lunes, 18 de abril de 2016
Capítulo 2: Curiosidad fuera de la ventana.
Eran las tres de la madrugada y Silva Zoldyck caminaba por el corredor un poco ansioso debido a su recién llegado descubrimiento, gracias a las cámaras puestas en la habitación pudo ver que el niño durmió alrededor de una hora y luego se la paso viendo la tele y jugando con un gato, esa trasnochada puede afectar los resultado de las pruebas que piensa hacerle hoy y eso no era bueno. Cuando al fin había llegado al cuarto abrió la puerta y se encontró al niño mirando caricaturas en la tele todavía con su pijama, cuando vio al adulto se levantó en seguida y apago el aparato.
—Buenos días Silva san—Dijo en tono humilde pero el adulto lo miraba severamente.
—Gon solo has dormido alrededor de una hora ¿Crees que eso está bien para un niño de cinco años de edad como tú?—Interrogo a lo que el menor solo se rasco la cabeza un poco nervioso.
—Lo siento es que sufro insomnios desde que recuerdo—Agrego disculpándose a lo que el mayor arqueo una ceja intrigado.
—En ese caso, desayuna y empezaremos las pruebas—Se puso de lado a fuera de la habitación para darle a entender al menor que lo siga.
—De acuerdo—Se fue al baño para cepillarse los dientes y cambiarse la ropa rápidamente, se puso una camiseta sin mangas de color blanco, pantalones cortos verdes y botas de cordones verdes más oscura para después seguir a Silva fuera de la habitación. Ya después de pedirle a Gotoh que cocinara una cantidad monumental de comida y que guardara un poco en una lonchera pequeña (Para cierto gato) llevaron a Gon a un cuarto donde había una mesa de madera con un juego de cartas. El mayordomo le ponía lo que parecía cables en su cabeza, en una pared había una ventana rectangular grande oscura donde al otro lado estaba Silva con su padre Zeno observando con atención—¿Para qué es esto?— pregunto ya que le molestaba esas cosas en su cabeza, escucho una voz por medio de unos altavoces.
—Es para ver mejor como actúa tu cerebro—Decía un poco distorsionado debido a las cornetas—es una prueba sencilla por lo que terminaremos pronto, aguanta un poco-el menor asintió resignado y a lo que Gotoh terminaba de ponerle todo se fue de la habitación.
—¿Qué tengo que hacer?
—¿Vez ese mazo de cartas?—A lo que dijo eso Gon miro dicho objeto frente a el—quiero que con tu poder hagas un castillo en un Segundo—decía en forma de orden y Gon miro fijamente las cartas, en un momento le brillaron ojos y las cartas formaron un remolino hasta hacer una torre bien organizada.
—No está mal…—Murmuro Zeno con una sonrisa ante lo sucedido, aun así Silva se mantuvo serio.
—Gon, enfrente tuyo, justo traspasando esa pared, hay una mujer con tres hojas con símbolos distintos ¿Puedes decirnos cuál elige?—Pregunto a lo que recibió un asentimiento por parte del menor. Gon miro la pared y como si estuviera traspasándola vio a la mujer sosteniendo un símbolo en específico.
—Un triángulo.
—Muy bien—Felicito tranquilamente mientras confirmaba la respuesta por medio de una pantalla—ahora… mueve algunas cosas en ese cuarto pero sin herir a nadie—ordeno estricto, Gon suspiro y concentrándose movió el librero que estaba en el cuarto de enfrente, haciendo caer unos libros y asustando a la persona que estaba allí.
—¿Qu-Qué fue eso?—Pronuncio atónita al ver objetos en el suelo, ahora veía como estos objetos empezaban a flotar y hacían círculos en el aire—¡Es-Esto no estaba en el contrato! —grito ya muy asustada mientras se levantaba para tratar de abrir la puerta la cual estaba firmemente cerrada—¡Déjenme salir!
—Continua—Ordeno al niño el cual empezaba a dudar debido a los grito de miedo de la mujer, sim embargo no tenía opción así que solo se limitó obedecer, ahora movió la mesa hasta pegarla contra la pared, y así estuvo moviendo objetos por un rato…
.
.
.
.
Ahora Gon estaba en una sala elegante con cuadros, muebles y un piano negro con un oso encima, en las paredes había grandes ventanas que daban al jardín del frente de la mansión, sin embargo el niño no podía ver esto ya que estaba acostado en un sofá exhausto bajo la mirada de Silva.
—Así que si usas mucho tu poder te dan mareos…—Murmuro mientras el moreno asentía con la cabeza todavía acostado.
—No… lo usaba mucho… por lo que no estoy acostumbrado…—Decía mientras se removía, el adulto le puso un vaso de agua en una mesita de madera en frente de él.
—Aún hay mucho tiempo para que te acostumbres así que por ahora descansa—Le hablo calmadamente a lo que el niño se sentó y lo miro con una débil sonrisa.
—Gracias Silva san.
—No es nada—Miro un reloj que estaba pegado a una pared—son las 5:30 am vendré a las 8:00 para que continuemos—dijo mientras caminaba a la puerta pero miro el piano y recordó algo—si no mal recuerdo sabes tocar el piano ¿Verdad?-decía un poco curioso pero no se dio cuenta de la mirada triste del menor.
—Si, Mito san me enseño—Murmuro un poco decaído—me ayuda a relajarme.
—Puedes tocar este piano si quieres—Apunto a dicho instrumento para que lo mirara el niño—se lo había comprado a mi hijo pero solo aprendió lo básico y luego no lo uso más, creo que solo fue uno de sus caprichos de momento—agrego con un suspiro cansado mientras abría la puerta dispuesto a irse—no hay problemas si tú lo tocas o si quieres leer unos libros pero no salgas de aquí hasta que venga a buscarte-advirtió antes de por fin retirarse. Gon se levantó y se acercó al gran instrumento para observarlo con algo de nostalgia y tristeza.
—Es más grande que el que tenía en casa y hay un osito de peluche arriba…—Murmuro decaído mirando el animal de felpa para luego sentarse en el banquito frente al piano, toco una tecla y esta emitió un agudo sonido y ahora el pequeño sonrió—a la abuela Abe le encantaba escucharme tocar el piano… ¿Cuál era su canción favorita?—se preguntó así mismo mientras empezaba a tocar las teclas del instrumento, emitiendo sonidos que poco a poco se volvía una música relajante pero con un tono de tristeza y soledad.
Gon cerró sus ojos dejándose llevar por la música y recordando la canción que tanto le gustaba a su querida abuela, por lo que no se dio cuenta de que tan rápido pasaron los minutos y no fue hasta que escucho unos pequeños golpecitos que salió de su ensoñación, miro con algo de sorpresa la causa que interrumpió su concentración y vio al minino Mushu saludándolo con la pata desde una ventana. Con una sonrisa abrió el marcó y lo subió dejando pasar al felino.
—Ola ke ase? Tocando piano o ke ase?—Pronuncio con una sonrisa gatuna y Gon lo miro un poco desconcertado.
—Hola Mushu ¿Cómo estás?—Le hablo con cariño a lo que el gato se encogió de hombros desinteresadamente.
—He tenido mejores días—Murmuro un poco cansado—he venido a ponerte al día pero antes ¿Tienes algo de comer?—Gon le mostro la pequeña lonchera.
—Aquí tienes, es pescado con tocino—El gato salto a tomar la comida con los ojos brillantes de la alegría.
—¡Yay!—Grito emocionado y devorándose toda la comida en menos de un minuto bajo la mirada sorprendida de Gon.
—Comes muy rápido.
—Solo cuando la comida es sabrosa—Le dijo con una sonrisa mientras se limpiaba rápidamente los bigotes—¡Listo! Ahora los informes del día—anuncio muy animado mirando fijamente a Gon.
—Te escucho, estoy listo.
—Bueno las actividades del día son calificadas como…. normales—Anunció con una cara decepcionada—veras al parecer ese tal Silva aunque tiene una relación no exactamente amorosa con su hembra, tuvieron cinco cachorros o, como los humanos dicen, hijos—explico bajo la mirada curiosa del niño.
—¿De veras?
—Sip, solo vi a uno de ellos y por instinto sé que es el mayor, su pelo es largo y oscuro como la noche al igual que sus ojos, da mucho miedo por lo que no lo vi más—Agrego temblando de una manera cómica pero luego siguió explicando—mientras caminaba husmeando las habitaciones me encontré con dos sirvientas chismoseando entre ellas, una se estaba quejando de que un chico gordinflón la tenía como una esclava en la cocina por tanta comida que le mandaba a traer y la segunda decía que otro chico tenía tendencias travestis, no tengo idea de lo que sea eso—puso una cara confundida igual a la del moreno.
—Yo tampoco sé, continua por favor.
—Iban a hablar sobre una niña adorable pero que la señora Kikyo ignoraba por alguna razón pero justo cuando iban a detallar más el asunto ¡Ese salvaje mayordomo apareció! —Grito con una cara de asombro— ¡Apareció de la nada! Buff el muy aguafiestas mando a las sirvientas a que siguieran su trabajo si no querían que les bajaran el sueldo, tuve que irme ya que sería historia si me pillaba dentro de los cuartos-se quejó por lo bajo un poco molesto pero luego miro al niño en frente suyo—después te escuche tocar el piano y vine así que ahora dime ¿Qué has hecho?—pregunto curioso y el otro miro por la ventana soltando un suspiro.
—Silva san solo me hizo mover cosas hasta que me canse—Respondió decaído—¿No has sabido de Mito san y la abuela Abe?
—No…-Murmuro triste—intente meterme al cuarto principal a buscar el nombre del hospital donde la tienen pero es difícil, está muy bien cerrado.
—Ya veo…
—¿Sabes? Ustedes eran unos de esos poco humanos que le daban comida a los animales como yo… —Murmuró mirando al cielo—me gustaría que mejoraran—murmuro a lo que recibió una caricia en la cabeza por parte del moreno que le sonreía dulcemente.
—No te preocupes—Le dijo contento— ¡Mito san y la abuela Abe mejoraran muy pronto! Y cuando lo hagan me vendrán a buscar y todo será como antes.
—¿Y que pasara con Silva?
—Haré lo que él diga hasta que mi familia se recupere—Decía decidido mirando al cielo y el gato lo imito con una sonrisa hasta que por un momento bajo la mirada y se dio cuenta de algo.
—Oye, mira un niño—El moreno miro donde le apuntaba el felino y ahí en el jardín de enfrente de la mansión vio una pequeña cabellera blanca caminando pon un sendero para llegar al portón de la entrada.
—Es… un chico—Murmuro un poco sorprendido.
—Sip es un cachorro, debe tener más o menos tu edad—Añadió un tanto curioso, miraban a un niño de cabellera blanca con una ropa colegial que consistía en: Una camisa blanca y unos pantalones negros largos con zapatos de igual color y llevaba una mochila morada oscura, debido a que estaba de espaldas no podían ver su cara.
—Con que va a la escuela…—Murmuro curioso y el gato se giró a verlo interesado.
—Así es, eso es normal entre los humanos ¿Acaso tu no ibas?
—No, mi familia es pobre por lo que no podían pagar mi educación sin decir que en el pueblo no había escuelas, pero me las arregle para aprender por mi cuenta—Explico tranquilamente mientras seguía mirando al niño de más o menos su edad, pudo ver como una niña pequeña, con pelo corto liso y negro con una camiseta amarilla y unos pantalones azules, corría torpemente hacia el albino para lanzarse a abrazarlo y este la recibió con una sonrisa—que lindo…—soltó una sonrisa cálida sin darse cuenta- deben ser hermanos- murmuro con una alegría apacible muy anormal en él, por alguna razón ver esa imagen lo hacía calmarse, ver a ese chico de pelo blanco alzar su hermana hacia arriba para jugar con ella le alegraba un poco el día, ver su sonrisa… como se reía de felicidad y luego sus ojos azul cielo mirándolo fijamente… un momento… ¡¿Mirándolo?!.
Ahí fue cuando Gon se dio cuenta que aquel chico se percató de que lo estaban mirando mucho, ¿Pero cómo? Estaban desde un quinto piso muy lejos del campo de visión normal de un ser humano, a menos que seas como el moreno que tiene unos excelentes sentidos y buena visión no podrías verlo, igual no lo pensó mucho y se sentó en el piso debajo de la ventana para que no lo vieran, el animal por instinto o por lo que sea lo imito colocándose junto a él.
—O-Oye ¿Por qué nos escondemos? —Pregunto un poco nervioso no entendiendo bien la situación mirando la expresión exaltada del niño a su lado.
—¡¿Es que no lo viste?!—Dijo algo agitado—s-se dio cuenta de que lo mirábamos.
—¿Eh? ¿Desde esa distancia? —Miro sorprendido al niño el cual asentía con la cabeza nerviosamente.
—Si estoy seguro, me miro directamente—Añadió con sus mejillas sonrojadas debido a que se sentía apenado—ugh que vergonzoso debe pensar que soy un bicho raro.
—No creo que sea tan grave—Añadió un poco intrigado por la reacción del menor- la próxima vez, en vez de ocultarte salúdalo, parece que tienen la misma edad ¿No? Pueden que se lleven bien—comento tranquilamente a lo que el moreno se volteó a verlo alarmado.
—¡Definitivamente no! —Declaro muy seguro sorprendiendo al felino.
—¿Por qué?
—Estaré aquí mientras espero que Mito san y la abuela Abe me vienen a buscar, no necesito hacer amigos—Decía muy serio mirando a otro lado evadiendo la mirada del gato que tenía una cara muy interrogativa.
—¿De veras?
Gon: ¡Sí!
—Pero la espera será más corta y placentera cuando estas entreteniéndote con alguien más.
Gon: ¡Ya dije que no!
Mientras Gon y Mushu discutían sobre tener o no tener amigos, el pequeño niño albino todavía miraba fijamente la ventana con un semblante expectante, cosa que llamo la atención de la niña que tomaba su mano.
—Onii chan ¿Qué estás viendo?—La niña pequeña de no más de tres años de edad miraba con curiosidad la dirección a donde veía su hermano pero sintió como este le acariciaba la cabeza con cariño.
—No es nada Alluka, ya se escondió así que no lo podrás ver—Añadió con una sonrisa— Canary debe estar esperándonos ¿Me acompañas hasta que me valla a la escuela? —pregunto mientras le sonreía a la pequeña la cual asintió contenta.
—¡Vamos!—Empezó a correr dando pasos torpes adelantándose a su hermano el cual miro otra vez aquello que le llamo la atención, pudo medio divisar una mata de pelos negras y unos grandes ojos castaños los cuales lo observaban con curiosidad pero rápidamente se volvían a esconder. El albino puso una sonrisa divertida pero luego escucho la voz de su hermana llamándolo—¡Onii chan apresúrate o llegaras tarde!
—No sé por qué me apresuras tanto, ningún profesor me llamara la atención debido a lo que le pasó al último que lo hizo.
—¡Onii chan vago!
—Vale, vale—Y mientras los hermanos hablaban, Gon y mushu…
—¡M-Me vio otra vez!—Anuncio un poco agitado bajo la mirada curiosa del gato el cual le divertía un poco la situación.
—¿Y qué hiciste? ¿Lo saludaste?
—N-No pero—De repente Silva Zoldyck irrumpió en la habitación, los buenos reflejos del gato lo hicieron saltar por la ventana escapándose sin que lo viera el adulto.
—Gon empezaremos ya ¿Estás listo?—Pregunto a lo que el nombrado asentía con la cabeza y se levantaba del suelo.
—Silva san.
—¿Qué sucede?
—Unmm ¿Cuánto hijos tiene?—Sabía la respuesta pero quería saber que le decía el mayor el cual arqueo una ceja extrañado por la repentina pregunta.
—Tengo cinco hijos, unos más útiles que otros…—Murmuro un poco decepcionado llamando la atención de Gon—vamos—le había dado la espalda al menor y cuando toco la manija de la puerta recordó algo—ahora que me acuerdo, uno de ellos tiene cinco años como tú, quizás se lleven bien—finalizo mientras empezó a caminar seguido del pequeño el cual quedo pensativo…
.
.
.
.
Después de un largo día de pruebas ya era el atardecer y Gon estaba nuevamente tocando el piano y mirando con una sonrisa el osito de peluche, ese juguete le recordaba los que hacia su tía Mito para regalarle en sus cumpleaños más el sonido del piano le traía una sensación de estar en casa. Debido a que nadie le molestaba esa música podía tocarla a plena liberta pero de repente recordó a aquel chico que vio irse a la escuela y esa cálida sensación que sentía despareció para ser reemplazada por una de soledad…
— (Hace mucho que no hablo con alguien de mi edad…)—Pensó con una mirada de desagrado—(Odio hacerlo, siempre me tachan de monstruo y solo buscan problemas conmigo…)—antes el moreno siempre estaba solo en los bosques debido a que los demás niños lo rechazaban por los rumores de sus poderes, su única compañía eran los animales entre ellos el gato Mushu, este le había cogido especial cariño ya que lo rescato de un día de tormenta cuando unos perros lo perseguían—(Hace tiempo que deje de intentar de hablar con los demás así que olvide como tratar con otros niños, y en estas circunstancias no creo que sea necesario, yo… solo aguantare hasta que vengan a buscarme…)—soltó un suspiro resignado—¿Estaré solo siempre?
—Pues ahora no lo estás—Salvaje niño albino apareció detrás de él sobresaltándolo y por reflejo se levantó y a gran velocidad se alejó un poco, el niño sonrió divertido ante su reacción—wow eres muy rápido.
—¿D-Desde cuando estás ahí?—Tartamudeo alarmado debido a que no había sentido la presencia del otro.
—No mucho realmente—Respondió tranquilamente a lo que se acercó al piano para mirarlo con curiosidad—así que tú eras quien tocaba este trasto viejo…—añadió más bien para sí mismo a lo que el menor lo miro tímidamente.
—¿Me escuchaste?
—¿Y cómo no? Me despertaste en la mañana.
—¡Ah lo siento! —Se disculpó haciendo una reverencia bajo la expresión de sorpresa del otro- no creí que molestaba a nadie.
—Está bien, prefiero mil veces que me despierten con Michael Ortega que con la horrible voz de mi madre—Pronuncio esto último con desagrado sin embargo el moreno lo miro con sorpresa hasta se podría decir con emoción.
—¡¿Lo conoces?!—Grito con alegría mientras se acercaba al albino sorprendiéndolo.
—Pu-Pues si…
—Veras a mi bisabuela le encanta su música y la que toco es su favorita pero resulta que nadie la conocía por eso sufrí un poco para aprenderla y…—Paro de hablar al ver la cara pasmada del otro y al notar que estaban muy cerca, apenado se volvió a separar—disculpa, me emociono fácilmente—decía en voz baja y el albino se le quedo viendo.
—Ya veo—Dijo ahora con una expresión de curiosidad—hablas muy bien el japonés ¿Cuántos años tienes?
—5 años—Respondió con una sonrisa y el otro se quedó un poco pensativo.
—Unmm… (Igual que yo) —Dijo para sus adentros un poco intrigado—soy Killua—se apuntó así mismo presentándose a lo que el peli negro parpadeo incrédulo pero luego sonrió con emoción.
—Soy Gon.
—Dime Gon ¿Qué haces aquí?
—Ah Silva san me trajo a vivir aquí—Respondió sin pensar a lo que el albino arqueo una ceja sorprendido.
—¿Mi padre? ¿Por qué?—Ante su pregunta Gon borro su sonrisa.
