómo besaba mi futuro esposo—Decía sin borrar su sonrisa mirando al moreno el cual no procesaba del todo la información.


—¿So-Solo quería saber?—Hablo aturdido sacándole una risita a la otra.


—Tienes labios suaves y además eres lindo ¡Eres totalmente mi tipo!—Dijo mirándolo contenta.


—¿Entonces quiere casarse conmigo?—Pregunto atónito por la situación, la otra lo miro extrañada.


—¿Y por qué no querría?


Y con esa respuesta al príncipe raro se le vinieron abajo todas sus esperanzas, ¿Ahora que iba a hacer? Debe pensar en algo muy pronto.


.


.


.


.


—¡Auch!


—Quédate quieto Gon o te voy a pinchar con la aguja. Ya era el atardecer y Gon se estaba midiendo su traje de novio, era un esmoquin negro cuyos detalles estaban siendo retocados por Mito la cual se le dificultaba la labor debida a que el moreno se removía inquieto, estaban en una sala acompañados de Leorio, Kurapika y Kaito quienes los miraban atentos—Uff ya está listo—Dijo un poco exhausta viendo con orgullo a su niño, los otros también se alegraron—¡Oh te vez tan guapo!


—Te queda perfecto Gon.


—¡Wow te vez como todo un galán!


—Y te verías aún mejor si pusieras una de tus sonrisas tan radiantes como el sol—Agrego preocupado Kaito, aun con los sinceros y alegres cumplidos que les tiraban su nana y sus amigos el menor no mostraba ni pizca de felicidad al contrario tenía una expresión de profunda tristeza y de pensar en otra cosa.


—Yo… lo siento—Se disculpó debido a las miradas de preocupación que les daba los otros.


—Gon, el que te cases no será el fin del mundo—Decía Kaito serio llamando la atención del menor.


—Es cierto Gon velo como un… nuevo comienzo—Añadió Kurapika con un tono lógico que hizo enfadar un poco al menor.


—Te comprendo Gon, que te quiten la soltería así sin más, sin ni siquiera haberla disfrutado debe ser duro ¡Pero oye te casaras con la princesa de Marionetista! de la que se dice que es la doncella más hermosa de la nación—Leorio puso una sonrisa picarona y a Gon le salió un tic en la ceja por lo soqueteadas que estaba escuchando, sabía que era con buena intención pero esto lo estaba sacando de sus casillas.


—Sé que es difícil, al principio será incomodo pero deja que pase el tiempo se conocerán mejor y poco a poco se irán queriendo, dale una oportunidad aunque cueste un poco—De acuerdo ya eso era el límite.


—¡No puedo hacerlo! ¡¿De acuerdo?!—Exclamo sorprendiendo a los presentes.


—Go-Gon cálmate ¿Por qué?


—Actúas como un niño—Dijo Kaito sin tapujo alguno al menor—y tú no eres ningún niño ni tampoco un adolescente, eres el príncipe de Ballena y como tal debes cumplir con tus obligaciones—Ante eso Gon lo miro molesto.


—¡Lo sé y quisiera cumplirlas! Pero yo…—De repente bajo el tono de voz y miro al suelo dudoso intrigando a todos.


—¿Pero qué Gon? Habla ya o calla para siempre—Decía para hacer entender al moreno este lo miro determinado pero con las mejillas ligeramente sonrojadas.


—¡Porque estoy enamorado! ¡¿Ok?!—Grito dejando sin habla a los mayores.


—¿E-Enamorado?—Balbuceo Mito sin poder creérselo.


—¡¿De quién?!—Interrogo Kaito alarmado.


—¡De Killua!


—¿Del gato?—Pronuncio Leorio confundido y Kurapika le dio un codazo para que guardara silencio y escuchara.


—¡¿Quién es Killua?! No espera… ¿El ladrón?—Cuando lo escucho el menor se impresiono y lo tomo como un si—por eso no tenías heridas… ¡¿Tu y el ladrón?!—grito sobresaltado, Mito quedo de piedra para luego desmayarse y que Leorio y Kurapika la socorrieron de inmediato, Kaito y Gon se miraban a los ojos—¡¿Pero qué significa esto?! ¿Qué pensara su majestad Ging cuando lo sepa? —le pregunto a lo que el menor trago grueso—Gon date cuenta, él es solo una ruin culebra que te manipulo para-el moreno lo interrumpió.


—¡Eso sí que no Kaito! ¡No permitiré que lo insultes!—Hablo en forma de advertencia que sorprendió al peli largo—yo también pensaba eso pero lo conocí y me di cuentas de cómo es en realidad ¡Por eso no permitiré que nadie más lo insulte!


—¡Gon lo que tienes es síndrome de Estocolmo!


