domingo, 11 de septiembre de 2016

Capítulo 9: ¡Feliz primer día de escuela Killua!

—Caminen en la acera y donde yo pueda verlos—Decía Mito caminando detrás de sus niños y observándolos con una sonrisa. 

Gon caminaba al frente con una sonrisa al igual que Alluka a su lado, ambos estaban de excelente humor a diferencia de Killua que andaba a paso perezoso y cara de dormido. Por lo que presentía ya estaban cerca, veía a otros chicos con su mismo uniformes acompañados de sus padres o quien sea que cuide de ellos. Bostezo y froto su ojo somnoliento.

—¿Cómo es la escuela?—Pregunto su hermanita con un tono de emoción y curiosidad.

—¡Oh es enorme! ¡Y tiene un gran patio!—Respondía Gon igual de emocionado que la otra—también hay una cafetería donde sirven una comida deliciosa, aunque no tan buena como la de Mito san—la aludida le sonrió dulcemente.

—Ya llegamos—Anuncio la mujer ya en frente de un portón blanco abierto, mostrando un enorme edificio de unos dos pisos—los vendré a buscar a la tarde, pórtense bien—apreso a los tres en un cariñoso abrazo. Para Gon eso era normal y lo acepto gustoso, Alluka un poco ruborizada también acepto el gesto de cariño, ahora Killua el mayor de los tres estaba hecho un manojo de nervios, aun no estaba acostumbrado a esa expresión de sentimientos física. 

Los tres despidieron a Mito para luego adentrarse en el colegio.

—¡Gon!—Una voz infantil llamo al aludido el cual volteo con una sonrisa al reconocerla en seguida, cosa que no paso por alto Killua.

—¡Zushi!—Un niño moreno de cabello castaño corría hacia él con una sonrisa brillante, se saludaron con la mano en gesto amistoso bajo la mirada del albino.

—¡No te he visto desde tú cumpleaños! Te quedaras solo si abandonas así a tus amigos—Regaño fingiendo molestia a lo que Gon reía con su mano detrás de su cabeza.

—Jeje sucedieron muchas cosas—Luego se hizo a un lado mostrando la chica que lo miraba curiosa y a un albino con mala cara—Zushi, ellos son mis hermanos. Alluka y Killua—el moreno se sorprendió de sobremanera.

—Wow esto si es nuevo ¡Mucho gusto!—Saludo al par, Alluka le sonrió en respuesta, ahora… sentía una intensa daga atravesando a su cabeza pero cada que miraba la dirección de donde venía esa sensación se encontraba con la mirada azul oscura de aquel albino, obviamente de allí no proviene ¿verdad? ¿Sera su imaginación?

—Jóvenes—Una voz femenina los interrumpió, una rubia en cola de caballo de ojos rozas los miraba de manera estricta—dentro de poco empezara la ceremonia de inauguración, dense prisa o llegaran tarde.



—Piérdete rubita, no estamos hablando contigo—Dijo de manera tosca Killua, por alguna razón estaba de mal humor, a la chica le salió una venita palpitante y tanto Gon como Zushi temblaron en anticipación.

—¡Ki-Killua para!

—¡Bisky sensei por favor discúlpelo es nuevo!—Gon alejo al albino de la aludida mientras Zushi hacía varias reverencias en señal de disculpa.

—¡¿Ella es una sensei?!—Decía sorprendido a lo que Gon asentía numerosas veces.

—¡S-Si! ¡Así que no la hagas enfadar!—Hablaba nervioso bajo la mirada extrañada del albino—¡Allí donde la vez ha estado trabajando aquí durante años!

—¿Entonces es una anciana?—Un aura negra se posicionó atrás suyo y cuando volteó se encontró con un puñetazo que lo mando a volar.

—¡POR DENTRO SOY UNA QUINCEAÑERA!—Grito en furia la chica horrorizando a los presentes.

—¡Bisky sensei! ¡Perdónelo por favor! ¡A-Además a sus cincuenta se ve bastante joven!—Gon trato de intervenir pero salió volando en la misma dirección que Killua por otro puñetazo propinado por la furiosa chica. 

—¡TENGO CUARENTA Y CINCO!—Corrigió para luego dar media vuelta y retirarse a pisotones fuertes bajo las miradas choqueadas de Alluka y Zushi.

