lunes, 18 de abril de 2016

Capítulo 32: Y el monstruo es…


—Pueden llamarme Dexter—Decía al teléfono con una sonrisa a pesar de la situación en la que se encontraba.

—¿Por qué nos dices todo esto?—La voz de Illumi se oyó por el aparato y él sonrió.

—Digamos que… la situación me aprieta un poco—Hablo con un dejo de burla mientras miraba de reojo a quien le apuntaba con un arma justo en su frente, no podía evitar temblar un poco ante esa mirada tan oscura.



—¿Es decir que quieres dinero?

—Si claro ¿Porque no? 

—¿Dónde nos reunimos?

—A las afueras de la ciudad encontraran una casa que a simple vista parecerá abandonada.

—¿Solo nos dirá esto?

—Estoy seguro que con esto basta y sobra para los súper agentes Illumi e Hisoka de la CIA—Apto seguido el pulgar pálido en el teléfono colgó la llamada. Dexter alzo la mirada para mirar cara a cara a Killua. 

—Bien hecho, me alegra que colaboraras a las buenas—Dijo con una sonrisa el albino mientras guardaba el teléfono y mantenía la puntería del arma en la frente del mayor. 

—Si bueno… es difícil decirte no—Respondió el científico mirando de reojo el arma. 

—¿Y ahora qué?—La voz de Lyon se oyó interrumpiéndolos, el peli naranja miraba fijamente el tanque con el líquido roza brillante en el interior. 

—Destruye esa cosa—Ordeno grave Killua. Se oyó un suspiro pesado por parte de Lyon para luego escuchar el estruendoso sonido de vidrio rompiéndose. Dexter miraba con pesar el líquido esparcido en el suelo—siento destruir años de tú dedicación y amor, viejo—le hablo de manera fría a lo que el otro soltó una risilla. 

—Sé que no es personal, esto es solo una muestra de afecto retorcido que sientes por el hijo de Lucero ¿Verdad?—El silencio de Killua hizo que ensanchara su sonrisa—tú y yo nos parecemos un poco, así que no puedo evitar entenderte y apoyarte, solo te daré un consejo. Asegúrate de que Gon nunca se entere de esto o de lo contrario… bueno ¿Quién sabe?—soltó una carcajada seca bajo la mirada del albino y de Lyon—venga chaval, puede que este loco pero no soy un idiota ingenuo, sé cómo terminará esto. 

—¿No tienes miedo de morir?—Pregunto Killua con notable curiosidad a lo que el mayor se encogió de hombros. 

—¿Para qué quiero vivir en un mundo sin Lucero?—Una sonrisa oscura apareció en la cara del albino y lo siguiente que se escucho fue el ruido de un disparo. 

—Vámonos, asegúrate de no dejar nada que te ponga en evidencia—Decía el albino con tranquilidad mientras se alejaba del ahora cadáver de Dexter, Lyon lo miro con cierta curiosidad. 

—Es gracioso… creo que es la primera vez que te veo siendo tan piadoso con tu víctima—Agrego con ironía en su voz y el menor suspiro. 

—Supongo que me caía bien, él y yo… somos iguales…

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—Iguales…—Susurro Killua recargado en un escritorio de espaldas y con su mano balanceando por sobre su cabeza el collar que le había regalado Gon. Se hallaba en una habitación sencilla y en penumbras, intacta a pesar de tanta conmoción alrededor, estaba solo, le había pedido a Lyon que se fuera hace mucho. Se escuchó un golpe y sonrió mientras giraba a ver la puerta, esta salió volando hacia una ventana y se perdió a quien sabe dónde, en el marco de la puerta aparecía la silueta de Gon—hola, te queda bien ese casco—el moreno se sobresaltó por su voz y giro a verlo lentamente, se pudo escuchar por un momento como inhalo por la sorpresa del momento.

—(Negro…)—Pensó al ver la vestimenta del albino, una gabardina negra con capucha, pantalones negros y botas de cuero de igual color, parecido aquella cosa que “mato” a Killua en su sueño.

—Veo que ya no son un impedimento para ti, sin embargo deben seguir siendo una molestia llevarlos puestos—Hablo nuevamente Killua mientras se ponía de pie y buscaba algo en su bolsillo derecho, saco una pequeña llave plateada con extremo redondo—¿Te ayudo?—pero al terminar de hablar y a una gran velocidad Gon se había puesto delante suyo y tomándolo bruscamente del cuello de su abrigo lo alzó un poco, la pequeña llave se le cayó de la mano pero ni siquiera la miro, sus ojos estaban fijos en la mitad del cristal oscuro del casco que mostraba el ojo izquierdo del menor, donde podía gran furia y dolor en él.

—(¡Tú!)

¡Eres de lo peor! ¡Estaba tan feliz cuando vi que habías regresado a buscarme! ¡Realmente pensé que te importaba! ¡Pero al final nunca pase de ser un maldito capricho para ti! ¡¿Verdad?! ¡Al igual que con tú padre sólo fui un objeto interesante de ver y de usar! ¡Obviamente no ibas a dejar que tú juguete favorito se vuelva inservible por culpa de un científico loco obsesionado con una mujer más loca que él! ¡Yo soy un monstruo! ¡Pero tú eres una basura peor que cualquier ser horrendo en este mundo! ¡Me arrepentiré por siempre de haber sido tan ciego y no ver lo que eras! Es eso lo que estás diciendo ¿Verdad? Al menos dime que tan cerca estuve—Killua sonreía ante la faceta de impacto total del moreno, él tomo las manos de Gon entre las suyas de manera gentil—ahora estás pensando ¿Qué demonios? ¿Me está leyendo la mente? Si lo estoy haciendo, es bastante fácil, te estado amando desde hace doce años esto es solo parte del paquete—el ojo visible de Gon parpadeó choqueado y sin borrar su sonrisa Killua siguió hablando—déjame decirte algo, te he estado vigilando a través de la CIA buscando oportunidad de despistar a Pariston y a Illumi, Hisoka me ayudo fácilmente ya que él le es leal a quien sea que le traiga algo de “diversión” ¿Ahora sabes por qué él te defendía? Y si, también le pagaba brabucones para que te hicieran enfadar a propósito, siempre fuiste alguien fácil de manipular Gon, tenía que hacer que los humanos a tu alrededor te temieran y a su vez ganaras aliados entre los demás monstruos, sé que te hice sufrir y lo siento aunque no me creas—Gon separo bruscamente sus manos y retrocedió unos pasos guardando distancias. 

—(¡¿Entonces por qué me ocultaste lo de Lucero?!)—Fue lo que leyó Killua en su mirada.

