Gon se dirigía al patio trasero de la escuela a petición de Kite que quería presentarle al grupo del que hablaba, aunque sus ánimos no estaban del todo altos como deberían ¿Por qué? Por las palabras de cierto albino que si bien tenia las mejores intenciones no lo hacían exactamente feliz. Killua lo apoyo con la idea de irse de viaje durante toda una navidad, eso está bien, sabe que eso es bueno para su futuro y como buen amigo le dijo que se fuera, el problema es que Gon no quería esa respuesta. Sacudió su cabeza y se blindo la mirada, mejor pensar en eso después, ahora se ocuparía en que el festival se vuelva el mejor de la historia.
—¡Oi Gon!—Una voz femenina lo llamo, una chica peli roja y de ojos verdes lo saludaba abajo de un árbol junto a un grupo de personas. Se acercó con una sonrisa.
—¡Hola Spin! ¡Tanto tiempo!—Saludó alegre mientras se acercaba al grupito—¡Hola chicos! ¿Cómo han estado?
—De maravilla Gon—El más grande de todos, Monta Yuras, un hombre gordo con sombrero de Koala se levantó para acariciar la cabeza de Gon—estás más alto desde la última vez que te vi—Gon solo soltó una risilla al sentir como le alborotaban los cabellos.
—Jeje, y díganme ¿Sólo serán ustedes los que ayuden en el festival?
—Aún falta otros dos, uno está comiendo y el otro no sé dónde demonios este—Esto último lo dijo muy molesta.
—¿Ocurre algo Spin?—Pregunto Gon curioso por la aptitud de la peli roja.
—Veras los dos integrantes son unos novatos—Añadió una chica de pelo corto, Banana Kavaro—uno es una chica bastante capaz aunque un poco malhumorada, pero el otro es un tanto…
—¡Es un niñito de mama y papa que cree que puede tener todo lo que quiera solo con pedirlo!—Interrumpió la peli roja muy molesta bajo la risita nerviosa de la otra.
—¿De veras?—Pronunció incrédulo, si Kite lo escogió no debería de ser tan malo.
—En realidad es alguien bastante talentoso, como tú Gon, es sólo que Spin está molesta por que la beso y le dijo que sus labios estaban secos—Finalizó Kavaro mientras se escuchaba un bufido mal humorado.
—¿La beso?
—Lo hiso con la excusa de la tradición del muérdago.
—¡Lo hiso a propósito!—La peli roja empezó a quejarse y a refunfuñar por lo bajo mientras su amiga trataba de tranquilizarla en vano. Gon se alejó de ellas junto a Kavaro quien lo guiaba a unos establos alejados de la escuela. La parte de atrás del colegio es un bosque por lo que se les hiso fácil establecer lugares para los animales.
—¡Es enorme!—Dijo asombrado al ver los diferentes corrales, se acercó a uno y allí vio dos zorros de la nieve con sus crías—que lindo…
—Hemos traído liebres, caballos, venados e inclusive focas y un oso polar—Le habló mientras miraban a los animales jugar.
—Bueno hace suficiente frió para ellos ¿Son violentos?
—Son bastantes mansos, pero igual hay que ser cuidadosos—Ante eso Gon sonrió ampliamente y lo miro de frente.
—¿Qué quiere hacer Kite?
—Desfile con tema navideño.
—Me parece bien, pero sólo con los caballos, el oso y las focas, los animales pequeños se asustan fácilmente con las multitudes así que podrían huir—Comentó observando a las criaturas a su alrededor.
—¿Y qué hacemos con ellos?
—Podríamos tenerlos en los corrales, los decoraremos con luces sutiles que no les moleste, así cuando termine el desfile las personas vendrán para acá a verlos ¡Oh y tenemos que poner señales que prohíban darles de comer!—explicó entusiasmado bajo la atenta mirada del mayor.
—Está bien, digámosle a Kite cuando termine de hablar con el director Netero. Aprovecha y ve a comer, casi termina la hora del almuerzo.