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—Agh…

—Ouch… Bisky sensei no ha dejado de ir al gimnasio—Ambos se levantaban con sus mejillas hinchadas y enrojecida—de paso tiene buena puntería, mira donde estamos…—Killua alzo la mirada y miro alrededor. No sabía como pero se encontraban en el interior del colegió en un pasillo cualquiera. El moreno se levantó, limpió su ropa y extendió la mano hacia el mayor ayudándolo a ponerse de pie—¡Vamos! Te guiare hacia el gimnasio, allí se hará la ceremonia de entrada.

—¿Y Alluka?

—Seguramente Zushi también llevara allí a Alluka—Le sonrió al albino y empezó a caminar siendo seguido por el otro.

Killua miraba con desinterés el pasillo, era verde claro con piso de cerámica blanca, había unas ventanas en la paredes, y… más nada. Ya extrañaba estar en la televisión y el chocolate.

Aburrido bostezo nuevamente y diviso que se acercaban a un salón de clase. “Salón de cocina” decía un letrero de madera en la puerta, noto que estaba entre abierta y escuchaba unos murmullos raros, así que cuando paso por al lado y sin que Gon lo notara medio fisgoneo por dentro. Jamás pensó que vería algo así…

—JE…JE…JE—Se oía una risa de ultra tumba. Lo que parecía una especie de fantasma, de una mujer de piel pálida y un largo cabello rizado que tapaba toda la parte delantera de su rostro, cortaba con un filoso cuchillo de acero brillante las cabezas de unas galletitas con la curiosa apariencia de Gon.

—¡…!—Tapo su boca para evitar pegar un grito a los cuatro vientos, su expresión cambió a una totalmente azul del terror—mierda…

—Killua no digas malas palabras—Dijo Gon ya mirándolo extrañado de su comportamiento.

—¡Gon tenemos que salir de aquí!

—¿Eh? ¿Por qué? 

—¡Ssh! ¡Baja la voz harás que nos maten!

—¿Ah? ¿Por qué susurras?—Killua lo jaloneo del brazo y lo puso de espaldas tomándolo de los hombros, apunto a la dirección a donde estaba la “fantasma”. Gon observo con total naturalidad como aquel ser le ponía un jarabe rojo a la apertura en el cuello de las “galletitas Gon” haciendo parecer como si estas se estuvieran desangrando.

—G-Gon e-esa tipa tiene un fetiche muy raro contigo, huye mientras puedas.

—No es un fetiche, solo está cocinando.

—¿Qué?

—Se llama Palm, es la sensei de economía doméstica—Explico con tranquilidad bajo la expresión de impacto de Killua.

—¡Está cortando las cabezas de unas galletas con tu apariencia!

—Si… dijo que mi apariencia dulce le daba un toque especial a sus postres, es muy buena pero me cuesta comerme a mí mismo—Hablo apenado sin notar para nada la paranoia del albino—vamos te la presentare.

—¡Ni de coña! D-Digo… mejor démonos prisa para llegar a la ceremonia jeje…—Empezó a empujar al menor entre risas nerviosas, en su puta vida va a tratar con esa lunática. A paso veloz se alejaron de aquel salón que despedía un aura negra bajo la mirada confundida de Gon. Siguieron andando por el pasillo y Killua se hallaba más alerta que cuando llego—G-Gon…—llamo inseguro y el aludido lo miro de reojo—¿Este colegio suele ser tan… extraño?

—¿Extraño?

—Ya sabes, lo digo por… sus profesoras cuarentonas con apariencia de lolis y las espeluznantes locas.

—Estas exagerando Killua—Dijo negando con la cabeza con una sonrisa—Bisky y Palm senseis solo son únicas—el mayor lo miro desconfiado.

—¿Hay alguien más que sea así de “único”?—Resalto las últimas palabras haciendo el gesto con las manos, Gon miro al techo y se llevó el dedo a sus labios en un expresión pensativa.

—Pues…

¡BOOM! Un salón a unos metros de ellos de la nada había explotado, un pequeño y chamuscado letrero cayo a sus pies, Killua, hecho una piedra por cierto, leyó en el “Laboratorio de ciencias” luego desvió la vista hacia Gon, este aún mantenía su vista en el techo pensando como si no hubiese notado nada, no, era peor… era como si hubiese vivido eso millones de veces y a esta altura le diera igual.

—¡Cof cof!—Tosía alguien de forma violenta, de la nube de polvo formada por la explosión se divisaba una silueta.

