domingo, 14 de agosto de 2016

Capítulo 7: La maldición del lobo.

Las nubes grises invadían el cielo dejando caer violentamente las gotas de lluvia al suelo. Los ecos de los truenos retumbaban en aquella mansión, y en el salón principal se encontraba Kayano caminando de un lado a otro extendiendo con su brazo a lo alto un celular.

—¡Ack! ¡Odio cuando llueve! ¡Hace que la señal del Wifi llegue más lenta!—Se quejaba la chica intentando usar con mucha paciencia la poca señal que le llegaba siendo observada por Yurei la cual estaba sentada en las escaleras junto a Karma quien se hallaba recostado en estas. La fantasma miro al peli rojo confusa.

¿Tenemos wifi?—Pregunto a lo que Karma se encogió de hombros restándole importancia. 

—¡No digas eso Kayano chan!—Kevin se acercaba a la aludida la cual arqueaba una ceja intrigada—no puedes odiar a la lluvia, es nuestra principal fuente de agua dulce, sin ella morirías de deshidratación y el planeta tierra se secaría hasta extinguir toda fuente de vida—asentía cual viejo sabiondo—no puedes odiarla ya que prácticamente te dio la vida, por eso, cada que llueve, agradece al cielo por dejar caer tal bendición sobre nosotros…

—¡LA PUTA MADRE CON ESTA LLUVIA!—Un grito de furia sonó en todo el salón opacando por completo el anterior discurso, Nagisa bajaba por las escaleras a la velocidad del rayo sosteniendo en sus brazos diferente jarras y olletas—¡Muchachos las goteras en el techo regresaron! ¡Kevin y Yurey vallan a la cocina y pongan esto en donde caigan las gotas! ¡Kaede y Karma, lo mismo pero en sala de “los premios”!—hablaba mientras repartía entre los nombrados los diferentes envases con mucha prisa—¡Yo me encargo de la biblioteca! ¡Vallan ahora!—y salió disparado de regreso a las escaleras. 

Valla… eso fue rápido…—Decía la fantasma ligeramente sorprendida mientras Kayano se tomaba una selfie con las cubetas.

—#tapandogoteras…—Susurro mientras toqueteaba su teléfono.

—Vamos Kayano chan, Nagisa nos matara si sus amados premios se dañan por la lluvia—Dijo juguetón el peli rojo mientras se apresuraba a irse seguido de Kayano. 

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La luz de un rayo alumbro brevemente la habitación, sus paredes eran de color marrón claro con lámparas antiguas en cada lado para dar algo de luz, y un piso alfombrado de color verde oscuro. Ese lugar estaba lleno de mostradores de vidrio con diferentes objetos en su interior. La peli verde estaba muy concentrada poniendo envases en donde viera goteras cuando escucho una voz detrás de ella.

—Kayano chan…

—¿Si? ¡KYAAAA!—Grito espantada al encontrarse con un lobo negro enorme con colmillos puntiagudos y ojos rojos sangre, tenía la mandíbula bien abierta totalmente hambriento aterrándola—n-no me comas.

—Jajaja—Escucho una risa burlona que reconoció en seguida y fue ahí cuando notó que solo era lobo en la cabeza, el resto era el cuerpo de Karma. 

—¡Karma!

—Debiste ver tu rostro—Se quitó la máscara y la puso a un lado bajo el mohín de la otra.

—¿Por qué tenemos una máscara tan fea? 

—No es una máscara, es un cabeza de hombre lobo disecada—Explico mientras ponía un envase en una gotera junto a ellos—nos la llevamos por las suplicas de una aldea.

—¿Por qué?—Pregunto con curiosidad tomando la cabeza de lobo y mirándola fijamente.

—Porque está maldita, el espirito de un hombre lobo con furia y resentimiento hacia los humanos está encerrado dentro y salía para devorar a todo aquel que estuviera a su alcance—Miraba unos mostradores de vidrió y los tapaba con plástico para protegerlos de la humedad sin notar como la chica jugueteaba con la cabeza.

—¿Hace cuánto fue eso?

—Hace tres mil años, aun no estabas con nosotros—Respondió tranquilamente—sino mal recuerdo Nagisa uso un conjuro para mantenerlo dentro.

—Karma…

—¿Hm?

—¿El hechizo se llamaba descanso y paz?

—Si ¿Cómo lo…?—Cuando volteó a ver a la peli verde esta le mostraba con una sonrisa nerviosa un trozo de papel con las palabras dichas.

—Esto…—Empezó a tartamudear cual niña pequeña en problemas—s-salió de su boca cuando lo m-moví—cuando se refiere a “mover” es que lo lanzo hacia el techo cual pelota mientras Karma no miraba—etto… no es nada importante ¿Verdad?—el peli rojo la miraba sin expresión alguna—¿Karma?

—Nos jodimos…—Justo al decir esto un trueno ruidoso se escuchó y las luces se fueron dejándolos a oscuras y asustando a la peli verde.

—¡¿La luz se fue?!—Dijo alarmada mientras sacaba su celular con linterna—¡¿Por qué?! ¡Son lámparas mágicas! ¡No se pueden apagar a menos que…! 

—Haya una mala vibra poderosa o un intruso ha entrado—Completo Karma serio—en este caso puede ser ambas, Kayano creo que liberaste a un espíritu vengativo hambriento de sangre.

—¡¿Qué?! ¡O no! ¡Lo siento tanto! —Decía con voz llorosa y asustada—¡¿Qué vamos a hacer?!—de repente la puerta de la habitación fue abierta abruptamente dejando ver a un Kevin alarmado. 

—¡Chicos tienen que ver esto! ¿Eh? ¿Kayano chan?—La aludida se hallaba en una esquina en el techo sujetándose cual gato miedoso—¿Qué sucede?

—Primero dinos que paso—Interrumpió el peli rojo.

—Ah es en el gran salón, vengan.

Bajaron las escaleras rápidamente y se encontraron con las puertas principales abiertas y dejando entrar el violento viento de la tormenta.

Hay huellas… de barro aquí…—Anuncio Yurei apuntando al rastro en el piso rojo que iba desde la puerta hasta las escaleras.

—Yurei y yo estábamos terminando de tapar las goteras cuando las luces se apagaron y entonces escuchamos un ruido venir de aquí, cuando llegamos encontramos todo esto—Explicaba al pensativo Karma—alguien entró sin permiso y no creo que haya sido un cliente.

—No lo es…

—¡ES EL LOBO QUE NOS VIENE A COMER!—Grito Kayano corriendo de un lado a otro totalmente asustada—¡SEGURAMENTE VA A COMERME DE PRIMERA! ¡A LOS LOBOS LES ENCANTA LAS LOLIS! ¡¿NO VIERON CAPERUCITA ROJA?! ¡PUTA NATURALEZA POR HACERME TAN PEQUEÑA Y LINDA!—los presentes la observaban correr como loca sin mostrar ni un ápice de sorpresa, como quien ve un programa repetido.

—¿Kayano chan vio otra vez creepypastas en internet?—Pregunto Kevin al peli rojo que se encogía de hombros en gesto desinteresado. 

Debemos… avisar a…—Yurei fue interrumpida cuando Kayano choco con ella cayendo ambas boca abajo contra el piso alfombrado—wah… si estuviera viva me hubiera dolido…

—¡Cierto Nagisa!—Grito la peli verde esperanzada y sentada sobre la espalda de la fantasma—¡Él debe saber cómo enfrentar al monstruo! ¡Ahora mismo le diremos!—acto seguido se levantó y salió disparada por las escaleras. 

—Vamos, sigámosla—Dijo Karma bostezando y subiendo tranquilamente seguido de Kevin y Yurei quien se levantaba perezosamente del suelo. 

No tuvieron mucho problema subiendo los escalones sin luz ya que se sabían la mansión de arriba y abajo. Sin embargo no se esperaban lo siguiente…

—¡NOOOO!—El grito de Kayano retumbo en todo el lugar. Cuando llegaron la peli verde agitaba de forma brusca a un libro rojo—¡Lyon! ¡¿Dónde cojones está Nagisa?!

—¡ACK! ¡¿Qué rayos voy a saber dónde este ese shota?! 

—¡Eres su libro de hechizos!

—¡Pero no su niñera! ¡Bájame rayos! ¡Voy a vomitar mi sopa de letras!—La chica lo soltó y tomo su cara con una expresión de horror.

—¡Se comió a Nagisa! ¡Sabía que era el único que podía detenerlo y por eso se lo comió! ¡Nooo moriremos! ¡Moriremos todos!

Uyy si… que horror—Decía Yurei claramente ofendida mientras se cruzaba de brazos.

—¿Acaso olvido que mientras Lyon esté bien Nagisa también lo estará?—Dijo Kevin a lo que Karma suspiro.

—Tranquila Kayano chan, yo también se cómo detenerlo—Hablo el peli rojo a lo que la aludida lo miro llorosa.

—¿D-De veras? ¿C-Cómo?

—Haciendo otro hechizo por supuesto—Respondió con una sonrisa—necesitamos seis velas, agua limpia, y un listón rojo. Kevin busca el listón, Yurei tú busca el agua. Kayano y yo buscaremos las velas…

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Ahora se encontraban en el gran salón, en medio de un círculo de velas, con el ruido de la tormenta de fondo y el lugar totalmente a oscuras, Kayano se sentía como dentro de una película de terror. 

—Karma ¿Ahora qué?—Dijo temblorosa detrás del aludido.

—Llamar al monstruo—Saco un par de cacerolas y empezó a golpearlas entre si—¡Oh gran lobo hambriento sal de donde estés!—decía caminando alrededor del circulo bajo la mirada de los presentes.

—¿Realmente va a funcionar? Creí que los rituales eran más… elegantes—Decía Kevin dudoso y las chicas asintieron. De repente unos sonidos pegajosos los alertaron. Un bulto enorme y negro se arrastraba hacia ellos, podían ver dos luces rojas simulando ser sus ojos.

—¡Llego!—Grito espantada la peli verde y Karma paro su acción para mirar la criatura con una sonrisa.

—¡Oh gran espíritu vengativo te rogamos que perdones nuestra vida!

—¡Por favor hágalo!—Grito desesperada la chica, la criatura movió la cabeza mirándola y asustándola más de lo que ya estaba. Karma tomo el balde de agua que le había traído Yurei.

—¡Te ofrecemos nuestro humilde sacrificio!—De la nada mojo a Kayano y le puso en la cabeza una cinta roja bajo la mirada de sorpresa de los presentes, antes de que la chica pudiera replicar Karma la alzo sobre su cabeza—¡Acepta está loli mandona como ofrenda y deja vivir al resto! 

—¡¿QUÉ?!—Grito atónita y pataleando desesperada.

—Tú mimas lo dijiste, a los lobos le gustan las lolis.

—¡¿Y me ofrecerás así sin más?!

—¡Alguien tiene que hacerlo Kayano! No tienes que preocuparte…—Sonrió de manera demoniaca para el terror de la chica—yo cuidare a Nagisa muy bien, así que ve y muere tranquila…

—¡KARMA TRAIDOR TRAMPOSO!—Intentaba zafarse del agarre del peli rojo mientras este reía burlón cuando escucharon una voz masculina y carismática.

—¡Buenas tarde chicos!—Todos miraron alrededor buscando el origen de esa voz—por aquí—miraron estupefactos al monstruo que se removía en su sitio, de repente el bulto negro se tiró a un lado dejando un leve rastro de humedad y dejando ver a un chico moreno de ojos oro pálido, sacudía las pequeñas gotas de agua en su ropa que consistía en una camisa blanca con chaqueta negra y pantalones de igual color con unas botas marrones, en su espalda tenía una mochila gris—lamento haber entrado sin permiso pero tenía prisa. 

—Isogai kun tú impermeable da miedo—Hablo Nagisa detrás de ellos en la puerta de entrada, Kayano se sonrojo al verlo y de un salto se soltó de Karma y corrió hacia el peli azul. 

—¡Nagisa estas vivo!—Abrazo al aludido con euforia—¡Creí que te había comido el lobo!

—¿Lobo? Yo solo tapaba las goteras desde el techo, Kayano ¿Volviste a ver crepypastas?—Dijo en un suspiro y separándose de la chica con ojos llorosos.

—¡Es cierto! Por accidente quite el sello que contenía un espíritu hambriento dentro de una cabeza de lobo disecada. 

—¿La cabeza de lobo? Esa cosa no tiene nada, le puse ese trozo de papel para que los aldeanos supersticiosos dejaran de molestar, aunque igual me lo tuve que llevar…—Se quejó recordando con un puchero aquellos tiempos, miro a la chica de nuevo—¿Quién te dijo esa historia?—Kayano miro con odio a Karma.

—Ahora que recuerdo tengo goteras que tapar en mi habitación—Y se dio a la fuga por las escaleras seguido de una furiosa chica.

—¡NO HUYAS COBARDE! ¡TÚ SERÁS EL SACRIFICIO DE MI IRA!—Nagisa miro el par irse con un suspiro y un gesto de cansancio.

—Este lugar no ha dejado de ser tan animado—Isogai se le acerco con una sonrisa y haciendo una breve reverencia en saludo hacia Kevin y Yurei. 

—En el fondo se quieren, yo lo sé—Dijo rascando su cabeza y luego miro al moreno a su lado—tienes algo para mi ¿Verdad?

—¡Efectivamente!—En un movimiento saco una carta roza perfumada—ahora si me disculpas, el horario de cartero es muy apretado y no puedo darme el lujo de hablar mucho tiempo—dio un gran salto hacia atrás para quedar justo al lado del impermeable que tiro al suelo antes—¡Nos vemos!—se despidió con la mano y salió volando por la puerta, Kevin y Yurei aplaudían asombrados por esa salida mientras Nagisa inspeccionaba la carta.

—Una petición—Sonrió para sí mismo—y una muy interesante…


Continuará…

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