—¡No tengo idea de que signifique eso pero no lo es! —Decía sin arrepentimiento alguno—Kaito yo lo amo—el nombrado quedo atónito—¡Pero eso ya no importa! Me salvo la vida y ahora ya no sé cuándo lo volveré a ver o siquiera si está vivo o muerto—hablo acongojado y con los ojos cristalinos—sé que debo creer en el pero…—callo al escuchar que tocaban la puerta y hablaba una voz muy familiar para él.


—Servicio ¿Alguien pidió alcohol y agua azucarada?—Una voz masculina se escuchaba detrás de la puerta.


—¿Eh? (Esa voz…)


—¿Quién pidió servicio?—Dijo Kaito alterado por la interrupción.


—Per-Perdón, fue para tratar el desmayo de la señora Mito—Hablo Leorio nervioso debido a la mirada de reproche de todos, Kaito suspiro para intentar calmarse un poco.


—Pase—Ordeno.


—Permiso—Anuncio antes de entrar, Gon quedó pasmado al verlo vestido de mesero sin poder creer lo que veía—bien ¿En dónde pongo esto?—pregunto con una sonrisa.


—Por aquí—Alzo la mano el rubio para llamar su atención.


—Aquí tiene—Dejo la bandeja que llevaba en el suelo junto a ellos.


—Gracias puede retirarse—Ordeno ahora Kaito a lo que el otro asintió.


—Llame cuando lo necesite—Sonrió mientras caminaba a la puerta—sobre todo usted mi príncipe—Gon lo miraba fijamente con un alivio tremendo en su pecho—vendré siempre por usted cuando quera—pronuncio divertido antes de cruzar la puerta.


— (¡Killua!)—Se mordió el labio para evitar gritar de alegría tenía unas ganas tremendas de salir corriendo a abrazarlo pero tenía disimular.


—Gon retomando el tema-


—¡Me voy, quiero estar solo!—Fue lo último que dijo antes de salir corriendo dejando estupefactos a todos. Corrió por el corredor ansioso buscando al albino—¡Killua! ¡¿Killua dónde estás?!—lo llamaba mirando a todos lados pero no lo conseguía—desapareció—puso una mirada triste y camino pasando una puerta de habitación para huéspedes.


—Ingenuo—De repente una mano salió de la puerta jalando a Gon y poniéndolo contra la pared, el moreno al alzar la mirada se encontró con unos ojos azules muy conocidos para él. Estaban en un cuarto oscuro por la noche pero se distinguía una cama, dos mesas de noche y un closet junto a una ventana, aunque ellos no estaban mirando el alrededor.


—¡Killua!—Abrazo al albino por el cuello aliviado de verlo.


—Lamento hacerte esperar—Le susurro en el oído rodeando sus brazos en la cintura del menor y poniéndolo un poco más contra la pared, pero de repente el príncipe lo empujo y puso una mirada furiosa.


—¡Idiota! ¿En qué demonios pensabas cuando me empujaste? ¡¿Tienes idea de la agonía que me hiciste pasar?!—Le dijo molesto, el albino ni se inmuto por su conducta y solo le sonreía.


—El idiota eres tú, eso no fue nada comparado con todo lo que…—Dejo de hablar al ver como el menor le subía la camisa sin reparo alguno.


—Si no fue nada ¡¿Qué son estas heridas?!—Le señalo irritado, la cintura del albino estaba tapada con vendas blancas hasta el pecho, Killua le tomo la mano que sostenía su camisa.


—No Gon—Le decía tranquilamente mientras sostenía su mano entre las suyas—si empiezas a desnudarme no podré contenerme y estamos justo al lado del corredor—pronuncio divertido pero Gon no cambiaba su expresión molesta.


—Promete…—Murmuro mirando al otro a los ojos—promete que nunca más vas a hacer algo así ¡Lucharemos los dos juntos!—Hablo con firmeza y el albino lo miro sin quitar su sonrisa.


—Lo prometo—Abrazo de nuevo al moreno y este lo acepto cerrando sus ojos con una sonrisa de alivio hasta que escucho unas palabras con la peor maldita intención del mundo—por cierto Gon ¿Quién besa mejor? ¿Retz o yo?—susurro en el oído del príncipe el cual volvió a empujarlo y le dio una mirada fulminante.


—¡Vete al demonio Killua!—Grito para después caminar a la puerta muy molesto debido a las burlas mata momentos del albino el cual estaba riendo de buena gana, pero luego paro y tomo el brazo de Gon, esta vez lo tiro contra la cama agarrando sus manos y clavándolas contra el colchón—¡Déjame Killua o esta vez si te lanzo una flecha en el ojo!—decía forcejeando pero algo ruborizado.


—Y como antes te digo que no estás en posición para amenazarme—Sonrió divertido por la situación pero después cambio a una sonrisa más dulce—también estoy enamorado—agrego sorprendiendo al peli negro el cual paro su forcejeo y lo miro sonrojado.


—¿Eh?—Pronuncio no creyéndose lo que escucho, Killua soltó sus manos y lo abrazo escondiendo su rostro entre su cuello y hombro.


—Te amo Gon—Le susurro suavemente, el moreno sonrió cálidamente con un rubor en sus mejillas.