—¡Kurapika kun! ¡¿Estas bien?!—Del enorme hueco quemado de la pared que antes era la puerta salió una joven de cabello violeta azulado, en su estado normal estaría liso pero ahora estaba parado y chamuscado. La nube de polvo se disipo y mostró a un rubio sentado en el piso y con ropas quemadas, la chica se agacho a su altura ya frente a él y lo miraba con expresión preocupada.

—Lo siento… Senritsu…—Murmuro el rubio mientras se ponía de pie siendo ayudado por la otra.

—Buen intento, joven Kuruta—Ahora un hombre alto de piel pálida y cabello negro, vistiendo un traje totalmente oscuro, salía del ya antes mencionado enorme agujero—pero esto es lo que sucede cuando le echa mucho cloro a una solución química tan delicada como esa, que bueno que el edificio entero no salió volando, sea más cuidadoso—decía con una sonrisa de superioridad e ignorando que su hombro derecho estaba en llamas.

—(¿Solución química? ¿Qué tipo de solución química practicada en un ambiente escolar explota de esa manera? ¡¿Una puta bomba nuclear?!)—Pensó Killua mientras los observaba con un tic en el ojo.

—Veo lo mucho que se esforzó así que… les daré un “ocho”—Ante sus palabras malintencionadas el rubio lo miro con rencor, tanto así… que sus ojos… ¿Cambiaron de color? ¿Qué mierda de dislexia tiene como para que sus ojos cambien de color?—siga así joven Kuruta y algún día… considerare ponerle un nueve—y se retiró con una sonrisa de satisfacción e ignorando en todo momento que su hombro tenía una enorme llama.

—Tch… disfruta arruinando mi perfecto record de notas, yo lo sé...—Se quejó el rubio entre dientes molesto mientras empezaba a andar ayudado por la chica.

—Está bien, Kurapika, un día le sacaras un enorme diez y se lo restregaras en la cara…—Decía ella intentando animarlo.

Killua choqueado miraba como ese grupo se retiraba tranquilo a pesar de haber realizado una explosión de esa magnitud ¿Es que no harán nada con el puto desastre que hicieron?

—No Killua—Hablo por fin Gon—no creo haya alguien más así de único—decía sonriendo como si nada bajo la expresión de poker del albino.

Al cabo de un rato llegaron al gimnasio donde se haría la ceremonia de inauguración de clases, ya todos los estudiantes estaban sentados en los asientos acomodados a lo largo del lugar, Alluka y Zushi les habían apartado los puestos. Frente a todo el público se encontraban los respectivos profesores y las autoridades al mando. Un anciano con barba larga blanca se paró frente a un micrófono. 

—Saludos queridos estudiantes—Dijo con una sonrisa cruzando sus manos—para los que no me conocen soy el director Netero, estoy seguro que muchos están ansiosos por ir al tabloide y ver en que secciones quedaron pero les pido un poco de paciencia. Hay algunas reglas que deben escuchar y cumplir en esta institución, por ejemplo no deben usar los teléfonos celulares en los pasillos, deben mostrar buena y respetuosa aptitud cuando usen su uniforme fuera de la institución y…—justo cuando Killua creía que iba a ser una asamblea normal se escuchó un estruendo…

—¡PITOUUUU!—Grito un hombre enrabietado sin camisa mostrando su piel… ¿roja? —¡Maldita! ¡Fuiste tú la que puso pimiento verde en mi uniforme! ¡¿Verdad?! ¡Sabes que me pone como un puto tomate!

Los profesores anticipándose a lo que venía se hicieron atrás excepto una de traje azul y cabello corto plateado, su expresión gatuna la delataba como culpable.

—No sé de qué me estás hablando…—Se hizo la inocente enfureciendo más al otro.

—¡No te hagas la idiota conmigo malnacida!—Agarro el escombro de una pared y para el terror de muchos lo lanzo a la mujer que ágilmente lo esquivo.

—G-Gon ¿Quiénes son esos?—Pregunto Killua viendo como ese par corría de un lado a otro haciendo destrozos y llevándose a todo ingenuo que este por delante.

—Son Neferpitou sensei y el vigilante Menthuthuyoupi, no te preocupes, se pelean todo el tiempo. Se parecen un poco a Mito san y a papa—Respondió con una sonrisa nerviosa.

Lo que asombraba no era el hecho de que esos dos prácticamente se mataban entre sí, sino que el director seguía relatando las reglas como si nada, como si escombros y piedras de tamaño considerable no volaran por sobre su cabeza.

Killua parpadeó por un momento… y luego sonrió…

“Bueno… quizás ir a la escuela no será tan aburrido como pensaba…”

Continuará…

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