lunes, 18 de abril de 2016
Capítulo 15: El final y el comienzo.
—Gon kun despierta—Llamo el mayordomo al joven que lentamente se reincorporaba y dejaba caer la almohada al piso, dejando ver su rostro triste y solitario.
—Buenos Días Gotoh san…—Dijo casi inaudiblemente mientras se levantaba tocando el piso—¿Mis cosas?—pregunto indiferente al no ver ninguna de sus pertenencias.
—Las prepare mientras dormía, ya deben estar en el lugar donde vivirá ahora.
—Gracias…—Murmuro para después irse al baño.
Gon se bañó, se vistió y desayuno sin decir ninguna palabra, Gotoh solo observaba y se limitaba a seguir las órdenes que le había hecho su amo. El moreno estaba vestido con una chaqueta verde con una camiseta blanca por debajo, unos pantalones marrones y botas oscuras, ahora mismo caminaba hacia el patio en dirección a la salida donde lo esperaba un auto negro. El mayordomo se posiciono junto a la salida e hizo una reverencia.
—Que le vaya bien Gon kun—Dijo a lo que el menor asintió con la cabeza.
—Gracias por todo Gotoh san, adiós—Camino hasta el vehículo estacionado en la cera, iba a abrir la puerta trasera cuando un grito de una voz infantil lo alerto.
—¡GON KUN TONTO!
—¡¿Alluka chan?!—La nombrada corría hacia el con los ojos llorosos y el entrecejo fruncido. Llego hasta estar frente a él y acto seguido le empezó a dar golpes suaves pero cargados de tristeza en el pecho.
—¡Tonto, tonto, tonto, tonto! ¡Gon kun tonto!—Repitió varias veces mientras lagrimas rebeldes se resbalaban de sus ojos—¡No es justo! ¡No puedes llegar a la vida de mi Onii chan, alegrarla y después irte para siempre como si nada!—reprocho entre sollozos a lo que el mayor la abrazo, también amenazando con llorar.
—Lo siento, lo siento mucho…—Susurro acongojado—pero es lo mejor para ti y tu hermano, por favor créeme...
—No es justo… Onii chan no ha salido de su habitación y Alluka no ha podido agradecerte por haberla salvado…—Dijo en un susurro a lo que Gon le acaricio la cabeza.
—Killua es fuerte, ya verás cómo supera esto, y te salve porque quería, no para que me agradecieras pero… si en verdad quieres agradecérmelo entonces hazme un favor…—Se separó de la menor teniendo sus manos en sus hombros y la miro a los ojos con una débil sonrisa—no dejes solo a tu hermano ¿Si? Solo eso, con eso me basta…—la pequeña lo contemplo con los ojos tristes y asintió—gracias…
—Ya es hora Gon kun—Llamo el mayordomo para que se diera prisa y el moreno se separó de la niña.
—Adiós Alluka chan—Finalmente se subió al auto bajo la atenta y llorosa mirada de la menor. Gon desde el auto, con su desarrollado sentido de la vista, miro por última vez las ventanas del salón del piano, como despidiéndose de aquel apartado y simple salón que le trajo muchas pero breves alegrías, el auto echó a andar alejándolo cada vez más de esa mansión...
—Holis…—Una voz masculina y risueña lo saludo desde el asiento del conductor. Gon volteo a ver con una expresión neutra—¿Tu eres Gon chan?
—Y tu Hisoka—Dijo como respuesta a lo que el mayor le sonrió por el retrovisor.
—A partir de ahora seré yo quien te supervise—Anunció a lo que el menor suspiro.
—Es decir ¿Qué serás tú quien vigile si cumplo las órdenes que me den?
—Y seré quien te de dolorosos castigos si desobedeces—Agrego lamiéndose los labios con una expresión macabra, pero el menor ni se inmuto solo mantuvo una expresión neutra y calmada.
—Ya veo…
El transcurso del viaje estuvo en silencio, solo Hisoka conduciendo y de vez en cuando viendo lascivamente a Gon por el retrovisor, este último tenía su mirada distante en la ventana, como pensando en algo.
Llegaron a un gran edificio custodiado por vigilantes de negro, Hisoka fue el primero en bajar y después fue Gon quien empezó a seguirlo. Entraron y lo primero que vieron fueron dos ascensores, fueron al de la izquierda y bajaron, de repente un teléfono celular sonó. Hisoka contesto rápidamente.