—Sabía que de alguna forma su existencia te haría sufrir, y valla que tuve razón—Decía recordando cómo estaba Gon después del encuentro con Lucero—no sé si lo sepas, pero odio verte sufrir más que a cualquier otra cosa en este mundo—aun hablando sinceramente Gon se le veía cada vez más irritado.

—(¡¿Por qué mataste a Dexter?! ¡¿Por qué eliminaste la esperanza que tenía de dejar de ser un monstruo?!)

—Siempre me eh preguntado esto… ¿Por qué un Dios como tú se fijó en una escoria como yo?—La sorpresa apareció en la mirada de Gon—hace siete años Alluka me dijo…

—Gon kun solo te tiene a ti como amigo así que nunca se separara de ti.

—En ese momento estaba feliz, solo te tenía para mí—Se apuntó así mismo con una sonrisa a pesar de la mirada de impacto de Gon—hasta que salió esta oportunidad con Dexter… Y si te vuelves humano ¿Qué pasará? Todo este tiempo de tú vida solo has conocido gente basura y estúpida, excepto Alluka claro, así que obviamente me preferirías a mí que toda esa mierda que te juzgaba por tus poderes, pero eso solo significaba que cuando te volvieras normal ya no habría barreras entre los demás humanos y tú, tendrías más de donde comparar… tendrías más opciones… ¿Y si consigues algo mejor por hacer que realmente te gustará? ¿O si conocieras a alguien mejor? ¿Y si… decides irte de mi lado para siempre? No…—la sonrisa se borró y el cuerpo de Gon tembló ante el semblante tan oscuro del mayor—primero muerto antes de que haya aunque sea una oportunidad de que algunos de estos casos pasen, no me importa a cuantos tenga que matar para evitar que te vayas lejos de mí, estos es por nuestro amor, Gon, así que no esperes algo tan hipócrita como “lo haré para que seas feliz”—en seguida el moreno negó con la cabeza de manera apresurada, saco el teléfono de su bolsillo y empezó a teclear. 

—(¡Aunque me vuelva una persona normal yo nunca…!)—Y antes de que pudiera terminar la oración el mayor tomo sus manos deteniéndolo. 

—Tú piensas eso ahora ya que no has visto nada mejor—Decía a lo que el menor volvió a negar, entonces la pequeña llave en el piso empezó a flotar hasta quedar junto a su rostro, miro a Gon por un momento y asintió—está bien—tomo la llave con la mano izquierda y la otra la puso en el casco del moreno que lo miraba atento, con tranquilidad halló el agujero y acto seguido se escuchó un “crack” y la prisión estaba abierta. Retiro el objeto de la cabeza de Gon liberando su rostro, este suspiro más aliviado.

—Killua no es…

—Lo siento.

—¿Eh? ¡Ah!—Sintió un doloroso pinchazo al costado de su abdomen, al bajar la vista vio una jeringa que inyectaba una especie de líquido azul oscuro—¡Ah… ahh!—de repente empezó a perder la movilidad de su cuerpo, de no ser porque Killua lo agarro de la cintura habría caído al suelo. 

—Es un fracaso—Dijo el albino bajo la mirada alarmada del moreno—¿Lo recuerdas? Según Dexter esto mantuvo a Lucero paralizada durante un mes, aunque siendo tú seguro te recuperas mucho antes—explico con tranquilidad sintiendo como el cuerpo de Gon perdía cada vez más la fuerza.

—Ah… ahh—Balbuceo el moreno.

—No puedes hablar ¿Verdad? Esta cosa es así de potente…—El cuerpo de Gon cayó al suelo con Killua abrazándolo, la mano derecha del albino recorrió de forma lenta desde la cadera del moreno hasta su abdomen en una caricia—¿Sabes? Si hay algo de lo que reamente me arrepienta… es que ya no podré verte sonreír ni tocarte más…—susurro en el oído del menor mientras lo estrechaba en un fuerte abrazo, su último abrazo… 

Killua separo de Gon y se levantó, miro los ojos castaños entrecerrados una última vez para luego salir corriendo…

—Killu…ah—Gon trataba de arrastrarse en vano, las fuerzas no le daban, y su brazo derecho extendido estaba apuntando hacia donde salió Killua, intentando alcanzar algo que ya se había ido hace rato, para luego soltar un jadeo y desmayarse… 

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—¿Los mato? ¿A todos? ¿Cómo? 

—La escena era lo más parecido a un paisaje pintado en rojo, brazos aquí, cabezas allá, hacer ese tipo de cosas es fácil para un monstruo.

—¿Y el ogro? ¿Cómo esta él? 

—Una herida profunda y peligrosa en su pecho, un charco de sangre alrededor de su cuerpo, una respiración pesada. Aquello sabía lo que eso significaba, con una mirada ensombrecida se arrodillo junto al cuerpo del ogro, “quiero matarlos a todos” fue lo que dijo en una mueca de odio, “¿Por qué sino hicimos nada nos molestan? Quiero matar a los humanos, usare este poder para hacerlo” fueron sus palabras exactas.

—Eso es estúpido, podría usar esos poderes para algo mucho mejor.

—Fue exactamente eso lo que respondió el ogro, “¿Qué tal si en vez de eso me haces un favor?” Una pequeña sonrisa apareció en su rostro pálido “¿Me harías una promesa? En otra vida, en una donde yo no sea el horripilante ser que vez delante de tus ojos… ¿Podrías estar conmigo de nuevo? ¿Volverías a ser mi amigo?” Aquello no se creía lo que estaba escuchando ¿De verdad existía un ser que quería estar con él? Tomo la mano verdosa y fría del ogro y mirándolo a los ojos dijo: ”En la siguiente y en las que tú quieras” el ogro sonrió para después cerrar sus ojos lentamente, unas lágrimas escaparon de los ojos de Aquello, las primeras que había derramado en toda su vida, y con el arma de uno de los aldeanos se hizo una herida en su mano.

—¿Por qué hizo eso?

—Para que su sangre brotara y se mezclara con la del ogro, realizando un hechizo que cumpliría con la promesa…

—Así siempre estaremos juntos ¿No?

—Así siempre estaremos juntos…

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—Jun…tos…—Gon abría lentamente sus parpados encontrándose con la mirada preocupada de Alluka.

—¡Gon! ¡Estoy tan feliz de que al fin despiertes! ¡Tenía tanto miedo cuando te vi en el suelo!—Decía la chica mientras limpiaba las lágrimas de sus ojos.

—Ah…—Trato de moverse pero su cuerpo estaba pesado, demasiado, apenas y podía estar consciente. 

—No sé qué tipo de veneno o paralizante te dieron…—Leorio se acercaba y examinaba a Gon con una expresión tensa—al menos puedes respirar y tu corazón funciona perfectamente, pero no sé cuándo vallas a poder moverte…

Gon parpadeó suavemente distante a la explicación que le decía su amigo doctor, lentamente miraba a su alrededor, todo estaba en ruinas pero podía reconocer lo que antes era el jardín de la CIA, veía a Kuroro y a su grupo escuchando a Kurapika que les decía algo que no podía oír y por el otro lado a Mushu y a Clu durmiendo acurrucadas junto al otro, tantas emociones les debieron cansar.

—¡¿Cómo pudieron hacerle esto a Gon?! ¡Son un par de traidores!—Escucho a Hashiro furioso, desvió la vista a donde estaba el pelirojo gritándole a quien estaba amarrado de brazos y piernas con la telaraña de Mishiko, era Lyon con expresión aburrida.

—Eres el chico perro ¿No? Obviamente nunca entenderás los motivos que llevo a Killua hacer todo esto…—Y entonces cruzó miradas con Gon—¿Qué hay de ti? ¿Tú lo entiendes?—entonces fue cuando recordó todo de golpe, la charla con Killua.

—¡¿Go-Gon?!—Tanto Leorio como Alluka quedaron pasmados cuando vieron a Gon levantarse—¡E-Estas delicado no puedes…!—Gon aparto la mano del doctor mientras empezaba a caminar hacia donde estaba Lyon, este sintió una extraña fuerza y en seguida supo lo que venía, su cuerpo flotó en el aire sorprendiendo a todos para luego ser estampado contra una pared rocosa.

—¡Gah!—El peli naranja soltó un quejido por el dolor del golpe—ugh… con que así se siente el ataque de un monstruo…—dijo con algo de ironía ya con Gon en frente suyo.

—¿Tú lo sabías?—La voz de Gon se oía fría y sus ojos mostraban melancolía, Lyon suspiro.

—Si—Su cuerpo fue enterrado más fuertemente en la pared—¡AGH!

—¿Entonces le diste lo que quedaba de las lágrimas de Lucero?—Dijo ignorando los quejidos de dolor del mayor, Lyon tosió y lo volvió a mirar.

—Si—Nuevamente fue enterrado en la pared y con más fuerza que la anterior. 

Los presentes solo observaban en silencio la escena, un vago instinto les decía que no debían interferir, que esto era un asunto solo de Gon.

—Así que… ¿También jugaste conmigo?—Su voz sonó más fría y grave, Lyon alzo la mirada adolorido pero decidido.

—No—Declaró bajo la mirada de todos—aquí nadie jugo con nadie y tú lo sabes—miro a los ojos a Gon sin miedo alguno—aunque Killua piense que te engaño eso no es así. Tú lo sabías ¿Cierto? Del oscuro y tenebroso monstruo que vive en el interior del rebelde de pelo blanco—pudo ver como la miradas castaña se suavizaba y como se mordía el labio en frustración—sé que debiste a ver visto algunas señales o conductas que alertaban tus instintos, pero preferiste ignorarlos, hacer como que los olvidaste, preferiste pensar que Killua es el chico perfecto y debido a eso sin darte cuenta alimentabas el monstruo que está en su interior, ahora ya es muy tarde para llorar o tener miedo Gon, es hora de que tomes una decisión sobre Killua y sobre ti…

—¿Por qué estás aquí?—Pregunto Gon con evidente intriga—¿Por qué si sabes que te puedo matar estas aquí? 

—Te lo prometí ¿No? Que si seguía vivo para entonces te diría como conocí a Killua ¿Aun quieres saberlo?—Gon guardo silencio y desvió la mirada—bueno, ya que estoy respirando te lo diré. Etto… hace mucho, mucho tiempo, en un lugar llamado infierno a dónde van los princesitos de mami y papi van para disciplinarse, existía un joven y atractivo maestro, admirado por sus colegas, el favorito del jefe, amado por todas las hermosas diablillas de ese lugar…

—¡Oye te estas poniendo en estima muy alta! 

—¡¿Tienes idea en la situación en la que estás?!—Las quejas de Leorio y Hashiro interrumpieron al peli naranja el cual los miro severo.

—¡Oigan cállense! ¡Estoy revelando el pasado de unos de los personajes más misteriosos de este fic! 

—¡Misterioso mi culo! 

—¡Solo estas relatando un puto cuento de hadas a tu beneficio!—Lyon suspiro cansado.

—Ahh… Está bien. Hace cinco años trabajaba en un reformatorio para convertir a los niños ricos en “Caballeros” bueno, la verdad la mayoría de los padres lo usaban como un lugar para deshacerse de sus hijos un rato, en fin, a mí me encomendaron una tutoría “especial” al recién llegado tercer hijo Zoldyck…

Recuerdos.

—Ya veo, este es el famoso Killua Zoldyck—Dijo un Lyon de manera confiada mirando unos papeles en sus manos, llevaba su cabello hacia tras liso y un traje de etiqueta negro, caminando junto a él en un pasillos elegante estaba un hombre mayor de cabello canoso.

—Así es Lyon sama, sus padres y su hermano mayor advierten severos cambios de conducta violentos y peligrosos, pensamos que es muy peligroso pero…—El peli naranja alzo lama interrumpiéndolo. 

—déjamelo a mí. Lo llevare al camino correcto. 

—Lyon sama usted es el mejor—El peli naranja le sonrió y acto seguido llegaron hacia una puerta—le deseo la mejor de las suerte.

—Yo me gano mi suerte—Lyon abrió la puerta y entró, sentado en una silla con un escritorio en frente estaba Killua quien cruzó miradas con el peli naranja—buen día.

—Que te den—Dijo en seco el niño con mala cara.

—Eso no es vocabulario para un joven como tú—Lyon tomo asiento frente a él—bueno Killua kun, parece que te has portado mal a pesar de haber llagado hace poco. 

—Puff—El aludido bufo y miro hacia otro lado. 

—A ver Killua kun, sé que debes de tener problemas con tus padres y estas molesto con ellos, pero debes saber que ellos te aman y por eso te enviaron aquí…

—¡Y una mierda!—Grito en furia el albino levantándose del asiento el mayor ni se inmuto por eso—¡A ellos no les importó, a nadie le importo!—agacho la cabeza y ocultó su mirada detrás del flequillo, entonces Lyon tomo su hombro gentilmente.

—No digas eso chico, le importas a alguien—El albino alzo su mirada llorosa.

—¿A quién? 

—A mí, tu profesor, me encargare de que tu futuro sea el más brillante de todos—Acto seguido abrazó al menor quien empezó a sollozar entre sus brazos—ya, ya, todo va estar bien—en eso entro una rubia de ojos azules con mini falda quien le salió corazones en los ojos.

—¡Lo ha logrado! ¡Lyon sama usted es único! ¡Por favor cásese conmigo y tengamos dieciocho hijos! 

Gon mátalo—Dijeron todos al mismo tiempo irritados, el aludido con una venita en su frente y el entrecejo fruncido alzo la mano en dirección hacia Lyon. 

—¡Alto! Espera, espera, joder no aguantan un chiste. Está bien diré la versión real, ¡Ejem! —Tosió para aclararse la voz e ignorar las miradas fulminantes de todos—yo era el profesor novato recién llegado a quien le encomendaron, sin saberlo, la tutoría a un demonio vestido de niño angelical.

Recuerdos (True story). 

—¿Entonces? ¿Me toco un niño cuyos padres son famosos? ¿Eso es todo lo que me darán?—Pronunció indignado a lo que el anciano se encogió de hombros desinteresado. 

—Tiene doce años es de los fáciles, solo se flexible pero con carácter.

—¿Qué mierda de consejo es ese? 

—Lo harás bien, creo…—Y sin decir más nada se retiró dejando a Lyon frente a la puerta, este la miro y suspiro.

—Es un simple niño ¿Qué puede salir mal?—Tomo la manija de la puerta y la abrió, se encontró con la siguiente escena, un niño albino tenía sujetado de los cabellos a un hombre más blanco que un papel por el miedo que sentía al tener a un centímetro de su ojo un taladro, el pequeño volteó a ver quién había llegado creando una distracción que el pobre hombre uso para liberarse y salir corriendo.

—¡Es un monstruo!—Fue lo último que escucho Lyon antes de que aquel sujeto le pasara por al lado y desapareciera de su vista a gran velocidad, su mirada aparentemente tranquila volvió al pequeño que le sonreía amistosamente como si nada.

—¡Hola! ¿Eres mi nuevo maestro?

—Lo siento, me equivoque de sala—Acto seguida cerró la puerta y se devolvió por donde vino, encontrándose por el pasillo a aquel anciano que ayudaba a calmarse al tipo que salió corriendo, al darse cuenta de la presencia del peli naranja lo miro nerviosamente. 

—¡Ly-Lyon san! ¿N-No debería estar conociendo a su nuevo estudiante?

—Nope, que te jodan, que los jodan, nope—Declaro inexpresivo pasándole por al lado sin mirarlo.

Dos horas más tarde…

—Bueno rebelde, me llamo Lyon y seré tu tutor desde ahora—Decía mientras se sentaba frente a Killua que lo miraba curioso.

—¿No que te equivocaste de sala?

—Así era hasta que me mostraron las malditas letras pequeñas de un contrato, en fin ¿Tú nombre?

—Killua Zolldyck.

—Bien mister Killer, de ahora en adelante nos veremos la cara muy a menudo así que intentemos llevar en paz la fiesta—Dijo con algo de desinterés ante la sonrisa traviesa del menor.

—OK.

—Si no te molesta… ¿Por qué le ibas a sacar el ojo a aquel sujeto?

—Me miraba mucho y pensé que me iba a violar, fue un mecanismo de defensa propia no tenía idea de que era solo el conserje. 

—Ah… eres un encanto.

—Me lo han dicho. 

—Y este fue el inicio de una muy extraña relación entre profesor y alumno…

—¡¿ESO ES TODO?!—Gritaron al mismo tiempo Leorio y Hashiro estupefactos por tal relato corto y escaso de información, los demás en iguales condiciones pero sabían disimular.

—¿Qué? ¿Acaso esperaban una hermosa y conmovedor historia de amistad entre un hombre y un mocoso de doce años? Vallan a ver un shonen, creo que ya salió Ansatsu Kyoshitsu—Finalizó aburrido por las expresiones atónitas del par. 

—No lo entiendo…—La voz de Gon llamo la atención de todos, el moreno se hallaba pensativo y confundido—¿Por qué si lo primero que querías hacer al ver a Killua fue alejarte de él te volviste su tan leal amigo?—Lyon suspiro. 

—El rebelde solía contarme sobre un mocoso rarito que por alguna razón, que él no entendía, adoraba ser su amigo, y que quería estar con él así tuviera que llevarse el mundo por delante ¿Quizás sentí simpatía por sus relatos? ¿Sentí pena y ganas de ayudarlo? ¿O sentía la responsabilidad de maestro de tratar de evitar que se volviera loco y destruyera el mundo? No sé, para cuando me di cuenta ya estaba metido hasta el cuello por él—Se encogió de hombros y bostezó—¿Y bien? ¿Qué vas a hacer ahora?—cuando dijo esto cayó al suelo y lo siguiente que vio fue la espalda de Gon alejarse tambaleante.

—¡Gon!—Hashiro quiso seguirlo pero la vos de Gon lo detuvo.

—Que nadie me siga—Ordeno el moreno para luego hacer flotar una pared y desaparecer del lugar, dejando un silencio en el ambiente.

—¿Estas contento? Ahora Gon esta solo pensando quien sabe que cosas en su mente—Hasiro volteo a verlo con rabia pero Lyon ni se inmuto. 

—Me parece bien, que piense, que piense mucho, ya que de su decisión depende de lo que vaya a suceder…

—¿A qué te refieres?—Pregunto esta vez Kurapika notando el comportamiento misterioso del pelinaranja.

—Lo sabrás muy pronto… 

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—(Tú lo sabías ¿Cierto? Del oscuro y tenebroso monstruo que vive en el interior del rebelde de pelo blanco)—Esas palabras hacían eco en su cabeza, habían pasado demasiadas cosas juntas, tantas que le costaba procesarlas. Llego a un parque solitario, quizás al ver los estruendos las personas se alejaron lo más que podían del edificio de la CIA, se sentó bajo de un árbol de manera pesada, su cuerpo aún estaba entumecido y aunque no lo aparentaba le costaba hasta mantenerse en pie, suspiro y escondió su cara entre sus manos cerrando los ojos—Killua…—susurro con melancolía ¿Ahora que va a hacer? Killua se fue ¿Debía buscarlo? ¿Qué le iba a decir? ¿Sera correcto todo esto?—las lágrimas de Lucero... Killua las tiene… a estas alturas yo… ¿Aun las quiero?..... ¿Qué debo hacer?

—La pregunta correcta es ¿Qué quiero hacer?—Gon alzo la vista sobresaltado por la voz femenina que reconoció en seguida, a su alrededor se hallaba todo un fondo negro y en frente de sus ojos estaba Lucero de pie con un vestido blanco y descalza, una sonrisa maternal se hallaba en su cara—Gon…—el moreno parpadeó para luego suspirar pesadamente.

—Lo que me faltaba, me volví loco. 

—Jaja, cariño la locura no es una carrera corta, necesitas más que estas visiones para poder perder toda tu cordura—Explico risueña con sus brillantes ojos verdes. 

—Lucero, dime ¿No sé supone que estas muerta? ¿O acaso yo me morí?—Pregunto de lo más natural de la vida ante la sonrisa de la peli roza.

—No cariño, no estás muerto, la parte de tu mente en la que reside tus poderes en estos momentos esta tan shokeada y perdida que pude colarme en ella por completo—Gon suspiro nuevamente—parece que la estás pasando mal…

—Han sido días muy locos…—Bajo la mirada por un momento y después la pose en su “madre”—¿Eres tú… la que me envía esos sueños del cuento de un ogro y aquello?—Lucero borró su sonrisa cambiando a una expresión monótona.

—No—Respondió a lo que Gon se vio confundido.

—¿No? Entonces ¿Por qué sueño con Aquello y ese ogro todo el tiempo? 

—¿A quién le importa ellos? Lo que realmente importa aquí son tú y ese chico Killua—Interrumpió al menor sorprendiéndolo, se sentó frente a él mirándolo nuevamente con una sonrisa.

—Tú… ¿Conoces a Killua?—Lucero sonrió más ampliamente, el moreno bajo la mirada melancólico—yo… no sé qué significo para él ¿Acaso de verdad soy solo un capricho que después se volvió una obsesión? ¿De verdad soy solo eso? Yo… ya no le reconozco—escondió su rostro en sus rodillas.

—Está más loco que yo y de paso es un psicópata manipulador, jeh, nos hubiésemos llevado bien—Las palabras de Lucero no lo ayudaban en nada—aunque pensé que era encantador cuando me encontró aquella vez…

—¿Aquella vez?—Pregunto sorprendido, la mujer sonrió.

—Aquella vez que me escondió en un hospital para que nadie me encontrará—Gon abrió los ojos sorprendido—¿Te enseño?—y antes de que Gon dijera algo la mano de Lucero tapo sus ojos. Lo siguiente que vio, fue una serie de imágenes que poco a poco se volvieron secuencias, para cuando se dio cuenta se encontraba en una habitación blanca, miro alrededor y se encontró a la peli roza acostada en una cama con cables en la cabeza.

—¿Lucero?—Trato de tocarla pero cuando su mano trato de rozar su rostro lo atravesó—¡Ah!... soy una especie de fantasma—dijo al intentar tocar cosas y traspasarlas igualmente. De repente vio una puerta y como esta era abierta abruptamente.

—¡Fiuu! Y pensar que aquel nos daría tantos problemas, pensé que íbamos a terminar muertos…—El primer individuo era Lyon, se veía cansado seguido de él venía Killua con una expresión distante y pensativa. 

—La mama de Gon eh…—El albino se acercó a la peli roza y la miro fijamente sin notar para nada la presencia del fantasma Gon. 

—Está en un como permanente, según los médicos es un milagro que pueda respirar por si misma—Explico Lyon mirando también a la mujer—es bastante bonita…

—Gon tenía que sacar sus encantos de algún lado—Agrego el albino.

—¿Se supone que la vamos a dejar aquí a su suerte? 

—Sí, no quiero que Gon la vea así, quizás si por un milagro ella despierte lo traiga acá, pero por ahora su estado actual probablemente solo deprima a Gon. 

—Ya veo… hablare con la enfermera—Se retiró por la puerta dejando a Killua solo con la mujer. 

—Bueno…—Murmuro el albino rascándose la cabeza incómodo—supongo que si la voy a dejar aquí pudriéndose en esta cuatro paredes lo mínimo que puedo hacer es hablarle de su hijo—la mirada de Gon se sorprendió un poco—su nombre es Gon Freecss, él fue criado por una mujer llamada Mito y una anciana llamada Abe en una aldea, al igual que usted tiene poderes asombrosos pero la estupidez humana lo ha convencido de que es una maldición y que él es una basura ¿Es idiota verdad?—el albino suspiro con pesadez bajo la mirada castaña del moreno—por lo que me dijo unos ladrones entraron a su casa una noche y mataron a su familia, y fue entonces cuando mi padre y tomo su custodia… poco después cuando al fin lo conocí—una sonrisa nostálgica apareció en su rostro—recuerdo que me levantaba para ir a la mierda del colegio al que me mandaban cuando escuche una hermosa música de piano, Michael ortega, me pregunte quien tocaba piano, los únicos que sabían tocarlo eran mi hermano y yo pero ese él no estaba. No pude averiguarlo porque tenía que ir a la escuela y me dirigí al patio para irme, pero antes me detuve a jugar un poco con mi hermanita, entonces sentí unos ojos fisgones que nos espiaban desde una ventana a lo alto, pensé que era un acosador pero solo un mocoso miedoso que en cuanto voltee a verlo se escondió. 

—No soy fisgón ni un mocoso miedoso—Se quejó Gon con un puchero y algo sonrojado por la vergüenza de aquel entonces. 

—Gon no me había dicho nada de sus poderes en ese entonces y tiene sentido debido a la mierda que ha pasado por haberlo hecho antes, por eso cuando le dije que me gustaban se emocionó tanto que hasta me abrazó, no creo que haya una sonrisa más brillante que la suya…—Gon seguía escuchando al albino sin poder creérselo—¿Sabe? Su hijo… es bastante idiota e ingenuo, pero es él más valiente que conozco, siempre se volvía a levantar a pesar del sufrimiento, él es especial y no lo diga por el hecho que sea un monstruo sino porque no crea que haya existido un ser tan brillante como él… tan brillante que a veces duele a los ojos—Killua por un momento agacho la cabeza y puso una mirada de melancolía que preocupo al moreno—me pregunto… ¿Realmente puedo estar con un ser como él?…. Me da miedo que la respuesta sea negativa, no quiero que sea negativa…

—Killua… no sabía que te sentías así…—Una mirada de tristeza apareció en su faceta morena a la vez que el albino alzaba la mirada encontrándose con un curioso panorama.

—Anda…—Dijo con ironía en su voz, vio que una lágrima resbalaba del ojo izquierdo de la mujer en coma—¿Esa lágrima es por qué pasara el resto de sus días aquí o por qué al fin sabe de su hijo? Bueno… no es como si pudiera responderme—en eso Lyon se asoma por la puerta. 

—Oye rebelde, ya está todo listo ¿Nos vamos o te quedas con tu suegra otro rato? 

—Nos vamos.

—Killua…—Alzó la mano hacia el albino tratando de alcanzarlo pero cuando parpadeó se encontraba nuevamente sentado bajo el árbol, miro alrededor incrédulo cuando escuchó un susurro llevado por el viento.

