lunes, 18 de abril de 2016
Capítulo 5: Lo que un príncipe no debe hacer.
En la mañana fue cuando llegaron a la mansión refugio de los ladrones, Killua ignoro las miradas burlonas de Hisoka y Bisky, Gon caminaba por los pasillos seguido del albino y de Lyon que lo vigilaban para que no volviera a escaparse. Pararon justo en frente de una puerta de acero que el moreno miraba extrañado.
—¿Qué hacemos aquí?—Pregunto volteando a ver al albino.
—Esta será tu celda desde ahora—Dijo con una sonrisa astuta—me di cuenta la otra vez que sería muy fácil para ti escapar del lugar donde te pusimos, por eso está esta habitación—abrió la puerta y se dejó ver que era una habitación elegante sin embargo tenia barrotes de acero en la ventana, el peli negro toco las paredes y estas eran duras como el metal luego volteo a ver a Killua.
—Todo está reforzado.
—Así es, y no solo eso está justo al lado de mi habitación y al otro lado está la de Lyon, todo fue fríamente calculado para usted su majestad—Pronunció burlonamente a lo que Gon lo miro un poco molesto pero luego se calmó, el moreno era testarudo pero paciente sabía que en algún momento bajarían la guardia y podría fugarse e irse inmediatamente.
—Honestamente es la primera vez que lo veo siendo tan considerado—Añadió Lyon dirigiéndose al albino y este le dio una mirada asesina.
—¿Quieres morir Lyon?
—No gracias primero quiero casarme.
—Ósea nunca.
—Que bien me conoce jefe—El príncipe miro curioso la conversación de esos dos, quitando la amenaza de muerte parecía dos amigos hablando normalmente, recordó lo que pasó la noche anterior y sin saber por qué se sonrojo esto lo noto Killua.
—Estas rojo ¿Te sientes bien?—Decía con un tono de preocupación que hasta a él lo sorprendió, el menor volteo la cara un poco apenado.
—S-Sí.
—¿Tu preocupándote por un hijo de la raleza? Wow ¿Qué sigue? ¿Qué Hisoka se vuelva el monje de una iglesia? —Lyon puso un tono de ironía que molesto al albino. Iba a decir algo pero una voz infantil y risueña lo interrumpió.
—¡Príncipe ya me entere que se quedara con nosotros vivaaaa!-Grito mocionada al tiempo que abrazaba al nombrado y este le correspondía el abrazo con una sonrisa cálida.
—Así es pero no será por mucho tiempo—Miro por un momento a Killua el cual le saco la lengua queriendo molestarlo.
—En ese caso debemos jugar mucho antes de que se valla—Sonriendo tomo la mano del moreno y caminaron hasta llegar a la puerta de la habitación, el albino los miro anonadado.
—¡Es-Espera Alluka!—A gran velocidad se posiciono en el marco de la puerta, la chica lo miro curiosa y el moreno sonrió al albino de oreja a oreja como burla—¿A-Adonde te lo llevas? El príncipe está cansado debido a un “viaje nocturno” que hizo por la noche, debe quedarse todo el día descansando en su cuarto.
—¡Oh no estoy cansado! siempre tendré energías para jugar con Alluka-Killua lo miro como queriendo matarlo pero luego suspiro.
—De acuerdo.
—¡Yay!-Grito a la vez que le daba un chócala con las dos manos al príncipe, el cual estaba contento a mas no poder pero lo siguiente que escucho le borro la sonrisa.
—Pero también iremos Hisoka, Lyon y yo—Dijo mientras ponía una sonrisa astuta mirando a Gon el cual bufo por lo bajo.
—¡Qué bien! hace mucho que no salíamos hermano—Dijo inocentemente, no tenía ni idea de lo que realmente estaba pasando.
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Ya era medio día y los cinco estaban caminando por el mercado, Alluka le enseñaba sus tiendas favoritas a Gon el cual la trataba gentilmente y le sonreía contento, ahora mismo estaban mirando como Lyon le ganaba a las vencidas a un hombre solo para ganar un oso de peluche para la chica. Killua miraba fijamente al príncipe cosa que notaba Hisoka quien puso una sonrisa divertida.
—¿De qué te ríes?—Dijo ya fastidiado de la burlona cara del adulto.
—Te llama la atención ¿Verdad?—Decía mientras apuntaba a Gon quien retaba a Lyon en un juego de vencidas sin enterarse de nada, Killua se ruborizo fugazmente ya que inmediatamente puso una cara de fastidio.
—Ni tanto.
—Entonces ¿Por qué no le quitas los ojos de encima?
—Solo lo estoy vigilando.
—Con que poniendo excusas, que lindo—Soltó una risilla baja que molesto al peli blanco, le iba a insultar pero le pusieron un pastel en frente suyo. Gon le estaba dando un pequeño pastel de chocolate.
—¿Qué es esto?—Sorprendido tomo el objeto entre sus manos.
—Es un pastel—Dijo tranquilamente mirando al albino que seguía sin entender bien la situación.
—¿Por qué me lo das?
—Alluka me dijo que son de tus favoritos—El mayor se sorprendió, pero luego sonrió de manera astuta.
—Si tu plan es darme un pastel envenenado te informo que soy resistente a los venenos—De repente vio como Gon lo miraba asombrado.
—¿De verdad? ¡Esos es genial!
—¿Eh?—Se sonrojo un poco al ver como el menor lo admiraba.
—No esta envenenado jefe—Apareció Lyon tranquilamente y junto a él estaba la pequeña Alluka abrazando a su oso contenta-lo compro simplemente para dárselo.
—E-En serio ¿Por qué?—Pregunto dirigiéndose al peli negro que se quedó por un momento pensativo.
—No sé, solo quería dártelo—Dijo finalmente cosa que ruborizo un poco a Killua.
—Idiota, volvamos que tengo hambre.
—¡No soy idiota!—Hisoka se les quedo viendo con una sonrisa divertida mientras los sequía.
Ahora caminaban por el bosque nevado dado a la orden de Killua de regresar al escondite, este veía como Alluka y Gon jugaban tirándose bolas de nieve mientras avanzaban por el camino.
— (¿Cómo es que se volvieron tan unidos?)—Pensaba intranquilo observando al par, Lyon se puso a su lado.
—Parece que se divierte a pesar de que es prisionero de una banda de ladrones.
—No es el único que la está pensando bien—Pronunció con una gotita que le rodaba en la cabeza al ver como Hisoka les lanzaba dos bolas de nieve justo en la cara a los menores uniéndose al juego, ahora era una batalla de dos contra uno—pero que inmaduro ¿No lo crees?—no recibió respuesta—¿Lyon? Ah…—fue lo que alcanzo a pronunciar al ver como el nombrado estaba haciendo una muñeca de nieve con tetas grandes—Pero que ¡AGH!—Grito al sentir una bola impactando en su espalda.
—Ajaja te atrape—Divertido Gon miraba la reacción del mayor el cual se volteó a mirarlo de forma gatuna.
—¡Me las pagaras!—Grito antes de ir tras el menor con una gran bola de nieve sosteniendo por encima de su cabeza, el moreno corría hacia un árbol divertido por el juego ¿Desde cuándo no se divertía así? Ese pensamiento le rondaba en la cabeza por lo que no se dio cuenta que alguien se dirigía a él balanceándose en una liana, de repente lo agarraron de la cintura desapareciendo de la vista de los demás—¡¿Qué demonios?!—dijo impactado dejando caer la nieve que llevaba.
—¡Príncipe Gon!—Grito asustada Alluka.
—¡Ajajaja se les acabo la diversión basuras!—Grito una voz burlona, el albino se volteó mirando de donde venía, estaba un hombre delgado, moreno y calvo que sostenía de la cintura a Gon quien lo miraba sorprendido, estaban parados en la rama de un árbol.
—Valla creo que no vino solo—Dijo con una sonrisa Hisoka al ver como otros cuatro hombres salían de unos matorrales, en seguida Killua se puso en frente de su hermana para protegerla y Lyon se posiciono delante de aquellas personas.
—¡Ajajaja nada de lo que hagan servirá contra nosotros!—El moreno se soltó de su agarre empujándolo y lo miro molesto.
—¡¿Quiénes son ustedes!?—Pregunto serio a lo que otro hizo una reverencia.
—Su majestad hemos venido a rescatarlo, su padre dará una buena recompensa para quien lo lleve de regreso sano y salvo—Puso una sonrisa maliciosa mirando al príncipe que estaba sorprendido.
—¿Mi padre?
—Así que ignoro mi amenaza…—Decía entre dientes molesto el albino.
—Aun no responde ¿Quiénes son ustedes?—Retomo la pregunta Lyon a lo que el hombre soltaba una carcajada junto a sus camaradas.
—¡Somos caza recompensas de elite y nos llevaremos este gran tesoro!—Dijo alardeando refiriéndose a Gon el cual lo miraba molesto.
—¡No te atrevas imbécil, ese príncipe es mío! ¡Consíguete el tuyo!—Grito furioso mientras se acercaba al árbol donde estaba aquel hombre y Gon.
—¡Ja! En ese caso—Con la liana se impulsó hacia delante y de un salto bajo al suelo quedándose justo detrás de Alluka.
—¡Kyaaaa!
—Está bien que me quede con esta linda niña ¿Verdad?—Con el brazo apresaba el cuello de la pequeña que forcejaba asustada.
—Maldito…—Murmuro con furia y tanto Hisoka y Lyon sabía lo que venía.
—Pobre hombre…—Murmuró el peli naranja con aburrimiento.
—Tonto ingenuo—Agrego Hisoka igual de aburrido.
—Estoy seguro de que algún pervertido la querrá ¿No lo cree? O quizás me la quede—Estaba a punto de lamerle la oreja a la menor quien horrorizada lo miraba sin poder hacer nada, Killua estaba listo para matarlo pero de repente una patada voladora estampo contra un árbol al malhechor.
—¡Gha!—Pronunció antes de caer inconsciente, sus camaradas quedaron sin habla al ver como el príncipe había atacado a su líder y ahora daba unas volteretas en el aire hasta caer perfectamente al suelo.
—¡No me importa que hayan venido por mí! ¡No se le hace eso a una niña!—Grito muy molesto mientras abrazaba a la pequeña que respiraba aliviada, Hisoka y Lyon lo miraban sorprendidos el albino estaba igual pero con una sonrisa de fascinación en su rostro.
—¡Maldito atrevido!—Uno de los hombres le disparo una flecha al menor pero debido a su experiencia con esa arma pudo esquivarlo fácilmente dejando a un lado a la pequeña que le daba ánimos encantada.
—Eres pésimo, tienes que sostenerlo firme pero suave—Acto seguido a gran velocidad de un puñetazo dejo inconsciente al hombre.
—¿Deberíamos ayudarlo jefe?—Susurro Lyon un tanto incómodo.
—Ssh no interrumpas.
—Ya lo oíste—Tanto el peli roza como el albino estaban fascinados y Lyon los miraba con una gotita en su frente. Ahora otros dos hombres corrían hacia Gon, uno por la izquierda y el otro por la derecha, el menor ni se inmuto y cuando estuvieron cerca dio un salto extendiendo sus piernas clavándoles una patada a cada uno en la cara, el ultimo caza recompensas fue hacia el príncipe este se dirigió hacia un árbol corriendo por el tronco hasta dar una voltereta y quedar atrás del hombre y darle un puñetazo.
—Wow—Fue lo que alcanzo a decir Killua al ver como ese chico acabo el solo contra esos fanfarrones, el también habría podido y en mucho menos tiempo pero eso es cosa de todos los días en cambio un príncipe repartiendo hostias no.
—¡Eres increíble príncipe Gon!
—En verdad fue un buen espectáculo—Hisoka y Alluka fueron hacia al menor para felicitarlo.
—Nunca espere ver a un príncipe pelear de forma tan callejera—Decía Lyon arqueando una ceja impresionado, el menor se rascaba la parte de atrás de la cabeza avergonzado de escuchar tales palabras de admiración, en Ballena nunca le hubiesen dicho eso, en seguida le hubieran sacado un largo sermón de que un príncipe no debe hacer eso y las mil y un razones del por qué no. Killua lo miraba entre sorprendido, impactado y maravillado sabía que ese chico era diferente pero no tanto.
—¿Y ahora qué? Killua—La voz de Hisoka llamo la atención del albino y lo saco de sus pensamientos, vio como los demás lo miraban curiosos y se quedó pensativo un momento y hablo.
—Regresemos por ahora—Todos excepto Gon asintieron de acuerdo, este último quería todavía seguir jugando después de todo era la primera vez que estaba en tierras nevadas sin embargo no se negó ya que era un prisionero, tan metido estaba en ese pensamiento que no noto que el albino caminaba junto a él, este lo miro curioso—dime algo—dijo llamando la atención del moreno—¿Por qué un príncipe como tú? Que tiene grandes riquezas, una enorme tierra, súbditos que te adoran y harían cualquier cosa por ti ¿Necesita saber artes marciales y persigue ladrones por los tejados?—Arqueo una ceja al ver como el peli negro soltaba una risilla bajita.
—Es verdad que un príncipe no hace esas cosas—Miro con una sonrisa al mayor el cual se sonrojo un poco y desvió su mirada al camino, el moreno hizo lo mismo—pero yo necesito hacer esto—puso una mirada triste que noto el otro—mi padre cree que soy como mi madre—Killua se sorprendió un poco al escuchar eso.
—¿Tu madre?
—Si la difunta reina, ella era hermosa, delicada y muy buena en arquería, era amada por todos los aldeanos y amaba tanto a sus tierras que nunca salió de ellas, mi padre cree que soy igual pero se equivoca—Puso una mirada decidida que asombro al albino, este siguió escuchando atentamente—amo a Ballena, siempre será mi hogar, pero yo no quiero estar toda mi vida sin pasar más allá de la puerta del castillo, quiero viajar a todos lados, conocer personas hacerme más fuerte, no casarme con una chica que nunca eh visto y mudarme a otra prisión—Frunció el entrecejo al recordar aquel intento de compromiso, Killua no le demostraba pero estaba sorprendido, nunca creyó que había un príncipe así—pero mi padre no quiere escucharme… Siempre dicen que nos parecemos pero además de la apariencia física somos muy diferentes—hablo con tristeza y el otro lo miro atento y con una duda en el interior que tenía que ser respondida.
—¿Por qué no huyes?—Pegunto finalmente sorprendiendo al menor, se sintió un poco choqueado al escucharse a sí mismo y agradeció que los demás estaban delante de ellos a una buena distancia para que no los escucharan.
—¡Definitivamente no!—Decía con una seguridad que impresionaba al otro—si huyera seria como decepcionar a todos los que me quieren, sería un cobarde y eso sí que no, no importa que convenceré a mi padre de que me deje ir así tenga que renunciar a ser príncipe—Decidido miraba a Killua el cual estaba fascinado con su valor y esbozo una sonrisa.
—Tienes razón, huir es camino de cobardes lo lamento su majestad—Sonrió honestamente lo que hizo que se ruborizara un poco Gon.
—N-No te preocupes ¿Sabes? Es la primera vez que hablo de esto con alguien.
—Es la primera vez que escucho toda la conversación emotiva de un príncipe problemático—Rio un poco al ver el puchero que puso el peli negro.
—¡Ah por cierto!—Dijo acabando de recordar algo.
—¿Qué pasa?
—No me llames príncipe o majestad, llámame Gon—Sonrió cálidamente cosa que hizo sonrojar al mayor.
—De-De acuerdo…
—Neee…
—¿Qué?
—¿Está bien si te llamo Killua?—Pregunto tímidamente, el otro puso su manos detrás de la cabeza desinteresadamente mientras bostezaba.
—Si está bien.
—Killua.
—¿Ummm? ¡AHG!—Grito al sentir nieve en su cara, el menor rió al ver su expresión pero en seguida sintió otra bola de nieve en su cara.
—¡Yo también juego!
—Supongo que el regresar al escondite se pospondrá.
—Ni modo pues—Así fue como los cinco empezaban otra guerra de nieve justo como quería el peli negro sin saber en lo absoluto de los problemas que se les acercaban.
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En el reino de Nostrade, en una habitación elegante y lujosa estaba un rey caminando por todos lados intranquilo debido al secuestro de su único hijo, en eso sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar como tocaban su puerta.
—Pasa—Ordeno a lo que entro Kaito con una cara seria—¿Entonces?—pregunto ansioso.
—Lo siento aun no consigo ningún tipo de información sobre el paradero del príncipe—El rey al escuchar la negativa del otro se dejó caer en un sillón cansado y tenso, el peli largo se sentía fatal al verlo así—n-no se preocupe seguiré buscando y gracias a la recompensa alguien nos dará información o traerán de vuelta al príncipe.
—Si debo creer en eso…—Murmuro bajo, trataba de ser fuerte—¿Le informaron a Mito?
—Ya hemos enviado una carta a las tierras de Ballena.
—Seguramente vendrá a matarme cuando se entere que me negué a pagar oro para salvar a Gon—Dijo más para sí mismo.
—Mi rey…
—Está bien Kaito, por ahora retírate y mantenme informado.
—Entendido—Hizo una reverencia y se retiró de la habitaciónl. Kaito había estado buscando junto a Kurapika a Gon por todos lados desde que fue secuestrado por esos ladrones y no ha conseguido ningún tipo de información, todavía tiene mucho que hacer.
Afuera del castillo en el pueblo, Kurapika y Leorio estaban pegando carteles en las paredes, tenían la foto del príncipe y abajo la recompensa para quien lo trajera de vuelta sano y salvo.
—Espero que este bien…—Murmuro preocupado el medico viendo la imagen del menor.
—Él está bien es más fuerte de lo que parece—Decía mientras pegaba a la pared un cartel.
—Lo conoces muy bien.
—Prácticamente lo conozco desde que nació, hasta entrenamos juntos.
—Parecen como hermanos.
—¿De veras?—Empezaron a caminar mientras conversaban tranquilamente. Al ver que se alejaban dos personas se acercaron a la pared para saber el por qué el pueblo armaba tanto jaleo, uno estaba vestido tipo samurái color gris con pelo negro sujetado con cola de caballo y el otro estaba vestido de negro, su piel era más pálida y su pelo era oscuro también, sonrió de manera maliciosa al ver el folleto.
—Nobunaga—Pronuncio tranquilamente y el nombrado lo miro.
—¿Si jefe?
—¿Qué te parece la recompensa?— Pregunto a lo que el otro miro el cartel aburrido.
—No está mal…
—¿De veras? Yo creo que puedo conseguir algo mucho mejor con ese príncipe en mis manos—Nobunaga vio la sonrisa maliciosa de su jefe y adivino lo que tenía en su mente.
—Lo traeré para usted si así lo quiere Kuroro Lucifer pero no es por la recompensa ¿Verdad?
—Con ese príncipe haremos caer tanto al rey de Ballena como el de Nostrade—Hablo entre risas.
Una tormenta de problemas se acercaba al príncipe raro y al ladrón ya no tan peligroso…
Continuará…
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