—Y yo a ti—El albino se separó un poco para luego besarlo apasionadamente, el menor acaricio los cabellos blancos y entrelazo sus piernas en la cintura del mayor, se besaban y tocaban con deseo, amor y hasta un poco de ansiedad por parte de Killua el cual ya estaba quitándole la chaqueta a Gon un poco brusco ya que algunos botones se desprendieron.


El albino daba besos en el cuello del príncipe sacándole gemidos de impaciencia, mientras el moreno le quitaba la camisa y lo abrazaba, Killua desabrocho el pantalón de Gon y metió su mano tocando su miembro haciéndolo estremecer.


—Ahh—Medio gimió al sentir como lo frotaban lentamente.


—Gon si gritas muy alto nos podrían descubrir, no deben ver que el príncipe de Ballena lo está haciendo con un sirviente ¿Verdad?—Hablo en un tono entre burlón y seductor.


—P-Pero Ahh—No podía hablar bien ya que sentía como lo frotaban más rápido—ahh Killu ¡Ah!


—Tienes que ser más silencioso…—Al decir esto le lamio la oreja al otro para hacerlo temblar a propósito y frotándolo más fuerte.


—N-No no puedo s-si me haces esto ¡Ahh! Nn n-no Ki-Killua—Hablaba jadeante entre cortado y hasta con un tono de voz seductor.


—Si no te contienes tu mucho menos yo y entonces ahí sí que se nos va a salir de las manos—Acto seguido aumento la velocidad hasta que el menor no pudo más y se corrió en su mano.


—¡Ahnn! —Gimió tapándose la boca con la mano cosa que le pareció muy excitante a Killua y se desvistió rápidamente, cuando termino se acomodó entre las piernas del menor, miro a Gon este estaba jadeando con los ojos cerrados y el cabello despeinado, muy ruborizado el verlo así se le ponía tan dura así que lo embistió de una sola vez, el moreno cerro su boca conteniendo un agonizante gemido de placer, era tortuoso guardar silencio y el albino no se lo ponía fácil—ahh—jadeo excitado en el oído del mayor.


—Go-Gon ¿Intentas enloquecerme?—Le susurro con una sonrisa mientras lo abrazaba fuerte como si le perteneciera- porque lo has logrado—empezó con las salvajes embestidas haciendo estremecer y gemir al menor el cual se aferraba a su espalda.


—¡Ahh!—Ya no podía guardar silencio ya era demasiado, veía nublado y su cuerpo temblaba excitado sentía que perdía la cordura—ahh Ki-Killua vo-voy a ahh—gritaba agitado en el oído del otro.


—Y-Yo también Nnn…—Por última vez agarro con sus manos las caderas de Gon jalándolas hacia él y penetrándolo más profundo sacándole un gemido de placer y corriéndose entre ambos vientres, la estreches del moreno lo apretó de manera tan excitante que ya no pudo más y se vino dentro de él. Killua callo exhausto encima de Gon y este lo abrazo y beso su frente, se quedaron juntos durante toda una noche…


.


.


.


.


Al amanecer Killua salió por la ventana de la habitación y bajo para dar con el jardín del castillo, bostezó entre cansado y aburrido pero sonrió al ver a Hisoka sentado en la rama de un árbol y a Lyon recargando su espalda en este, ambos vieron a su jefe acercarse a ellos.


—Les quedan bien esos trajes—Pronuncio divertido al verlos vestidos de ayudantes de cocina, con delantal y todo.


—Al menos nosotros tenemos las ropas bien puestas—Soltó una risilla el payaso apuntando las ropas del albino, estaba toda desordenada con la camisa abierta y los vendajes de su cintura casi sueltos- si así quedo usted imagino como quedo el principito.


—Bueno veras, necesita un nuevo traje de novio—Puso una sonrisa gatuna y el peli roza le salió sangre de la nariz, Lyon suspiro cansado.


—Jefe, me alegra que haya tenido una reunión movida y calurosa con el principito pero ¿Hablo con el sobre el plan de Kuroro Lucifer? Y más importante ¿Sobre su contacto?—Pregunto mirando al menor y este bufo por lo bajo.


—Por supuesto idiota ¿Con quién crees que hablas?


—Con un ninfómano violador.


—Lyon un día te matare y te daré de comer a los perros—Dijo entre dientes mientras caminaba seguido de sus subordinados.


—¿Y el príncipe Gon está de acuerdo con lo que vamos a hacer?—Miro curioso a su líder quien sonrió satisfecho.


—Se puso más feliz que un niño en navidad.


—Bueno si todo sale como planeamos nos desharemos de Kuroro y al mismo tiempo se romperá el compromiso del principito—Menciono tranquilamente aunque sabía que no resultaría tan fácil como se oye.


—Así es Lyon—Agrego con una sonrisa astuta—solo tenemos que arreglar todo antes de que suene la alarma del reloj…





Continuará…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario