lunes, 18 de abril de 2016
Capítulo 8: La razón del por qué y el perdón.
—Nnn Ki-Killua—Pronunciaba entre cortado debido a que el mayor lo besaba con algo de fuerza, aún seguía encima suyo por lo que tenía sus brazos abrazando su cuello suspirando entre cortado y con sus mejillas rozadas nervioso sin saber qué hacer.
El albino empezó a bajar desde sus labios dejando un camino de besos hasta llegar al cuello del menor donde se detuvo de improviso.
—Si no me detienes ahora… no me hago responsable de lo que pueda pasar—Dijo como forma de advertencia, sus manos estaban en la cintura del moreno temblorosas deseando tocar más, Gon parpadeo un poco sorprendido.
—Es-Está bien yo… confió en ti—Hablo tímidamente y el peli blanco esbozo una sonrisa.
—Sabía que dirías eso.
—¿Eh? ¿Cómo lo sabias?
—Solo lo sabía—Acto seguido empezó a besar el cuello del menor y este se estremecía soltando una que otra risita baja.
—Ejejeje Killua me haces cosquillas—Hablaba entre risitas al oído del otro—pero… no te detengas—pidió con una sonrisa, el mayor suspiro contra su piel y abrazo más al peli negro.
—Eres tan extraño…—Murmuro suave escondiendo su cara entre el cuello y el hombro del menor, este se extrañó.
—¿Por qué lo dices?—Pregunto extrañado ante las palabras del otro.
—Normalmente todos los príncipes son unos gordos egoístas que disfrutan de todo los que sus padres les dan—Dijo como si nada y a Gon le dio curiosidad esto.
—Killua ¿Por qué odias a los nobles?—El albino quedo en silencio por un momento.
—Si te lo dijera… ¿Me creerías?—Hablo dudoso de decirle y el moreno sonrió cálidamente aun cuando no lo viera el mayor.
—Yo sé que no me mentirías—El peli blanco sonrió y se decidió a decirle.
—¿Sabes el nombre de estas tierras Gon?—Pregunto suave, aún estaba muy bien acomodado encima del príncipe y sinceramente no tenía ni la menor intención de quitarse de esa posición aunque fuera para hablar. La verdad es que tampoco le molestaba al peli negro.
—Unmm la montaña del dragón blanco ¿Verdad?—Respondió pensativo.
—Así es ¿Y sabes el por qué?
—Por las criaturas peligrosas y el clima traicionero.
—Exacto.
—¿Y que hay con la montaña?
—Hace años una familia de nobles con muchas riquezas había comprado toda esta montaña.
—¿De veras? Wow debieron tener mucho oro—Dijo un tanto sorprendido Gon, ni su reino tenía tanto dinero.
—No te imaginas cuanto—Killua sabía muy bien de lo que hablaba—la familia era conformada por el padre, la madre, el abuelo y cinco hijos—explicaba tranquilamente y el moreno lo escuchaba intrigado.
—Pero Killua que tiene que ver eso con-
—Yo era el tercero de los cinco hermanos—Dijo finalmente con tono serio levantándose un poco apoyándose de sus brazos para mirar a los ojos a Gon el cual quedo boqui abierto.
—¡¿Eres un noble?!—Miraba asombrado a Killua el cual estaba tranquilo ante su reacción.
—Era un noble—Corrigió con él entre cejo fruncido el peli negro cambio su expresión por una de preocupación.
—¿Qué sucedió?
—Vivíamos en esta mansión por lo que conocíamos muy bien la montaña así que sabíamos que ruta era segura y cual no, pero la razón por la que venimos aquí fue porque mi padre y mi abuelo eran unos empresarios ambiciosos que habían encontrado minas de oro y diamante que explotar en estas tierras—Gon miraba la expresión de molestia de Killua—las riquezas que teníamos no tardaron en hacerse notar, más nobles de familias distinguidas vinieron a hacer diferentes negocios con la familia muchos de ellos se volvieron amistades cercanas o al menos eso parecían…—suspiro pesadamente.
—¿Killua?—Observaba las expresiones irritadas del albino, este le miro de nuevo y le dio un beso suave en los labios haciendo que frunciera el entre cejo sonrojado.
—No me mires así que me provocas.
—No evadas el tema—El mayor lo miro divertido pero después puso una expresión triste que sorprendió al menor.
—Una noche se metieron en la mansión a robar nuestras pertenencias y asesinaron a más de la mitad de mi familia incluyendo a los mayordomos—Decía serio, Gon se alarmo al escucharlo—tenía doce años entonces, esa noche no podía dormir por lo que fui a comer algo y cuando estaba caminando por el corredor oí algo en la habitación de mis padres, medio abrí la puerta y encontré a un hombre de negro encapuchado apuñalando a mi padre y a un lado estaba el cuerpo de mi madre decapitada, supe inmediatamente que no dejarían a ninguna persona con vida por lo que me escabullí y corrí al cuarto de Alluka, la desperté y le dije que teníamos que irnos mire al corredor y vi como otros dos hombres entraban a los cuartos de mis hermanos mayores, estaba seguro de que si nos veían nos matarían por lo que salimos por la ventana y nos escondimos en el bosque solo nos quedamos ahí mirando, esperando que aquellos hombres se fueran hasta que de repente la mansión exploto, todo estaba en llamas y lo último que vi fue la silueta de aquellos asesinos irse sonrientes—el príncipe sintió tristeza al oír todo ese horrible relato.
—¿Qué ocurrió después?
—Pues escapamos al reino Nostrade y hablamos con la policía sobre lo que ocurrió pero no nos creyeron e ignoraron todo lo que dijimos, luego pedimos ayuda a aquellos socios de confianza que tenía mi padre y las amistades de mi madre todos nos cerraron la puerta en la cara e hicieron como que nunca nos vieron—Soltó una amarga risa—es tan gracioso se la pasaban lamiéndonos los zapatos y cuando realmente los necesitábamos se hicieron los idiotas.
—¿Qué hicieron para vivir?
—Por un tiempo estuvimos viviendo en las calles pero fue muy corto ya que aprendí a robar fácilmente—Sonrió astutamente al ver el desconcierto del otro—tanto así que pude pagar posadas, hubo uno que otro imbécil que trato de pasarse de listo con nosotros pero les daba una paliza y terminaban arrodillados a mis pies, la idea de que estuviéramos solos fue un miedo momentáneo ya que me volví muy fuerte e incluso desarrolle resistencia a los venenos—el moreno abrazo al otro de nuevo enredando sus piernas en su cintura acercándolo queriendo consolarlo.
—Killua lamento tanto lo que sufriste, debió ser duro perder a tu familia—Le susurro en el oído, el peli blanco acepto el abrazo con una sonrisa al escuchar las sinceras palabras del menor.
—Los odiaba tanto Gon.
—Si esos hombres deberían ahogarse en el lodo.
—No, me refiero a la basura que tenía como familia—Dijo tranquilamente al escuchar la sorpresa del peli negro—nunca aceptaron a Alluka era un error para ellos, mi padre y mi abuelo solo me veían como una continuación de sus negocios, mi madre era una histérica manipuladora, mi hermano mayor Illumi se la pasaba vigilándome siempre diciéndome lo que debo hacer, mi segundo hermano mayor Milluki era un cerdo adicto a la comida, mi hermano menor Kalluto era un parasito que no se despegaba de la falda de mi madre, yo no podía pero tampoco quería salvarlos, lo único bueno que saque de ellos fue Alluka—termino finalmente de hablar, hubo un silencio en la habitación—¿Te decepcione?
—Ah en realidad pensaba en como conociste a Hisoka y Lyon.
—Oh, se unieron a mí cuando empecé a formar un grupito de gente para robar más—Explico como si nada.
—Ahora entiendo tu odio en verdad hay muchas personas cegadas por el dinero… perdón—Hablo en tono lloroso que alarmo al albino.
—¿Por qué te disculpas?
—Cuando supe de ti pensé que eras solo un bandido que robaba a los demás por el simple hecho de que lo disfrutaba, nunca pensé el por qué—Explicaba acongojado pero se sorprendió al escuchar la risa del mayor.
—Idiota es normal que pensaras eso, es lógico que me juzgaras por lo que hago las acciones valen más que mil palabras ¿No lo crees?—Dijo mientras se reincorporaba a mirarlo con una sonrisa traviesa.
—Pero—Fue interrumpido por los labios del otro que lo besaba de manera tierna, cuando paro se sonrojo al ver la sonrisa seductora del albino.
—Si te arrepientes tanto entonces ¿Qué tal si me lo compensas?—Puso una expresión gatuna al ver el desconcierto del otro.
—¿Compensarte? ¿Cómo?
—Quédate conmigo—Dijo esta vez poniendo una cara seria pero con los ojos suplicantes, el menor lo miro chocado pero con una incomprensible felicidad en el pecho y estaba muy ruborizado—aun si te vienen a buscar o si al rey le entra por tener instinto paterno no te vayas—volvió a abrazar al moreno pero esta vez con necesidad y deseando con todas las fuerzas del mundo que la respuesta fuera positiva.
El ladrón ya no tan peligroso se volvió completamente inofensivo para el príncipe raro, por primera vez en su vida era totalmente honesto con sus sentimientos y deseaba tener algo sin la necesidad de llevárselo a la fuerza ya que no era capaz de hacerlo, en verdad que quería conservar para siempre a su lado la dulce rareza del joven y la respuesta de este fue…
—Yo quiero quedarme Killua…—Respondió con dulzura en el oído del nombrado, este sintió un alivio inmenso.
—¿De verdad Gon?
—Si… ¡Ah! Pero no me vas a encerrar aquí ¿Verdad? Ya bastante tuve con el castillo—Decía en tono de advertencia con un lindo puchero.
—No prometo nada.
—Oye eso no es—Fue interrumpido de nuevo por un beso—Kil-Killua —pronunciaba entre beso el nombrado se detuvo con una sonrisa.
—Gracias—Acto seguido retomo de nuevo la labor que había empezado, el peli negro correspondió aunque le regresaron los nervios al sentir que el mayor se dirigía de nuevo a su cuello y repartía pequeños besos.
—Nnn…—Empezó a estremecerse al sentir pequeños y suaves mordisco, de repente sintió como el albino metió su mano debajo de su suéter, se sorprendió pero no se resistió.
Killua se alegró de su reacción y aprovecho para tocar toda su cintura y pecho mientras lo besaba ahogando los suspiros del menor en sus labios, jugaba con su lengua acorralándola, estrujándola y entre abría los ojos solo para ver las adorables expresiones de Gon el cual soltaba unos gemidos ahogados por el beso a pasional. Lastimosamente el aire empezó a hacer falta y rompió el beso lentamente pero se regocijo al ver un hilo de saliva que unía sus bocas, aprovecho que se separó un poco para quitarle el suéter habilidosamente haciendo sonrojar al príncipe.
—Ki-Killu nahh—El peli blanco tocaba sus pezones, uno lo retorcía con su mano y el otro lo chupaba con su boca, se retorcía sin poder contener sus gemidos era una sensación nueva y un tanto tortuosa podía sentir la dureza del mayor tocándolo entre sus piernas y eso lo hacía temblar. Ya Killua no podía controlar sus acciones, los gemidos excitantes de Gon le quitaban la poca cordura que tenía, así que sin más metió su mano en el pantalón del otro haciendo que soltara un gemido, el bulto estaba endureciéndose.
—Gon… en verdad no sé qué te voy a hacer—Le susurro suave en su oreja de manera seductora el moreno parpadeo impresionado, pero después le dio un beso en la frente y sonrió tiernamente— (Otra vez ¿Ahora que rayos significa eso? ¿Acaso me da permiso para empotrarlo contra la pared? No espera, no puedo hacer eso en la primera vez ¿O sí? No, no eso no está bien) fue lo último que pensó antes de sacar el miembro del peli negro y el suyo propio para empezar a frotarlos entre sí, primero lento, después más rápido y por ultimo a un ritmo brusco embriagándose con los gemidos del príncipe y de los suyos.
—Ahaaa Kil-Killua vo-voy a haaa—Hablaba con dificultad, escucharlo decir su nombre así de excitado y deseoso en verdad que le sacaba de quicio y hacia que aumentara la velocidad. Al final ambos se corrieron al mismo tiempo respirando con dificultad, el menor empezaba a tranquilizarse pero sintió que la sangre le subía a la cabeza al ver como el mayor se quitaba la ropa, cuando termino lo volvió a besar con cariño para luego sentir que lo embestían de una estocada, soltó un gemido ahogado por el beso era una mezcla de dolor y placer que lo volvía loco. Killua espero con mucha impaciencia a que se acostumbrara le daba besos para distraerlo del dolor. Se movió contra el para darle entender que podía moverse, no lo pensó dos veces y empezó a embestirlo, de manera feroz sin ninguna compasión—¡Nahh!—Gemía descontroladamente, retorciéndose sin poder contenerse, Killua estaba maravillado con lo apretada que era la entrada de Gon gimiendo bajito no podía ni quería parar, el moreno cerraba los ojos aferrándose a la espalda del albino cada vez las embestidas eran más profundas y certeras hasta que dieron en un punto sensible—¡AAhnnn!—gimió sonoramente en el oído del otro—Ki-Killua…
—Con que ahí…—Dijo con una sonrisa mientras lamia el lóbulo de la oreja del menor que temblaba bajo el, dio otra embestida en ese punto de nuevo haciéndolo gemir excitado en verdad disfrutaba siendo tan cruel, sentía un revoltijo en su vientre y lo duro que lo tenía también podía sentir las reacciones del príncipe que lo apretaba más fuerte, iba a terminar pronto así que lo iba a hacer gemir monumentalmente, tomo nuevamente el miembro del moreno y lo froto tortuosamente lento.
—N-No ¡Nahhh! —Pronuncio excitado mientras lo empezaban a masturbar con más rapidez— y-ya n-no pu-puedo ¡Ahh!—decía ya no pudiendo parar y corriéndose entre ambos vientres, la forma en que apretó al mayor y soltando un grito de placer en su oído hizo que también fuera su límite y se corriera dentro, el moreno suspiro al sentir el líquido y Killua se dejó caer exhausto encima de él, ambos se besaron y cayeron dormidos.
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Ya era por la mañana y Alluka estaba jugando en el patio, hacia muñecos de nieve siendo vigilada por Hisoka y Lyon quienes vieron acercarse a Killua.
—Ah jefe despertó tan temprano que raro.
—Buenos días Killu—No pudo terminar de hablar al ver algo que lo dejo sin habla al igual que a Lyon, el albino tenía una gran sonrisa.
—¡Buenos días muchachos!—Saludo con una aterradora felicidad, acto seguido se acercó a su hermana.
—¡Ah! Hermano buenos días te ves muy feliz—Dijo contenta y extrañada de ver tan temprano a su hermano.
—Es que me la pase jugando toda la noche con el principito—Decía con una sonrisa gatuna.
—¡Ah yo también quiero jugar con él!
—Mejor más tarde que ahora mismo está adolorido—Hablo con una sonrisa astuta mientras la pequeña lo miraba inocentemente.
—¿Adolorido?
—Si es que los chicos jugamos rudo.
—Hermano fuiste cruel con él ¿Verdad?
—Ni te imaginas…
Los adultos miraban la conversación que tenían los hermanos.
—Alguien la paso muy bien a noche fufu—Pronuncio con una cara burlona mirando al peli naranja el cual chasqueo la lengua frustrado.
—Toma—Le dio un bolsa de monedas al peli roza-maldita sea ¿Cómo es que lo sabes todo?
—Tengo muy buen ojo.
—Nunca volveré a hacer una apuesta contigo.
Continuará…
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