—¡Mito san!—Después de dejar su mochila en la entrada de su casa corrió a abrazar a la mujer de cabellos naranjas—¡Estoy en casa!
—Bienvenido—Acarició la cabeza del niño con ternura—en la cocina ya serví tu almuerzo.
—¡Yay!—Corrió con emoción bajo la mirada cariñosa de la mujer, de repente el teléfono de la sala sonó llamando su atención y con rapidez fue a atenderlo.
—¿Bueno?
—Soy yo—Reconoció esa voz de inmediato y su expresión cambió a malhumorada.
—¿Dónde has estado?—Hablo tosca y se oyó un suspiro en la línea.
—Trabajando.
—Cierto como siempre.
—Mira, voy a regresar la semana que viene para el cumpleaños de Gon.
—¡Caramba! ¡Que buen padre!—Hablo con el mayor sarcasmo del mundo—¿Si quieres sabes cuantos años va a cumplir tu hijo?
—Cumplirá siete años.
—Va a cumplir ocho años, imbécil—Otro suspiro en la línea.
—Mira solo quería avisarte, de paso voy a llevar compañía—La mujer arqueó la ceja, ese hombre no tiene muchos amigos que digamos.
—¿Va a traer a Kite?
—No, es…—De repente se escuchó en la línea como se abría una puerta—¿De dónde sacaron esos chocolates?—Mito no podía oír bien, pero pudo distinguir como unos murmullos ¿Un niño tal vez?—¡¿Mi billetera?! ¡Estás en graves problemas! ¡No espera no te… ACK! ¡Mito te explicare cuando valla!
—¡Ging espera!—Fue muy tarde ya habían colgado, Mito quedo pensativa ¿Había un niño con Ging? ¿Por qué?
—¿Estabas hablando con papa?—La voz del pequeño la sobresalto, la miraba con curiosidad.
—S-Si—No tenía corazón para mentirle, más cuando sabía cuánto ese niño admiraba a su padre a pesar de todo.
—¿Qué te dijo?
—Vendrá en tu cumpleaños…—Los ojos castaños del pequeño brillaron de emoción.
—¡Yay! ¡Le preguntare que cosas ha hecho!—Salió corriendo de la emoción bajo la mirada de preocupación de la mujer.
—Solo espero que no nos salga con algo…—Dijo para sí misma en un suspiro de cansancio.
Continuará…
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