—¿Si?—Gon solo pudo escuchar murmullos pero pudo reconocer esa voz inexpresiva, lo haría en cualquier lado del mundo—fufu, lo llevare en seguida—afirmo mientras colgaba—haremos una pequeña parada antes de llevarte a tu cuarto.
Salieron del ascensor, caminaron por un corredor gris con piso de lámina hasta llegar a una puerta metálica, al entrar se encontraron con una habitación blanca, sin puertas ni ventanas, y allí esperándolos estaba Illumi junto a dos hombres musculosos los cuales sonrieron mal intencionadamente al ver a Gon.
—Al fin llegaron—Dijo el peli largo al verlos, Gon lo miro tranquilamente.
—¿Qué quieres que haga?—Pregunto directamente a lo que Illumi fijo su vista en él.
—En este lugar hay muchos como tu Gon, sin embargo no todos resultan útiles, a veces terminan siendo estorbos y llevan a muchos a la muerte—Explico a lo que los hombres se acercaban a Gon—es por eso que te haremos una prueba, para confirmar que tú no eres uno más del montón, tienes que derrotar a estos dos oficiales militares armados, si pasas llévate el mapa que está en uno de los bolsillos de ellos dos y dirígete a tu habitación, pero si fallas date por muerto—camino pasando de lado al menor y quedando junto a la puerta—esta vez no tienes a papa ni a Killu para defenderte, a ver si te las arreglas solo…—declaro para luego salir del lugar. Gon miro serió a esos dos hombres…
—Fufu, no recuerdo que la prueba fuera así de suicida antes—Comento el peli roza mientras se alejaban del lugar junto al peli largo.
—Solo es un pequeño castigo por todos los dolores de cabeza que me hizo pasar—Declaro indiferente a lo que Hisoka soltó una risilla.
—Probablemente muera.
—¿Quién sabe? De todas maneras vamos a la asamblea, creo que va a ver otra reunión—Caminaron por unos cuantos pasillos hasta llegar a una gran puerta, al adentrarse en ella se encontraron en un gran salón donde estaban reunidos en filas oficiales militares, hombres vestidos de negro con cara de pocos amigos, científicos. Pero lo que más destacaban era cierto grupo de gente, “los monstruos” todos eran de diferentes características, algunos tenían aspecto animal o se veían como humanos normales solo que sus expresiones se veía solitarias, todos ellos se hallaban apartados en una esquina observando distantes.
En frente de todos se hallaba una plataforma donde se encontraba una mesa con un micrófono, alrededor había un bullicio grande pero todos guardaron silencio al ver entrar a tres hombres en especial. Uno se posiciono en frente del micrófono, su aspecto era el siguiente: su cabeza tenía la forma de un frijol, su piel es verde y llevaba puesto un esmoquin negro además era de muy baja estatura.
—Buenos días a todos, como ya sabrán soy Beans—Hablo cortésmente bajo la atención de todos—y soy el secretario personal del presidente Isaac Netero—apunto al nombrado que estaba detrás de él con mirada seria, inusual en el—hoy estamos en compañía de él vicepresidente Pariston Hill—ahora apunto a quién estaba junto a Netero, era un hombre alto y de pelo rubio, llevaba puesto un traje marrón con rayas y su cara estaba adornaba con una gran sonrisa—que dará un breve anuncio—se hizo a un lado para dejar pasar al nombrado.
—¡Gracias Beans!—Agradeció animadamente—¡Buenos días a todos! Me alegra informar que hoy son muchos más los “agentes especiales” nombre en clave “los monstruos”—anuncio con alegría a pesar de que muchos se estremecieron por lo que dijo, cosa que noto y sonrió ampliamente—¿Ehh? ¿A qué viene esa reacción de susto?—se hacía el desentendido—que sean monstruos no los hacen peligrosos solo diferentes a nosotros, nosotros la CIA tenemos el deber de darles un lugar en este mundo, un lugar donde puedan ser ustedes mismos sin miedo a ser juzgados ¡Eso es lo que somos, su hogar! Les ofrecemos la opción de usar sus poderes para el bien…—explicaba carismáticamente a lo que muchos espectadores les brillaban los ojos por su discurso, pero después todo el ambiente dio un giro sorprendente—por eso ya dejen de intentar escapar… queridos seres especiales—los que pertenecían a esa categoría empezaron a temblar, los monstruos y parte de las personas del salón podían ver el aura siniestra que rodeaba a Pariston—¿Qué piensan hacer después de fugarse de aquí? Solo encontraran rechazo y un dolor insufrible… mayor que el que les propinamos con nuestro castigos—muchos se desconcertaban al ver su sonrisa amplia que contrastaban con sus palabras lúgubres—la CIA les pertenece así como ustedes pertenecen a la CIA, huir es inútil porque siempre los buscaremos, no importa en qué lugar del mundo estén, no importa que tan lejos vallan, incluso si se esconden en la piedra más diminuta los encontraremos, ustedes jamás podrán abandonar su hogar—poco disimuladas eran la mirada de seriedad de Netero como la de preocupación de Beans, no podían hacer nada para rechazar esos discurso opresores que hacía el vicepresidente o sus horribles castigos, el tenia tanto poder como ellos así que solo podían observarlo de cerca…—ustedes solo hagan los que les ordenamos y todo estará bien para ustedes…
Así era la vida para los monstruos, siendo castigados severamente cada que intentaban salir de ahí, todo el tiempo manipulados con las palabras “Hogar” y “Obedezcan”. Todos los superiores aplaudían ese discurso mientras que ellos… observaban callados y con la mirada al suelo, en su interior rezaban, hombres, mujeres y niños con dones especiales rezaban por un milagro, una esperanza de libertad, un deseo de tener una pequeña luz que les diera las fuerzas para romper sus cadenas…deseo que fue……… ¡¡CONCEDIDO!!
—¡AAAHGHH!—De la nada la pared de la derecha fue por completo destruida, los pedazos salieron volando siendo esquivados por algunos pero otros aplastados viviendo por milagro. Decir que todos estaban sorprendidos y en alerta sobraba, Netero se puso en guardia por reflejo y hasta Pariston borro su sonrisa.
De la nube de polvo que se formó por el estrepito, entre los escombros yacían dos hombres militares con moretones en la cara e inconscientes los cuales fueron reconocidos inmediatamente por Hisoka e Illumi, el primero sonrió sádicamente feliz a más no poder el segundo tenía una mirada oscura como la noche. Entonces una pequeña figura apareció, la nube de polvo se disipo dejando ver a un niño con las ropas rasgadas y con moretones en el cuerpo, se frotaba la boca quitándose la sangre del labio, su mirada y su entrecejo fruncido mostraba la voluntad de piedra que estaba dentro de él.
—¡Escuchen bien basura inútil!—Grito a todo pulmón Gon sobresaltando a todos—¡Tengo entre mis manos unos poderes increíbles que me otorgan la fiereza de un guerrero indestructible! ¡Puedo ser un héroe pero también un villano, puedo elegir si ayudarlos o destruirlos! Ya veremos con que fines usare mi habilidad…—jadeo para luego dirigirse a la salida bajo la mirada de shock de todo el público, Gon paso por el lado de Illumi y paro un momento, lo miro de reojo—¿Sabes Illumi? Nunca te devolví ningún golpe por consideración a Silva san que me trato con respeto, y además porque eres el hermano mayor de la persona que más quiero en el mundo pero…—le sonrió ampliamente—ahora ellos no están aquí ¡Puedo tratarte como quiera ahora! A ver si tú te las arreglas sin ellos de por medio—acto seguido se retiró, todos estaban mudos, Illumi apretó sus puños e Hisoka se relamía los labios, Netero estaba pensativo mientras que Beans sentía los nervios en la garganta. Pariston se quedó de pie ahí, con una expresión neutra y con su mirada fija hacia la dirección en la que se había retirado Gon, como si estuviera pensando en algo….
Gon caminaba por unos pasillos blancos mirando un papel en su mano y se detuvo frente a una puerta, la miro con detenimiento y después la abrió dejando ver una habitación. Era simple, las pares blancas y una ventana que daba a un jardín con flores, tenía un escritorio con libros de diferentes materias, un armario y a su lado una puerta que daba al baño, la cama tenia encima la maleta negra con las cosas del moreno, este noto algo raro, un bulto se movía dentro. Sin más abrió la tapa del objeto y un minino salió de un salto.
—¡Fiuhh! ¡Creí que iba a morir dentro de esa cosa!—Mushu se acostó en la almohada respirando agitado.
—Te escondiste en el maletín eh… eres muy listo Mushu—Dijo el menor acariciando la cabeza del gato—gracias…
—No fue nada cachorro, cualquier cosa por estar contigo—Respondió aceptando la caricia y cuando finalizo miro al otro curioso—por cierto, sentí un temblor ¿Paso algo?—Gon le sonrió cariñosamente.