—¡Sí! ¡Nos vemos!—Se despidió con una sonrisa para luego echar a correr hacia el edificio del colegió. La verdad cuando escucho la palabra almuerzo en seguida le dio hambre así que se apresuró en llegar a la cafetería, con suerte y vería a Killua allá—Killua…—murmuró mientras caminaba por los pasillos ¿Ya habrá comido? Si no mal recuerda servirían comida picosa la cual no es del agrado del albino, quizás está comiendo otra vez dulces ¿Cómo es que tiene un físico tan bueno a pesar de las grandes cantidades de azúcar que ingiere? Se sonrojo por ese pensamiento y sacudió su cabeza—tonto ¿Qué te estas imaginando?—se regañó a sí mismo, los amigos no piensan esas cosas. Soltó un suspiró e iba a girar por una esquina hasta que escucho un grito proveniente de atrás suyo.
—¡Uwahhh! ¡Alguien sálveme de este demonio del inframundo!—Grito un chico rubio que huía de un gallo bastante rápido y de apariencia feroz. El muchacho estaba tan asustado que no se dio cuenta de una escoba tirada en el piso y en seguida resbaló con ella, horrorizado vio como el animal tomaba impulso para saltarle encima con el pico abierto y atacarlo, sin embargo un delgado cuerpo se atravesó y tomo al gallo entre sus brazos acunándolo y se dio vuelta para dejar ver a unos ojos castaños brillantes y una sonrisa amable. Se sonrojo y sonrió fascinado pero al escuchar las risas burlonas de algunos estudiantes que pasaban por ahí se reincorporo rápidamente e hiso una reverencia agradecido—¡Gracias!
—No fue nada ¿Estás bien?—Preguntó con una voz infantil que le pareció muy tierna.
—Estoy bien gracias ¡Pensé que ese monstruo me iba a matar!—Apunto al gallo que estaba acurrucado entre los brazos del moreno.
—Parece bastante amigable ¿Le hiciste algo para que se enfadara?
—Siempre he tenido mala suerte con las aves—Admitió en un suspiro.
—Bueno al final todo salió bien, sino te importa yo ya me tengo que ir—Decía mientras salía corriendo y se llevaba al animal entre sus brazos.
—Ah espera—Dijo pero ya Gon estaba lejos y no lo escucho, soltó un suspiro más profundo—aún no se tu nombre…
—Qué chico tan extraño…—Murmuró Gon mientras corría por los pasillos, después de un rato al fin había llegado a la cafetería. Sonrió ampliamente pensando que al otro lado estaría su preciado amigo, pero al pasar la puerta vio algo que lo extraño.
—¡Oye yo lo compre es mío!
—¡Y una mierda, yo lo page primero es mío!
Killua estaba de primero en la fila de los pasteles y estaba peleando con una chica peli negro en coletas con ojos verdes, al parecer el lío era por un pastel de chocolate.
—¡Oigan, dejen su maldita discusión del estúpido pastel fuera de la fila! ¡Quiero comer!—Dijo un chico molesto igual que las numerosas persona que esperaban por alimentarse, sin embargo cambió a terror cuando recibió tenebrosas miradas de furia hacia su persona.
—¡¿Cómo te atreves a insultar al magnifico pastel de chocolate de chocorobot?!—Reclamó la chica indignada y furiosa al igual que el albino junto a él.
—¡Coletas tiene razón! ¡No te atrevas a insultar la magnificencia del señor chocorobot!—Declaró Killua furioso. Ambos empezaron a insultar al pobre chaval que solo quería comer bajo la mirada sorprendida de Gon, es la primera vez que ve a otra persona que le guste tanto el chocorobot como su amigo…
—¡Killua, Anita! ¡Dejen su maldito escandalo sino quieren que los haga sacar la nieve de la entrada con una cuchara! ¡Y tú Gon, saca ese gallo de aquí!—Los susodichos temblaron al escuchar la voz furiosa y autoritaria de Kaito entrando al lugar. En seguida Killua y Anita salieron corriendo hacia una mesa, Gon se retiró rápidamente con el gallo entre los brazos. Después de un rato de no saber dónde poner al animal, y además de que él animal le cogió cariño, decidió esconderlo en su mochila dejándole una abertura abierta para que respirara. Regreso a la cafetería pero esta vez lo que vio le dio una punzada en su pecho…
—Ten, te daré la mitad ¿Si?—Dijo Killua con una sonrisa mientras le daba una montaña de chocorobot a la chica de coletas. Decir que estaba sorprendido era poco, en lo que lleva conociendo a Killua jamás pero ¡JAMÁS! Había compartido sus chocolates, mucho menos con esa mirada de sin felicidad ¿Qué significa eso? ¿Tan bien se lleva con esa chica? Sin saber por qué retrocedió, sin saber por qué empezó a andar en la dirección opuesta a donde estaban ellos, y antes de que se pudiera dar cuenta estaba corriendo…
—¡Gracias! Me alegra que compensaras lo del pastel—Decía con una sonrisa la chica, se comió un trozo de chocolate y lo saboreó gustosa—creí que eras un imbécil, pero parece que no eres tan malo, quizás podrías ser mi novio—pronunció burlona y coqueta pero el albino no la estaba escuchando, miraba fijamente la puerta—¿Qué pasa?
—Gon está tardando…
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Ya era por la tarde y cierto moreno estaba sentado en la fuente de un parque, observando al gallo picotear el piso y suspirando por lo bajo…
—Tener una cara tan linda pero una expresión tan triste debería ser un pecado—Observo como la anciana se acercaba a él.
—Hermione san…
—¿Se puede saber que tienes?—El moreno suspiro.
—No lo sé…—Decía distante bajo la mirada de la otra.
—Entonces… ¿Cómo te fue en tu día?
—Bueno… Creo que hare un viaje para explorar diferentes bosques del mundo.
—¡Oh! Eso suena interesante.
—Lo es, me ayudara a hacer un investigador en el futuro… siempre quise ser uno…—Murmuró decaído.
—Vaya, no pareces muy emocionado.
—Es que… durara toda la navidad.
—¿De veras? Adiós a los dulces navideños.
—No lo digo por eso, es que… no veré a alguien durante ese tiempo—La mujer le sonrió curiosa.
—¡Ohhh! Ya veo, esto es por “alguien”—Decía picara y risueña mientras el moreno se sonrojaba nerviosamente—¿Qué sucedió? ¿No le gusto que te fueras de viaje?
—No, lo contrarió me apoyó, me dijo que fuera que era por mi futuro.
—¿Y eso es malo?
—¡N-No! Me alegra, p-pero esperaba algo más… me pareció que lo dijo casi con desinterés…—Suspiró nuevamente y puso sus codos sobe sus rodillas—como si no le importara no verme…
—Ojojojo te preocupas demasiado—Decía risueña y Gon la miro de reojo—seguro que a esa persona le importas más de lo que crees.
—¿Cómo lo sabes?
—Sólo lo sé—Declaró confiada para la confusión del menor, sintió algo a su costado y sonrió ampliamente—creó que te celular está vibrando. Deberías contestar seguro es algo interesante—Gon observo su mochila que estaba levemente vibrando y saco su teléfono de escarabajo. Su mirada se ilumino y sus labios se curvaron en una sonrisa.
1 Mensaje De Killua.
“¡Demonios Gon! ¿Dónde rayos estabas? ¡Te estuve esperando todo el almuerzo y no apareciste! Ojala que hayas estado en una situación de vida o muerte como para dejarme esperando, de lo contrario ¡Vas a estarlo!”
—Nos vemos y buena suerte—El chico asintió y se retiró con un rostro lleno de felicidad…
Continuará…
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