—No sé si lo demuestra de la forma correcta... pero creo que es el ser que más te ama en este mundo...—Se escuchó la voz de Lucero a lo que Gon suspiro. 

—Lucero estás loca—Dijo mientras que con dificultad se levantaba para luego mostrar una mirada determinada—pero.... yo creo que estoy igual o más loco—luego se retiró a paso lento y pesado....

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—¡No encuentro a Gon!—Anuncio Hashiro mientras corría hacia el grupo que salía del edificio en ruinas.

—Fue a buscarlo—Hablo Kurapika recibiendo una mirada alarmada del peli rojo.

—¡Tenemos que ir a buscarlo! ¡En su condición actual puede ser peligroso!—Pidió Hashiro pero las palabras de Kuroro lo contradijeron por completo.

—Déjalo solo ¿No ves que esto es un asunto de él y ese chico de blanco? Es por eso que se fue.

—¡De ninguna manera! Podría terminar lastimado. 

—Él es más fuerte que todos los de aquí presentes, va a estar bien. 

—¡Pero contra Killua es débil! 

—¿Es así? Bueno...—Empezó a alejarse junto a su grupo y dando la espalda a los demás—de cualquier forma es algo qué debe hacer solo, yo que ustedes no me entrometo. 

—¿A dónde vas Kuroro?—Hablo Kurapika a lo que el aludido lo miro de reojo sin parar su andar.

—¿Tú que crees? A cualquier lado, ya soy libre y puedo ir a donde quiera—Finalizo mientras sus compañeros sonreían por lo bajo.

—Ustedes...—El rubio puso una mirada desconfiada al verlos alejarse cada vez más.

—No puedo sentir la presencia de Gon ¿Estará fuera de mi alcance?—Dijo Mishiko preocupada tocando su frente. Entonces Hashiro pasó a su lado y tomo del cuello a Lyon.

—Muy bien bastardo ¿Dónde está tu jefe?—Interrogó amenazador pero el peli naranja solo lo miro aburrido.

—No tengo, hace tiempo renuncie a mi trabajo.

—¡Me refiero a Killua idiota! 

—¿Él? Umnn... ¿Quién sabe?—Ante su negativa desinteresada el peli rojo se enfadó más.

—¡Serás...!—Iba propinarle un golpe cuando la voz de Alluka lo detuvo. 

—¡Detenté Hashiro kun!—El aludido volteo a verla con el entrecejo fruncido—él en verdad no sabe dónde mi onii chan, y yo en verdad creo que debemos dejarlo así. 

—Alluka chan en verdad eres una lindura pero tú "onii chan" matara a Gon cuando lo vea—Se apartó del peli naranja mientras decía esto. 

—Eso nunca pasará—Dijo la morena negando con la cabeza—Gon y mi onii chan hablaran y todo esto se solucionará.

—Eres muy ingenua.

—Basta—Declaro Leorio ya harto de tanta charla—solo busquemos a esos dos, que hablen lo que tengan que hablar pero con nosotros presentes para evitar cualquier tragedia.

—Estoy de acuerdo—Aportó Kurapika mientras Mishiko asentía en apoyo. 

—Ustedes no llegaran a tiempo—Declaro Lyon bajo la mirada de todos los presentes—lo que sea que tenga que pasar terminara antes de que ustedes lleguen.

—Has estado hablando de forma misteriosa desde hace rato—El peli rojo lo miro con rencor—¿De qué hablas exactamente?—Lyon sonrió sorprendiéndolo un poco.

—Ni siquiera yo lo sé...

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En el techo de un edificio abandonado, mirando la luna que alumbraba la ciudad mientras el viento mecía sus cabellos blancos se encontraba Killua y en su mano estaba la capsula con el líquido roza en su interior.

—¿Por qué no eh destruido esto?—Bajo por un momento la mirada hacia el objeto—yo... ¿Qué estoy esperando?—pregunto para sí mismo, hace rato que debía destruir esa cosa pero no lo hizo, solo estaba ahí mirando la luna y recordando la mirada de furia de Gon—me pregunto... ¿Tratará de matarme después de esto?—hablo para sí mismo distante, una sonrisa apareció mientras su mirada se ennegrecía—en cierta forma... suena divertido... buscándome por todos lados... pensando solo en mi...—parpadeó y volvió a su faceta normal con expresión aburrida—pero no pasará...—declaro para luego escuchar como una puerta se abría atrás suyo, con sorpresa vio como Gon salía con dificultad hacia donde estaba.

—Killua...—Llamo mientras se apoyaba de los barrotes del techo, el aludido sonrió ampliamente.

—¡Gon! Me encontraste ¿Acaso te estaba esperando?—Se preguntó por un momento y luego sonrió—seguro que sí. 

—Killua... yo...

—¿Estas solo?—Pregunto interrumpiendo lo que iba decir el moreno mientras empezaba a caminar hacia él.

—Si... Killua paremos esto. 

—¿Y los demás? ¿Hashiro sabe que estas aquí?—Dijo ignorando las palabras del moreno. 

—No, nadie sabe que estoy aquí, Killua.... por favor hablemos—Pidió casi suplicando ya con el albino en frente de él, este puso una expresión neutral que en cierta forma lo mortificaba.

—¿Hablar? ¿De qué? Ya nos dijimos todo Gon. 

—Yo no del todo—Aclaro mirando a los ojos al mayor. 

—Ya yo sé que vas a decir ¿Recuerdas? Puedo leer tu mente—Sonrió divertido y el menor suspiro.

—Quiero que lo escuches de mi boca—Pidió mirando a los ojos azules, pudo ver como estos se volvían oscuros. 

—Pero yo no quiero—Y antes de que Gon pudiera decir algo más el albino lo tomo del cuello fuerte y lo empujó contra una pared sacándole un quejido de dolor y volver a mirarlo nuevamente—¿Sabes? Eres… muy egoísta… siempre decidiendo todo sin notar lo que afecta a los demás, la muerte no sería suficiente castigo para ti…—hablo con una voz grave y oscura sin embargo Gon parpadeo y lo miro fijamente, como si al fin estuviese dándose cuenta de que siempre estuvo ahí. 

—Killua tú… eres más monstruo que yo.

Una sonrisa apareció en la cara del albino al escuchar tales palabras, apretó el agarre en el cuello del moreno levantándolo un poco escuchándose otro quejido de dolor.

—¿Qué pasa Gon? ¿No vas a luchar? ¿Vas a dejar que te mate así sin más?—Decía sin borrar su sonrisa y con sus ojos negros, mostrando una expresión que a muchos asustaría pero a Gon…

—Ki-Killua… n-no me matah-mataría…—Jadeo con dificultad al respirar y mirando al mayor a los ojos en todo momento, este chasqueo la lengua y puso una mueca de disgusto.

—¿Estás seguro?—Apretó el agarre nuevamente y ahora otro quejido se escuchó—tus instintos te lo dicen ¿No? Que si no haces algo te matare—declaro a lo que Gon por el dolor que le producía la asfixia en su cuello—haz algo Gon, mátame o te matare—el moreno jadeo cortado mientras por el rabillo de su ojo entreabierto diviso un tubo metálico y oxidado en una esquina—elige ya Gon—miraba a Killua y al tuvo detrás suyo de manera fugaz, cada vez se le dificultaba más respirar y vista se oscurecía, sabía que perdía la conciencia y las alarmas de peligro en su cabeza se lo recordaban todo el tiempo. No había escapatoria, tenía que hacerlo…

Todo paso tan rápido, un sonido metálico golpeando algo, líquido rojizo esparciéndose por el suelo, la mirada atónita azulada contra la monótona castaña. 

—¡¿Qu…?!—Pronuncio el mayor bajando la mirada a su mano con el líquido rojizo y subiéndola al moreno que suspiro con tranquilidad, como si al fin se hubiera liberado de una gran presión de encima ¿Esto en verdad está pasando?—¡¿Qué has hecho?!—no sabía dado cuenta que había gritado ni de lo alterado que se veía ahora, Gon sonrió con dificultad y con un brillo en sus ojos que jamás había visto. 

—M-Me dij-jiste que el-eligiera ¿No? Entre m-matarme y m-matarte pe-pero, n-no sé por qué, no di-jiste l-la t-tercera o-opción…—El albino parpadeó procesando todo. 

—¿Tercera opción? 

—D-Destruir lo que nos separa…

En el suelo destrozado en fragmentos de vidrió y el líquido rojo que antes era roza, se hallaba las lágrimas de Lucero. Gon uso sus poderes para mover él tuvo como si de una bala se tratara, y destruyo la capsula sin dudarlo quedando solo unas gotas en la mano del albino. 

—¡¿Acaso sabes realmente lo que hiciste?! ¡Destruiste la única oportunidad que tenías para volverte humano! ¡¿Acaso no era esto lo que más anhelabas en toda tu vida?!—Hablo exaltado, todo esto nunca lo vio venir, jamás pensó que Gon haría algo así. 

—T-Te equivocas en eso Killua—Declaro para sorpresa del aludido—a-al principio sí, quería ser un humano normal para que los demás dejaran de rechazarme, pero eso cambió cuando te conocí. Con que Killua me quiera eso era suficiente por eso me dolió tanto cuando pensé que me habías traicionado. Yo quería convertirme en un ser normal para que nadie te lastimara por mi culpa, para que estuviéramos juntos, pero cuando Pariston me dijo todas esas cosas de ti, pensé que eras como los demás… que no veías más allá de mis poderes, que realmente solo era un capricho—la mirada castaña se volvió cristalina—Killua… lo siento, yo no tenía idea de cómo te sentías realmente y supuse cosas horribles que no eran ciertas, yo ya no volveré a querer volverme humano, no volveré a buscar ningún método para deshacerme de tus poderes. Lo prometo…—los ojos de Killua no podían estar más abiertos por la sorpresa, hizo una mueca y miro a Gon molesto.

—Y una mierda, esto es un truco ¿Verdad? En el momento en que te dé la espalda me vas a dejar inconsciente para llevarme con los demás a digamos “hacerme entrar en razón” ¿Acaso Dexter tenía otro repuesto de las lágrimas de Lucero?—Escupió con furia, pero aun así, se sintió inquieto ante la tranquilidad de Gon.

—No, esas eran las únicas.

—Mientes.

—No lo hago, pero sino me crees puedes matarme Killua—Las pupilas del aludido se dilataron por la sorpresa—puedes matarme, encerrarme, llevarme a algún lugar lejano. Puedes hacer lo que quieras así que por favor… ya no pongas esa mirada tan dolorosa y triste, eso es peor que la muerte… 

Entonces cayó al suelo sentado, Killua lo había soltado, el moreno respiraba agitadamente y sin poder levantarse ya que aún tenía el efecto de aquella extraña poción pero tampoco tenía la intención de irse a ningún lugar. De repente los brazos del albino lo acorralaron contra la pared.

—Tú… ¿Realmente sabes lo que hiciste?—Alzar la mirada e encuentra con los opacos y oscuros de Killua—te di la oportunidad de que fueras libre… te dije que me mataras, pero en lugar de eso… ¿Te pones la cadena en tu cuello y me das el otro extremo? Es tu culpa si luego te arrepientes…—hablo en tono de voz amenazante que le congelaría la sangre a cualquiera, sin embargo le sonrió y con dificultad lo abrazó por los hombros. 

—Te lo dije antes ¿No? Tú nunca me secuestrarias, yo siempre me iría contigo pero me pondré la cadena si eso te hace feliz…—Le susurro a lo que el mayor soltó un suspiro y correspondió el abrazo. 

—Gon estás loco…—El aludido rió por lo bajo. 

—Y tú eres un monstruo… 

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Un año después…

—Desde la destrucción del edificio de la CIA los monstruos se han dispersado, unos se han quedado en la ciudad pero la mayoría opto por viajar a diferentes partes del mundo, Netero el presidente ha logrado por lo menos resucitar una parte de la organización, y ahora quiere atrapar a cada uno y traerlo de regreso, según él “Por las buenas” eso suena muy difícil pero es un viejo testarudo, a lo mejor lo logra no sé. Lo único que se supo de “La brigada fantasma” es que se unieron al bajo mundo de la mafia, algo que le queda muy bien a Kuroro Lucifer ¿Tienen algún tipo de contacto con Kurapika su ex supervisor? ¿Quién sabe? Por otra parte parece que Leorio fue contratado en una clínica, tiene la fama de incluso curar aquellos que no tienen como pagar, también se ha escuchado que tiene como mano derecha a una atractiva y morena enfermera ¿Mishiko tal vez? Realmente no me importa. 

—¡En otras noticias él siempre guapo Hashiro decidió unirse al viaje del ganador del padre del año Ging Freecss! 

—Que te den—El peli rojo y el moreno estaban en una sala sencilla sentados en un sillón rojo uno junto al otro tomando café—parece que aquel tipo “Lyon” él que ayudo a Killua matar a Dexter regreso a su trabajo de educador, aunque claro, seguramente seguirá en contacto con Killua de alguna forma. 

—Probablemente engaña a Gon con ese grandulón—Pronunció con burla y acidez el peli rojo. 

—Tú bien sabes que eso es imposible—Un suspiro salió de la boca de Ging—al parecer Pariston sigue vivo—la mirada del peli rojo se volvió sería mirando al mayor—y parece que está haciendo de las suyas en una empresa anónima, probablemente esté buscando dinero y recursos para ir a por Gon nuevamente.

—¿Por qué Gon lo dejó vivo después de todo lo que le hizo?

—Porque él es más humano que tú y yo juntos—Sentenció y el peli rojo sonrió por lo bajo con nostalgia.

—Tienes razón… me pregunto ¿Cómo le estará yendo? 

—Tú dime—Hashiro lo miro con obviedad.

—Tú sabes que no lo he vuelto a ver desde hace tiempo, no soporto ver al imbécil de Killua después de todo lo que hizo—Las últimas palabras las pronunció con molestia. 

—Así que ustedes no se han arreglado. 

—Solo lo dejo vivir porque Gon me suplico que lo dejara pasar.

—Yo más bien diría que salvo tu vida persuadiéndote de que no toques a Killua, él no hubiera dudado en matarte aun si Gon se negara—Ante esa advertencia Hashiro solo chasqueo la lengua. 

—¿Realmente está bien? Gon está en manos de ese tipo, jamás va a poder girar a una esquina sin que Killua lo sepa ¿Realmente Lucero quería esto?

—Lucero quería que Gon fuera feliz, si él es feliz con el camino que eligió nosotros no podemos hacer nada—Dijo el mayor mientras tomaba un sorbe de su café ante el silencio del peli rojo. 

—Realmente… deseo que le vaya bien…—Hablo con sinceridad y con una expresión decaída. 

—Lo único que sé es que tenía un último asunto que atender antes de desaparecer por un tiempo, probablemente no sepamos más de él hasta entonces—Agrego Ging ante la mirada de curiosidad de Hashiro. 

—¿Cuál asunto? 

—Algo que quería hacer desde hace tiempo. 

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En lo profundo de un bosque, cerca de un río y debajo de un gran árbol habían dos lapidas grises, frente a ellas se encontraba cierto moreno junto a su gato…

—Es bueno saber que las dejaron descansar en un lugar bonito…—Comento el minino mientras veía a Gon dejar dos ramos de flores blancas en las tumbas. 

—Silva san se lo dijo a Killua hace tiempo, me pregunto… si él sabía que Killua vendría a buscarme—Hablo distante mientras miraba fijamente las lápidas. 

—Oye cachorro…—El tono de voz de Mushu se oyó preocupado—¿Ahora qué? 

—Creo que viajaremos un largo tiempo. 

—¿Realmente será así de fácil? 

—No—Declaro el moreno monótono—Hisoka e Illumi nos estarán buscando siempre, Illumi para matarme e Hisoka para divertirse un rato, además siento que en cualquier momento Paristom volverá, mucho más fuerte y manipulador que antes—el minino trago grueso ante la tranquilidad de las palabras graves de Gon. 

—¿Có-Cómo es que estas tan seguro?

—Mis sueños me lo han dicho, aun cuando duermo con Killua—Gon se levantó y dio la espalda a las lápidas para empezar a alejarse seguido de Mushu. 

—Sin embargo no te veo tan afligido como antes. 

—Viviré con esto hasta que muera, debo acostumbrarme a los problemas de un monstruo—Decía tranquilamente para el desconcierto del gato.

—Gon… estás distinto ¿Acaso no te preocupa que en cualquier momento alguien podría venir a matarte o esclavizarte?

—No.

—¿Por qué? 

—Porque ya estoy bajo el poder de un ser peor que todos ellos—Sentenció bajo la mirada intrigada de Mushu. Gon al bajar la vista pudo ver grilletes en sus manos y pies, más pesadas y fuertes que antes, una sonrisa apareció en su rostro—ya es muy tarde para poder escapar…—el minino parpadeó incrédulo.

—¿Gon tú…? 

—¡Gon, Mushu!—Una voz femenina y risueña los llamaba en la lejanía. Alluka agitaba la mano derecha saludando mientras que su otro brazo sostenía a Clu, detrás de ella y recargado en un árbol estaba Killua que los miraba acercarse expectante.

—¿Cómo te fue?—Pregunto el albino ya con el moreno en frente de él. 

—¡Bien! Gracias Killua, quería venir a visitarlas hace tiempo pero no hallaba el momento—Decía con una sonrisa mientras tomaba a Clu entre sus brazos. 

—Es lo menos que puedo hacer…—Respondió el albino mientras pasaba la mano por sus cabellos para luego empezar a caminar—vámonos. 

—¿A dónde iremos?—Pregunto Alluka con una sonrisa de curiosidad a lo que su hermano atino a responder…

—No sé adónde sea, quizás vayamos a Paris ahí dicen que hacen buen chocolate. 

—¿Y las montañas? Me gustaría hacer montañismo—Comento Gon a lo que la menor lo apoyo.

—Está bien, a donde queramos. 

—¿De verdad? ¿No es eso muy costoso?—Al decir esto Killua lo miro de reojo con una expresión gatuna.

—¡No hay de qué preocuparse!—Mostró una tarjeta negra—con esto podemos ir a cualquier parte del mundo. 

—¿No nos rastrearan a través de esa tarjeta? 

—Está bien, está a nombre de Jonny Bllack. 

—¿Quién es Jonny Black? 

—Alguien con muy mala suerte.

Killua soltó un risilla traviesa bajos las miradas nerviosas de los presentes, sin embargo había alguien que no reía, Gon agudizo su vista, al hacerlo podía ver la cadena de sus grilletes… 

“Vivirás amarrado y bajo el control de un ser que tus poderes jamás podrán tocar, serás preso de sus caprichos y morirás en sus manos, sucumbirás a su obsesión de manera muy dócil…”

Gon suspiro y mostró una sonrisa tranquila.

—Estoy bien con eso—Dijo sin darse cuenta llamando la atención de los presentes. 

—Valla Gon ¿Te gusta la idea de usar el dinero de un pobre hombre inocente? Eres todo un chico malo—Comento Killua burlón y el moreno recibía miradas desaprobatorias de Alluka, Mushu e incluso Clu.

—¡N-No! ¡No me refería a eso!—Trata de excusarse pero ya era muy tarde, ya era presa de las burlas de Killua. 

—Que malvado Gon.

—Onii chan ha sido mala influencia para ti. 

—Nyaaa.

—Ugh…—Gon solo suspiro nuevamente y soporto las críticas a su alrededor, al fin a cabo ya era muy tarde para quejarse ¿No? Ya no tiene remedio… 

Era un monstruo encadenado a los caprichos y obsesión de un humano, que es más monstruo que él…

FIN

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