—Nada, solo les dije lo que tenía que decir—El minino lo miro confundido pero después se encogió de hombros restándole importancia. Se dirigió a la maleta para sacar una muda de ropa para poder cambiarse la suya pero se encontró con un objeto muy familiar para él, encima de todas sus cosas había una bolsa verde brillante, la tomo entre sus manos con la mirada cristalina.
—¡Oh un regalo!—Dijo un tanto curioso—¿Qué será? Vamos ábrelo—un tanto dudoso Gon metió la mano en la bolsa sacando el osito de felpa más lindo que había visto, dejo caer la bolsa para tomarlo entre sus manos y sentarse en la cama mirándolo fijamente. Bajo el cierre de su barriga y se encontró con un papel doblado a la mitad, al desdoblarlo dejo ver un dibujo infantil en el que salía el vestido como un superman verde y con un escrito que decía: “Eres super grandioso”—anda esto lo debió hacer esa niña Alluka, sí que te cogió cariño ¿Verdad cachorro?......¿Gon?—es ahora que noto los brillantes ojos del menor y las lágrimas que rodaban de sus mejillas.
—Mushu….y-yo lo perdí…—Hablo con dificultad mientras que aumentaba sus lágrimas—Ki-Killua… ¡No lo volveré a ver!—rompió en llanto hundiendo su cara en la almohada y abrazando contra su pecho el osito amarillo de peluche.
—Está bien cachorro…desahógate, llora todo lo que quieras…—Con su pata acarició los cabellos negros del otro, tratando de consolarlo o al menos hacerle compañía.
—M-Me olvidara…¿Verdad? A un capricho como yo…—Decía casi inaudible pero el felino lo escucho perfectamente.
—¿Quién sabe? Los humanos….son tan extraños…
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Bisky estaba inquieta, en su consultorio sentada en su sillón, movía su pierna muy inquieta. ¿La razón? Su paciente más complicado y cambiante de humor no ha vuelto a consulta desde hace un mes, esto le daba un mal presentimiento, a pesar de que Killua estaba mejorando, el que no haya vuelto es preocupante ¿Qué habrá sucedido? El toque de una puerta la saco de sus pensamientos, con prisa inusual fue a abrirla encontrándose al rey de Roma.
—¡Killua! ¡¿Qué te paso?! ¡No has vuelto desde hace un—Paro de hablar abruptamente, el menor tenía una mirada oscura, una mirada que ya conocía y que tenía mucho tiempo sin ver—….¿Qué te paso?—retomo la pregunta esta vez seria y el albino sonrió.
—Soy un idiota Bisky—Dijo suspirando a lo que la otra lo miro confundida.
—¿Gon te lo dijo?—Killua borro su sonrisa y miro fijamente a la otra con esos ojos oscuros.
—Él es más idiota todavía—Pronuncio grave y la otra lo miro preocupada.
—Pasa, cuéntamelo todo—Se había hecho a un lado pero para su sorpresa el menor negó con la cabeza.
—No vine a terapia, vine a despedirme—Declaro sorprendiéndola—me mandaran a un especie de internado para superdotados, donde solo unos pocos se gradúan—dijo tranquilamente para el desconcierto de la rubia.
—¿Internado? ¿Por qué?
—Illumi es muy agudo, supuso que iría a donde estuviera Gon y manipulo a mama para que me enviaran lo más lejos que se pudiera—Ahora Bisky sí que estaba preocupada.
—¿Te separaron de Gon? Killua… ¿Qué sucedió?—El aludido volvió a sonreír.
—No te preocupes, solo será momentáneo, fui idiota al pensar que Gon al quererme iba a estar conmigo…no volverá a pasar—Puso sus brazos detrás de su cabeza bajo la mirada de la rubia.
—¿Por qué se separaron?
—Por qué él quiere quererme sin herir a los demás—Decía mientras daba vuelta para retirarse—y yo quiero quererlo aunque eso hiera a los demás…
—Killua…—Murmuro preocupada a lo que el menor empezó a alejarse.
—Adiós Bisky, probablemente no nos volvamos a ver durante mucho tiempo—De espaldas alzo su mano en señal de despedidas y Bisky lo miro hasta que se perdió de su vista.
—Killua… ¿Que estas planeando?—Murmuro preocupada.
Sabía que ese chico no iba a parar hasta conseguir lo que anhelaba, aunque eso traiga terribles consecuencias, aunque el mundo esté en su contra y aun si ruedan las cabezas de aquellos que lleve por delante, ese niño….Killua no iba a detenerse hasta tener lo que tanto quiere en sus manos…
Continuará…
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