—Ah… (Si sabe de mis poderes saldrá corriendo como los demás...)—Pensó muy preocupado olvidando que el albino esperaba su respuesta.
—Oyeee… Tierra a Gon ¿Sera que me respondes?—Movió su mano en frente de la cara de Gon para hacerlo reaccionar.
—¡Ah yo!... ¡Estoy esperando a que me vengan a buscar!—Miro nervioso la expresión expectante del otro.
—¿Quiénes?
—M-Mi familia…
—Ya veo…—Murmuro a lo que el otro suspiro tranquilo en eso abrieron la puerta de repente dejando ver a Gotoh quien hizo una reverencia al ver a Killua.
—Killua sama—Pronuncio en forma de saludo y luego se dirigió a Gon—ya es hora de dormir así que te llevare a tu cuarto, pero antes Silva sama hablara contigo—Hablo de manera estricta a lo que Gon asintió con la cabeza para luego mirar a Killua con una sonrisa.
—Buenas noches Killua—Se disponía a irse pero Killua lo tomo del brazo un momento sorprendiéndolo.
—Mañana es sábado, así que juguemos un montón Gon—Sonrió al ver la mirada emocionada del otro.
—¡Si hagámoslo!—Decía contento a lo que el albino soltaba su brazo y lo dejaba ir, este se despidió con la mano hasta que finalmente el moreno se fue dejándolo solo.
—Esperando a tu familia eh…—Murmuro para si mi mismo poniendo una sonrisa astuta—que mal mientes Gon.
Gotoh dejo solo a Gon en su habitación acostado en la cama, este rodaba sobre ella debido a la felicidad que sentía.
—¡Me invito a jugar!—Gritaba de emoción—¡Jamás creí que alguien lo haría! ¿Me pregunto si podremos ser amigos?—pronuncio con algo de ilusión mientras se arrodillaba en la cama—ummn ¿Qué iremos a jugar? Valla nunca he estado con niños así que no se ningún juego…—murmuro con un puchero—me pregunto si Mushu sabe, le preguntare cuando venga—sonrió al escuchar unos golpecitos en la ventana, vio al gato que movía la pata agitadamente para que le abriera, Gon lo hizo y le dio una sonrisa con alegría— ¡Mushu! ¡No lo vas creer!
—¡Cachorro necesito que te tranquilices y te prepares para este golpe!—Anuncio interrumpiendo al moreno quien al ver mejor al felino noto que este tenía la mirada cristalina y su cara mostraba preocupación.
—¿Qué sucede?—Pregunto preocupado a lo que el animal apretó los dientes sintiéndose mal por lo que iba a decir.
—Es… sobre tu tía y bisabuela—Dijo a lo que Gon se acercó a él alarmado.
—¡¿Qué les sucede?! ¡¿Están bien?!—Interrogo a lo que el gato trago grueso.
—Ellas…—En eso la puerta fue abierta abruptamente y el gato chasqueo la lengua y se escapó por la ventana después de susurrarle al pequeño un—se fuerte cachorro…—confundiéndolo. Quien abrió la puerta era Silva, este se acercaba a Gon el cual estaba sentado en la cama mirándolo confuso.
—¿Silva san?—El nombrado estaba ya frente a él, el adulto se agacho hasta estar a la altura del pequeño.
—Gon—Llamo con seriedad—nos llamaron del hospital donde están tu tía y bisabuela—Gon lo miro con los ojos cristalinos presintiendo lo que iba a decir.
—Fue… para decirle que ya estaban bien y les darán de alta… ¿Verdad?—Pregunto con una sonrisa rota a lo que el mayor tomo suavemente su hombro.
—Sabes que no es así—Ante eso el pequeño de cinco años se le opaco la mirada y dejo caer unas lágrimas por sus mejillas—Gon—pronuncio suave al ver la expresión de dolor del nombrado, trato de hablar de la manera más compasiva que podía—tu tía Mito y tu bisabuela Abe no lo lograron…
—No…—Pronuncio entre lágrimas tapándose la cara con las manos y Silva suspiro.
—Ellas han muerto…
Continuará…
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario